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Bajo amenazas y engaños construyen Presa Pilares

Por Daniel Sánchez Dórame/

Gobernadores de la tribu Guarijío aseguran recibir presiones y sobornos para ceder territorio donde construirán la obra; investigadores recibieron amenazas de muerte

Los guarijíos temen por la posibilidad de mudarse del territorio que ancestralmente habitan para dar paso a la construcción de una presa. Consideran que pudiera afectar irreparablemente en su modo de vida, y aún más, porque desconocen el proyecto y argumentan que les han ocultado los verdaderos propósitos.

El gobierno de Sonora afirma que el 4 de agosto logró las cinco firmas de los gobernadores tradicionales de la etnia que habita al sur de la entidad y que requiere para empezar a construir la presa ―en el municipio de Álamos―, el manifiesto de impacto ambiental de la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), afectando a nueve comunidades guarijías, dos de las cuales serán reubicadas para inundar el territorio.

La obra en discordia es la presa Pilares-Bicentenario que igual que el Acueducto Independencia, que detonó el conflicto por el agua entre Yaquis y el Gobierno del Estado, forma parte del megaproyecto Sonora SI.

José Romero Enríquez, gobernador tradicional de la colonia Mascorawi, San Bernardo, denunció que con engaños y mentiras quienes llama ‘preseros’ intentaron conseguir su firma como aval para ceder el territorio que él lidera, donde habitan unas 35 familias de Guarijíos.

“Sentí mucha tristeza cuando vi llorar a las mujeres de mi pueblo porque no querían la presa, por eso no firmé, porque no conocemos el proyecto y quedaron de presentárnoslo pero nada.

José
José Romero Enríquez, gobernador tradicional guarijío de San Bernardo.

“Si construyen la presa perderemos todo lo que conocemos, de lo que vivimos, ahí está nuestro panteón donde están enterrados nuestros familiares, nuestras casas con lo poco que tenemos, el río donde bebemos, donde pescamos para alimentarnos y donde se bañan nuestros niños, perder todo eso por algo que desconocemos”, lamentó el Gobernador tradicional.

Este denunció que los ‘preseros’ quisieron poner a su familia en contra, pues al negarse a firmar para ceder el territorio, intentaron sobornar a su medio hermano con la promesa de darle 100 mil pesos y una camioneta a cambio de derrocar a la autoridad tradicional para hacerse de la firma y un sello que los Guarijíos pasan de generación en generación como símbolo de poder y para validar las decisiones de la etnia.

“Pero no lo lograron, quisieron llevarme a la fuerza y obligarme a firmar pero me escape y ahora estoy acá en la Ciudad de México para solicitar apoyo y protección del Gobierno para mi pueblo, aquí mismo traigo los sellos y nunca me les separaré”, afirmó Romero Enríquez, quien sostuvo reuniones con autoridades federales a cargo de asuntos indigenistas como la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI), la Comisión Nacional de los Derechos Humanos y la propia Secretaría de Gobernación.

Acoso y amenazas a investigadores

‘Preseros’ es el mote que los Guarijíos utilizan para referirse a todas las personas y autoridades que abogan en favor de la construcción de la presa Pilares-Bicentenario, llámense funcionarios de los tres órdenes de gobierno; los agricultores del Distrito de Riego 038 Río Mayo; y la constructora que estaría a cargo de ejecutar la obra, el Consorcio Canoras que en 2012 ganó la licitación del proyecto y que conforman las empresas Precolados Canoras, Construplan, Estudios Básicos de Ingeniería (EBI) y la Constructora Mas de Navojoa.

En favor de los Guarijíos, está un grupo de activistas e investigadores que funge como asesores de la etnia, los cuales tuvieron que salir de Sonora porque empezaron a recibir amenazas de muerte, acoso constante y sabotaje en los vehículos en los que se trasladaban de distintas ciudades al territorio de la etnia.

Quienes denuncian amenazas son Cinthia Lizeth Moroyoqui Aldama y Yaneth Lara Hernández, de la Universidad Nacional Autónoma de México; además de Ramón Martínez Coria, director de la organización Foro para el Desarrollo Sustentable A.C.; y Jesús Armando Haro Encinas, del Colegio de Sonora.

 Investigador Armando Haros
Jesús Armando Haro Encinas, investigador del Colegio de Sonora, amenazado por asesorar a los guarijíos.

Éste último lleva más de 30 años trabajando con los Guarijíos y por la gravedad de las amenazas tuvo que dejar su estado natal para acogerse al programa de Programa de Protección de Personas Defensoras de los Derechos Humanos y Periodistas de la SEGOB.

“Nosotros de priori no nos oponemos a la construcción de la presa para que impulse el desarrollo de la región, todo lo contrario que haya infraestructura; pero respetando el derecho de consulta libre e informada de la tribu, esto parece una guerra de David contra Goliat, donde todos salen ganando menos los Guarijíos, es un berenjenal de intereses donde están metidos los constructores, el Distrito de Riego 038 Río Mayo e instancias de gobierno, hay muchos intereses y nos parece bien que los haya, siempre y cuando se respete y cuenten con la aprobación de las comunidades indígenas», declaró Haro Encinas, desde el exilio.

