DE PRIMERA MANO

De Primera Mano

Por Francisco Javier Ruiz Quirrín

Jueves, 19 de marzo del 2015

¿Hay secretario de gobierno en Sonora?

HE LEÍDO en algún comentario en redes sociales la duda acerca de que si hay alguien que funja en estos momentos como secretario de gobierno en Sonora.

… Y la duda continúa.

¿Haría efectiva su renuncia a ese cargo Roberto Romero López para esperar la buenaventuranza de que una posición en el lejano lugar número 15 de un listado partidista lo haga diputado federal plurinominal?

No se sabe con certeza.

¿Asumiría como relevo de Romero, Prisciliano Meléndrez, versión que sólo ha circulado como rumor?

Tampoco se sabe con certeza.

Sin embargo y para calmar las ansiedades de quienes aspiren a tener un secretario de gobierno en Sonora que ofrezca resultados efectivos en el control político interno, vale la pena comentarles que las facultades de ese funcionario considerado hasta hace algún tiempo como un cargo de enorme trascendencia y responsabilidad, han desaparecido.

Una de las obligaciones más importantes de un secretario de gobierno es lograr un diálogo cordial con los representantes de las corrientes de pensamiento distintas a las ejercidas por el partido político que está actualmente en el poder.

Como existen ahora sobrados testimonios de una enorme división entre los sonorenses promovida desde el mismo palacio de gobierno, el número 2 de Palacio se ha convertido en “invisible” para cumplir con esa obligación.

Otra de las tareas más trascendentes de un secretario de gobierno, es constatar que todos los actos de los diversos funcionarios (empezando por el Gobernador) estén fundamentados en el cumplimiento estricto de la Ley.

Un secretario de gobierno deberá vigilar con enorme celo, el cumplimiento del Principio General de Legalidad, basado en que el funcionario deberá hacer aquello que sólo la Ley le faculte a hacerlo, de manera expresa.

Como este principio ha sido materia desconocida para el “Nuevo Sonora”, el secretario de gobierno no ha existido de manera formal.

Otro de los trabajos fundamentales de un secretario de gobierno es la previsión de conflictos sociales. Cajeme, Cananea, Nogales, Hermosillo, Sonoyta, Caborca, sólo por mencionar unos cuantos ejemplos, han requerido de la mano eficaz de un secretario de gobierno que busque y consiga, en las instancias correspondientes, detener la ola de intranquilidad social para que la ciudadanía viva en paz.

Lo anterior, evidentemente no se ha dado en el gobierno que preside Guillermo Padrés. Sonoyta y Caborca, en las horas recientes, son pruebas irrefutables de una inquietud social que no fue atendida y que no se observa que sea atendida ahora, originada por la alta ola de criminalidad.

En fin. Ante la ausencia de una eficacia de control interior del Estado, algunos se preguntan si el Gobierno de Sonora tiene o no tiene secretario de gobierno.

No se sabe.

Ni se siente su ausencia.

Y COMO “de ver dan ganas”, la situación anterior la podemos aplicar también para el secretario de Salud del Gobierno de Sonora… En los hechos no hay cabeza en esa área… Algunos centros de salud (Navojoa, por ejemplo) están en el vil abandono y los casos de enfermedades y hasta defunciones de sonorenses ante la falta de medicamentos se han difundido profusamente… Hay dolor entre la población más vulnerable de Sonora, pero ni eso ablanda el corazón frío e indiferente de un secretario y directores de hospitales que, resignados por la actitud del jefe, se limitan a esperar a que pase el tiempo y llegue septiembre para decir adiós a un gobierno estatal, histórico e inédito, porque ha abandonado a su suerte a quienes requieren de los más elementales servicios médicos.

NO ES DIFÍCIL predecir que se acerca otro tiempo de conflicto laboral en la Universidad de Sonora y con ello, el temor fundado de perder no solo unas cuantas clases, sino el semestre entero… No se prevé que las autoridades universitarias vayan a cumplir los deseos económicos de los sindicatos STAUS y STEUS ni tampoco se observa que desde el gobierno estatal alguien vaya a dedicarle tiempo a un problema que en los últimos años simple y sencillamente ha sido subestimado y tratado con frialdad e indiferencia… La sombra de la huelga nuevamente asoma su rostro en la Unison… Así ha sido en los años recientes… Nadie prevé… Nadie atiende… Nadie resuelve… Ya habrá otros tiempos.