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Torturado, acusado de masacre, es liberado en Juárez

Israel Arzate Meléndez fue detenido hace casi cuatro años acusado de una masacre en la localidad fronteriza de Ciudad Juárez que aún hoy sacude al país.

Organizaciones de derechos humanos nacionales e internacionales revisaron su caso y concluyeron que, tal y como lo decía Arzate, fue torturado por militares para que se declarara culpable de la masacre de Villas de Salvárcar, la colonia popular de Juárez donde en enero de 2010 pistoleros irrumpieron en una fiesta juvenil y asesinaron a 15 personas, uno de los peores crímenes registrados hasta entonces en medio de la violencia del narcotráfico.

Casi cuatro años después, la Suprema Corte ordenó su libertad por considerar que la confesión de Arzate resulta «nula» al haber sido ante autoridades militares y no fiscales como establece la ley, en una decisión que, sin embargo, no ha dejado satisfechos a todos.

«Me amenazaron con violar a mi esposa y a mi hijo y matarlos, fue cuando acepté firmarles la confesión», dijo el jueves en rueda de prensa el propio Arzate, de 28 años. «Quisieron agarrar a un inocente y convertirlo en un culpable y criminalizarlo en los medios de comunicación», añadió el hombre.

Madres de las víctimas de la masacre lamentaron la decisión y están convencidas de que Arzate, que fue presuntamente identificado por testigos, es uno de los responsables.

Además de Arzate, otros cuatro hombres fueron detenidos. Los cuatro, acusados de ser miembros de un grupo al servicio del cartel de las drogas de Juárez, permanecen en prisión luego de que en 2011 fueron condenados cada uno a 240 años de prisión.

«No puede ser posible que existen varias personas que lo identifican, pero no los llamaron a declarar por ser menores de edad», dijo el jueves Arcelia Medrano, madre de una de las víctimas de Villas de Salvárcar. «Pero también adultos expresaron haberlo visto el día de la masacre, pero todo eso para el juez no contó», añadió sobre Arzate.

Para Medrano, la justicia «se dejó llevar sólo por la tortura que se le dio a Arzate», aunque dijo que «nadie ve la tortura que nosotros llevamos al perder a nuestros seres queridos, a nuestros hijos; eso no lo vio el juez».

Amnistía Internacional reconoció el jueves la decisión de la Suprema Corte. La organización señaló en un comunicado que deja en claro que ninguna confesión obtenida por tortura puede admitirse en procesos judiciales, sin embargo, también reconoció que evidencia «la falta de capacidad del sistema de procuración de justicia en México» para dar con los responsables de crímenes tan graves como la masacre de Villas de Salvárcar.

En un informe divulgado a fines de 2011 la organización Human Rights Watch (HRW) puso el caso de Arzate como una de las muestras de más de 170 casos de tortura, 39 desapariciones y 24 casos de ejecuciones extrajudiciales ocurridas hasta entonces en el marco de la estrategia del entonces presidente Felipe Calderón (2006-2012) contra el narcotráfico.

HRW refirió que tras ser detenido el 3 de febrero de 2010 Arzate fue llevado a una base militar donde fue sometido a choques eléctricos, golpes y asfixia. Horas después, aceptó confesar lo que querían.

«Más allá de liberar a Israel, la corte debería usar el fallo para establecer una clara e inequívoca prohibición en la utilización de evidencias manchadas por la tortura en el sistema de justicia de México», señaló José Miguel Vivanco, director para las Américas de HRW, en una declaración escrita.

Julio Hernández Barros, académico de la Universidad Iberoamericana, dijo a The Associated Press que se congratulaba por que el máximo tribunal haya puesto en libertad a alguien que fue torturado, pero al mismo tiempo lamentó que eso mismo deje sin certeza a los familiares de las víctimas sobre quién ha sido responsable.

Dijo que al obtener una confesión mediante tortura genera un vicio que impide saber si una persona es inocente o culpable.

«Venimos de una cultura de la tortura en México de la que estamos saliendo», consideró el académico.

Arzate, a quien lo dejó su esposa después de ser detenido, pidió a los familiares mantener su exigencia de justicia para dar con los verdaderos responsables.

«Con chivos expiatorios no van a tener justicia», añadió.

AP

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