El investigador del Colegio de Sonora recordó que el pasado 4 de agosto hubo una jornada de consulta e información donde los ‘preseros’ supuestamente lograron conseguir la anuencia de las autoridades tradicionales, pero advierte que la víspera a esa fecha él y sus colegas tuvieron que salir de la región porque de las amenazas de muerte telefónicas y por correo electrónico el acoso pasó al daño de los automóviles en los que diariamente se trasladaban a la zona de los Guarijíos, enclavada en la sierra entre caminos sinuosos.

Las autoridades estatales y corporaciones policiacas les quisieron hacer creer que las amenazas venían de grupos de criminales que operan en esa región al sur de Sonora y que colinda con el llamado «triángulo dorado» que conforman los estados de Sinaloa, Chihuahua y Durango.

«Yo investigue, tengo 30 años en la zona y mande averiguar con la gente que se dedica al ‘narco’, que me digan si hay algo que esté molestando a los traficantes, porque yo no entendía el porqué del acoso si lo que hacemos no los afecta (sus actividades ilícitas), y me mandaron decir que no es por ahí, que cuando los narcotraficantes quieren amedrentar no amenazan, simplemente matan», afirma el investigador.

La presa Pilares-Bicentenario

Desde que el Gobierno del Estado dio a conocer  en 2010 el proyecto más importante de la administración, el plan hídrico Sonora SI que como principales atractivos contempla al Acueducto Independencia y la Presa Pilares-Bicentenario, comenzaron aflorar diferencias entre el Ejecutivo y las etnias de las regiones que afectan dichas obras.

Desde hace más de dos meses miembros de la tribu Yaqui y productores agrícolas mantienen un bloqueo de la Carretera Federal México 15 para que la Federación ordene al Estado que suspenda la operación del ducto mediante el cual se extraen 75 millones de metros cúbicos del vital líquido para consumo de los residentes de la capital de Sonora, agua de la misma cuenca hídrica que irriga sus siembras.

Pero las diferencias del gobierno estatal con los Guarijíos datan de mucho tiempo atrás, el proyecto comenzó a gestarse desde la década de 1990, cuando se decía que se requería construir la presa como una hidroeléctrica para producir 46 megawatts, ya desde entonces asomaba el interés de los usuarios del Distrito de Riego 038 Río Mayo.

En 2010 con el plan hídrico gubernamental, Sonora SI, la presa Pilares-Bicentenario volvió a plantearse pero ahora como una obra que prevenga posibles inundaciones como las ocurridas cada tantos años en la región, de nueva cuenta aparece el interés de los agricultores del Río Mayo pero también el beneficio para las empresas constructoras que se encargarían de la ejecución.

Según la página en Internet del Sonora SI, la presa Pilares-Bicentenario es necesaria para el control de grandes inundaciones como las ocurridas en los años 2007 y 2008; pero los beneficios de la obra hablan de un aumento significativo en los volúmenes de agua para uso agrícola; además el sitio web retoma que se podrían generar hasta 15 mw de energía, aunque este último beneficio ha quedado descartado.

Como si el propósito de la obra no fuera lo suficientemente ambiguo, la información oficial no es clara en cuanto a los tiempos de ejecución y culminación de la obra.

«La ejecución de los trabajos está programada para iniciarse en el primer semestre del año 2011 y concluirlos en el segundo trimestre del año 2013», dicta la pestaña referente al plazo de ejecución de la obra, donde también sentencia que para el pasado mes de junio la presa debió quedar concluida y en funcionamiento.

A pesar que el plazo pactado para su construcción concluyó hace dos meses, el Gobierno del Estado no ha modificado el presupuesto para el proyecto que varía entre mil 162 millones de pesos hasta 2 mil millones, según distintas fuentes.

En tanto, Roberto Romero López, secretario de Gobierno en Sonora, afirma que los asesores externos de la etnia, Ramón Martínez Coria y Jesús Armando Haro Encinas, son parte de un conflicto interno de la tribu en la que han cohabitado mucho tiempo por lo que tomaron partido en uno de los bandos en discordia por la construcción de la presa.

«Ellos (Guarijíos) tuvieron una asamblea donde aprobaron el proyecto de la presa Pilares y todo se llevó en santa paz. Las fuerzas federales estuvieron ahí dándoles protección. Pero no ha habido ningún otro incidente o ni contacto de ningún tipo», declaró el responsable de la política interna en Sonora, quien respecto a los investigadores declaró: “ellos se sentían amenazados, hay un conflicto interno en la tribu y ellos son investigadores que cohabitan mucho tiempo con ellos y yo creo que ya también forman parte de alguno de los lados del conflicto”.

Además que la presa Pilares-Bicentenario y el Acueducto Independencia forman parte del mismo proyecto oficial, donde el Gobierno de Sonora entró en discordia con una tribu de la región, lo otro en común de las guerras por el agua es la avaricia de agro titanes y el desdén de las autoridades por sus culturas populares, señaló Haro Encinas.

“Existen claras violaciones a los Derechos Humanos, además que varias dependencias gubernamentales han sido omisas en su responsabilidad de salvaguardar a los Guarijíos”, indicó el investigador.

Mientras que el Gobernador tradicional manifestó temor ante la posibilidad de perder todo lo que poseen bajo las aguas de la presa, por lo que se aferra a la autoridad que sus paisanos le confiaron y que está representada en el sello que heredó de sus antepasados.

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