Alex, un apasionado campeón latinoamericano del beisbol infantil
Por Rigo Gutiérrez/
Alejandro Ballesteros forma parte de la Selección Mexicana de Beisbol Infantil que se coronó recientemente en el Panamericano de Beisbol Infantil 2013
En el estacionamiento del gimnasio de la Universidad de Sonora Alex lanza al aire una pelota de beisbol. Santi, su pequeño hermano, recibe el elevado con un raído guante y regresa el esférico con todas sus ganas. Son un par de chicos divirtiéndose, como cualquier otro. Sin embargo, el de la gorra roja con la M estampada, a sus doce años es un pelotero como pocos en Latinoamérica. Los dos juguetean y corren tras la bola. Pero esa diversión la llevan al punto de la pasión, viven beisbol.
Todo empezó casi nueve años atrás, cuando Alex jugaba en esos mismos diamantes de la Uni, los de ligas infantiles, desde luego. Sus padres Omar Ballesteros y Rosa Elena lo inscribieron con la idea de entretenerlo en un deporte. A los años, recuerda Alex, le comenzó a tomar cariño y el camino no ha sido nada fácil, pero lo adoptó con una indiscutible disciplina, la de un campeón.
Apenas el martes aterrizó en un vuelo que lo trajo desde la Ciudad de México ―durante casi 20 días estuvo fuera de casa―, viajó hasta Guatemala donde se desarrolló el Panamericano de Beisbol Infantil 2013. Previamente, durante diez días fue concentrado en el DF con otros 17 integrantes de la Selección Mexicana de Beisbol en la categoría diez a 12 años, originarios de distintas entidades. Y fue durante la semana pasada cuando estuvo viviendo prácticamente en un internado en la ciudad de Guatemala, mientras se desarrollaban los encuentros contra las escuadras de otras naciones participantes.
El equipo tricolor llegó hasta la final del Panamericano y se alzó con una victoria de cuatro a cero ante Nicaragua. Pero el marcador, fue el resultado de todo un conjunto de talentos, sólo los mejores del país.

Alex, hace un poco de memoria y comenta que diariamente enfrenta ciertos retos para entrenarse y lograr mantener sus números. Por ejemplo dice, todos los días entrena de alrededor de dos horas, en ocasiones hasta que oscurece. Otras veces, si hay competencias en puerta le ponen mayor dedicación, como el año pasado que, todos sus familiares se reunieron en un festejo en Mochis, todos menos él, pues por esas fechas estaba próxima una Olimpiada en Tijuana.
Pero todo el sacrificio ha valido la pena, confiesa Alex sin temores, y es que afirma, le gusta el beisbol e incluso, sueña con ser un profesional de la pelota.
Aunque tiene muy claro que el trayecto es largo y reconoce que hay miles de niños como él que juegan y lo hacen muy bien, sin embargo está a la espera de pasar a la siguiente categoría y seguir demostrando sus altas capacidades.
Y es que en este momento la posición que más le acomoda es segunda base, pero igual cubre la primera, como también sube a la loma de pitcheo, y siempre mantiene bien sujeto el bat para volarse la pelota. Su pasión es el beisbol.
Todas sus experiencias en los diferentes campos de juego que pisa las va aquilatando. Así, como en los campos hermosillenses fue aprendiendo de sus compañeros de siempre, lo hizo en Tijuana, pero también cuando fue con la Selección en junio pasado al Mundial Infantil en China Taipéi, y aunque ocuparon el séptimo lugar, no se le olvida el jonrón que pegó al anfitrión durante la inauguración. De entre todo lo vivido ahí, se queda con el aprendizaje del tipo de juego que hacen los norteamericanos.
Claro, como todos, también tiene personajes que le llenan de inspiración, por eso no duda en elegir a Derek Jeter, el capitán los Yankees de Nueva York. El motivo: porque es un líder, y según nos cuenta Alex, él también intenta en la medida de lo posible ser un líder en los equipos donde tiene oportunidad de jugar, le gusta dar ánimo a sus compañeros y mantener el entusiasmo.
De su desempeño escolar casi no habla, o al menos mientras pisa el verde pasto de los campos de la Uni, no abunda en detalles. Lo cierto es que ser un atleta infantil de alto rendimiento, le ha dado sus ventajas, como ausentarse algunos días mientras representa a nuestro país en justas internacionales, o le reprogramen los exámenes. Pero recién acaba de pasar a primero de secundaria y está consciente de la importancia de la escuela, de hecho mantiene una beca debido a su buen desempeño.
Alex posa para una foto en medio del campo. Santi, todo el tiempo inquieto, lanzaba de un lado a otro la bola. Finalmente se acerca, medio acomoda lo despeinado debajo de la gorra y junto con su papá, los tres sonríen a la cámara. Al terminar la entrevista Alex se queda en el campo lanzando con su hermano.