¿Por qué conocer tu Inteligencia Emocional?
Por Juan Arturo Flores/
Personas con IE elevada están más conscientes de sí mismas, conocen sus debilidades, fortalezas, por lo tanto saben cómo reaccionar ante problemas
Todo el tiempo se había creído que las personas que gozaban de un coeficiente intelectual elevado (CI) o de inteligencia tradicional —por llamarla de una forma—, era sinónimo de éxito y que podrían llegar lejos en la vida, sin embargo no es así.
En las últimas tres décadas, los psicólogos de todo el mundo se han detenido a estudiar diversos factores y actitudes en la gente que no cuentan con un coeficiente intelectual alto pero que gozan de actitudes positivas y con una capacidad muy alta de administrar sus emociones, a tal grado que llegan a tener mucho más éxito en la vida que los individuos con gran inteligencia tradicional. A estas grandes capacidades los psicólogos le han llamado Inteligencia Emocional (IE).
De acuerdo a unos estudios realizados en la Universidad de Harvard a principios de los 80s, los investigadores se dieron cuenta que en muchas empresas después de aplicarles el examen de CI a cientos de trabajadores para ver en qué nivel se encontraba su intelecto, los que salieron con un CI elevado estaban subordinados a las órdenes que los que salieron con un CI bajo, pero también se dieron cuenta que estos últimos gozaban de una IE elevada.
¿Cómo explicarse este fenómeno? Se llegó a la conclusión de que las personas que saben adaptarse más rápido a grupos sociales y controlar mejor sus emociones, llegan a ser más aceptadas y toleradas en sus ambientes laborales, familiares y de pareja, llegando a tener mejores resultados en sus objetivos personales a lo largo de su vida. Esto es porque las personas con IE elevada están conscientes de sí mismas, conocen muy bien sus debilidades y fortalezas y se conocen demasiado al saber cómo reaccionan ante diversos problemas de la vida, también cuentan con un elevado autoestima porque aprenden de sus fracasos y se preocupan por mejorar, se perdonan, se respetan y aceptan a la demás gente tal y como son, además de contar con auto aceptación. Todo lo anterior se refleja hacia afuera emitiendo buena vibra, logrando que la persona sea mucho más valorada, reconocida y querida en su entorno.
Las personas con Inteligencia Emocional elevada (IE) saben controlar muy bien emociones tan básicas como son el miedo, la ira, la vergüenza y la envidia, entre otras. Emociones tan importantes de manejar y controlar en nuestra vida para no caer en imprudencias e injusticias que solo nos llevarían a la ruina y al desprestigio total.
Cuántas veces no hemos conocido a personas muy capaces con inteligencias brillantes que hablan tres o más idiomas y que cuentan con maestrías, doctorados, económicamente solventes y que nada de esto les sirve al no ser aceptadas y muy repudiadas en su entorno por ser individuos arrogantes, mal humorados y oportunistas, acostumbrados a ver a sus semejantes hacia abajo y no mover un dedo por ayudar a los demás, ni compartir sus conocimientos. Esto es porque no cuentan con una Inteligencia Emocional adecuada que les sirva para ser empáticos, conocer y aclimatarse a los distintos temperamentos de las personas con las que interactúa a su alrededor.
En conclusión, vale más gozar de una Inteligencia Emocional elevada que una inteligencia tradicional brillante, sin duda, la primera nos llevará a un mejor destino.
Por eso recordamos la muy atinada la frase de W. Scott al decir: “El éxito o fracaso de una persona o empresa se basa más en sus actitudes que en sus capacidades”.