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Campañas de estiércol, no políticas

Por Feliciano J. Espriella/

Como dice el dicho, «no arrojes piedras para el cielo si tu techo es de cristal»; cada vez que un candidato al puesto que se quiera y sin importar el partido en que milita, fustiga la corrupción, está escupiendo para arriba

Si los candidatos creen que echándole tierra al contrario los electores votarán por ellos, me parece que van a morir engañados. Tal vez logren que algunos cambien de parecer y no voten por sus adversarios, pero serán los menos y menos aún los que al cambiar de opinión los prefieran a ellos.

Desánimo generalizado entre la población es el efecto que están provocando las nauseabundas campañas negras que han emprendido unos y otros. La estrategia al parecer no es convencer a los votantes de quién tiene la mejor propuesta, sino demostrar que el adversario es él o la más corrupta.

Si lo que pretenden es incentivar el abstencionismo no lo podrían estar haciendo mejor. La gente está más que harta, está verdaderamente asqueada de oler un día sí y otro también los pestilentes olores del estiércol que desparraman unos y otros.

Es muy probable que estén consiguiendo que la gente se abstenga de votar a favor de sus adversarios, pero los de enfrente están haciendo lo mismo y unos y otros se quitan votos que en su mayoría irán a parar al cesto de la basura. En ese escenario todos pierden.

Tanto peca el que mata la vaca….

Como el que le detiene la pata, asienta un conocido dicho mexicano. Y en ese contexto, por más acrisolada que fuera la honra de cualesquier candidato(a), ninguno(a) tendrá la voz completa para hablar de honestidad total, parcial o como se quiera presentar, en tanto milite y represente a un partido político.

Sobre todo de los más grandes, en cuyo seno se han escrito mil y una historias de corrupción escenificadas a la luz de todo mundo por los más conspicuos personajes que han militado en dichos partidos.

Partiendo del supuesto (dado que ninguna instancia judicial ha dictado sentencia en contrario) de que tanto Claudia Pavlovich como Javier Gándara son personas íntegras y honestas, me parece que ambos carecen de autoridad moral para denunciar presuntos actos de corrupción en sus adversarios, a la vez que se hacen de la vista gorda de los descomunales corruptelas que han realizado los más altos gobernantes emanados de sus propios partidos.

Como dice el dicho, «no arrojes piedras para el cielo si tu techo es de cristal». Es una verdad de Perogrullo que en México, cada vez que un candidato al puesto que se quiera y sin importar el partido en que milita, fustiga la corrupción, está escupiendo para arriba y la saliva al caer, le va a salpica porque le va a salpicar.

Dicen que todos pierden, pero…

La verdad es que hay muchos pescadores que están haciendo pingües ganancias en este río que es cada vez más revuelto.

Profesionales de la intriga y la diatriba que se han vuelto expertos en la producción de campañas negras y que han logrado jugosos contratos con uno y otro partido.

Testaferros de la pluma que se dedican a infiltrar rumores y desparramar injurias.

Pero sobre todo, algunos diarios impresos del estado que a diario reciben multitud de inserciones con denuncias, adhesiones y propaganda.

Nada más para darnos una idea, démosle una ojeadita a la edición del diario El Imparcial del 22 de abril, el día siguiente al debate. Ese día, además de las «notas» pagadas, se insertaron los siguientes anuncios políticos: una doble plana a color, una plana a color y tres planas a una tinta, una media plana y siete cuartos de plana. Una millonada.

Además, publicaron casi exactamente lo mismo los periódicos Expreso y Entorno de Hermosillo; El Diario de Sonora y Nuevo Día de Nogales; Tribuna y Diario del Yaqui de Cd. Obregón, así como La Verdad de Navojoa.

Varios millones de pesos gastados para publicar fanfarrias triunfalistas por un triunfo en el debate que nadie creyó. Como ese ha habido varios días en el transcurso de la campaña en los que PRI, PAN y sus candidatos han sido especialmente generosos con los diarios impresos. Para no ir muy lejos, el pasado lunes fue muy similar al día posterior al debate.

El gasto y el desgaste son enormes ¿Y todo para qué? Estoy seguro que gane quien gane la próxima administración estatal será conducida con mucha más conciencia y probidad. No tendrá de otra él o la gobernadora.

Como también estoy cierto que independientemente de quién llegue al poder, la mayoría de quienes han hecho de la corrupción su modus operandi en este sexenio, no tendrán el castigo que se merecen.

Hay todo un aparato monolítico conocido como sistema político, creado exprofeso para que quienes hurtan los bienes pertenecientes a la nación y por ende a la población mexicana, estén protegidos proporcionalmente a su investidura.

¿Y el tráfico de influencias? Por favor… Con escasísimas excepciones, lo han ejercido absolutamente todos los gobernantes de todos los niveles, así como legisladores y funcionarios del poder judicial desde que llegó Hernán Cortés hasta nuestros días. Es una de las prerrogativas y tal vez el principal atractivo de ejercer un puesto público en México.

Por hoy fue todo, gracias por su tolerancia y hasta la próxima.