Cerro de Trincheras en Sonora, modificado por el hombre hace 900 años
Hermosillo.- El Cerro de Trincheras, uno de los sitios prehispánicos más importantes del noroeste de México, es una colina que hace 900 años fue modificada por el hombre para habitarla.
La colina, ubicada en el municipio de Trincheras, localizado a 238 kilómetros al noroeste de esta ciudad capital con poco más de mil habitantes, es patrimonio cultural del estado de Sonora y de la nación.
El lugar fue habitado por agricultores prehispánicos del desierto de Sonora y el centro regional de las aldeas del Valle Medio del río Magdalena, en el que realizaron actividades de su vida cotidiana y ceremonias, presumiblemente también lo usaron para defenderse.
Las comunidades agrícolas prehispánicas del desierto de Sonora fueron complejas; su organización interna, economía y relaciones con los grupos vecinos están plasmadas en esos vestigios arqueológicos.
De acuerdo con información del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), la ocupación de este lugar como centro rector de la tradición fue de unos 150 años y muchas evidencias desaparecieron.
Sin embargo, los muros de piedra de sus terrazas permanecen a través de los siglos como vínculo entre los antiguos y los actuales pobladores de la zona.
El cerro tiene casi 50 metros de altura y su zona arqueológica está conformada por más de 900 terrazas o trincheras prehispánicas edificadas con muros de piedras acomodadas, sin argamasa para aplanar el terreno.
Sobre las terrazas hubo casas, parcelas y ramadas, para desarrollar actividades cotidianas, además de áreas especiales para ceremonias públicas comunitarias y otras para rituales privados de acceso exclusivo.
El presente año se cumplirán 25 años de investigaciones arqueológicas en Cerro de Trincheras, considerado como una opción turística en el noroeste de Sonora, en el que el INAH trabaja para preservar ese patrimonio como símbolo de identidad.
El director del Centro INAH Sonora, José Luis Perea González, recordó que el 2011 el instituto abrió la zona arqueológica en coordinación con el gobierno municipal, con lo que se convirtió en el primer sitio visitado por el público en Sonora.
Con ello, explicó, se generó la posibilidad de tener un espacio cultural a nivel regional de vocación educativa a través del Centro de Interpretación, un foro que se ha construido con la participación de toda la comunidad y otros organismos del estado.
Comentó que el INAH busca desarrollar un papel activo en términos de lo que representan los monumentos históricos y arqueológicos con relación a sus comunidades, y trabaja con el interés de construir el conocimiento científico ligado a los propósitos de éstas.
Asimismo, a la forma en que se identifican con el patrimonio y en que lo usan social, cultural y económicamente.
Por su parte, la arqueóloga del Centro INAH Sonora, Elisa Villalpando Canchola, indicó que la zona arqueológica del Cerro Trincheras se ha ido construyendo a lo largo del tiempo y ha crecido a la par de la comunidad.
La especialista en arqueología comenzó a caminarlo hace casi un cuarto de siglo y por cuatro años hizo recorridos, trazó mapas, buscó fuentes históricas, comparó resultados con otros sitios del noroeste y en 1995 inició las exploraciones.
Para ello integró un equipo binacional codirigido por ella y el arqueólogo Randall McGuire, de la Universidad de Binghamton, Estados Unidos.
“En 20 años de exploraciones ha habido un cambio sustancial en la percepción de lo que fue Cerro de Trincheras. Ahora se conoce que tuvo una organización social compleja con una jerarquía bien delimitada”, anotó.
Refirió que eso se refleja en la arquitectura construida en el cerro donde existen áreas de uso común, sectores de acceso restringido a ceremonias, dos marcadores arqueoastronómicos y un espacio para producir ornamentos de conchas.
Recientemente también se descubrieron importantes vestigios que dan cuenta de un elaborado tratamiento funerario, detalló Villalpando Canchola.
Eso, refirió, ha permitido que el público modifique la visión de lo que ocurrió en Sonora en la época prehispánica y advierta la gran riqueza cultural desarrollada por los pueblos prehispánicos del desierto, tan brillantes como los mesoamericanos.
Cerro de Trincheras es el primer sitio arqueológico en Sonora que cuenta con infraestructura para recibir visitantes, a fin de que lo disfruten de manera cómoda y responsable.
En ese lugar se ofrece estacionamiento público, espacio introductorio en un espacio museográfico, personal capacitado para atención.
Adicionalmente se construye un complejo cultural, único en su tipo en Sonora, que contará con plaza de acceso, Centro Interpretativo con espacio para exposiciones temporales y permanentes, repositorio de bienes culturales y recinto de materiales funerarios.
Asimismo, talleres de museografía y restauración, además de una estación científica con albergue permanente y laboratorios para el equipo de especialistas que desarrollan su labor en el sitio y la región.
Notimex