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Vivas nos queremos, vivas las queremos

Por Imanol Caneyada/

A edad muy temprana, la mayoría de las mujeres en México (siete de cada diez) enfrenta por primera vez algún tipo de violencia, desde la verbal hasta la física, pasando por la psicológica. En el seno del hogar, en la calle, en la escuela, el manoseo fugaz, el insulto, la frase discriminatoria, el acoso y la agresión se convierten en actos cotidianos que las mujeres tienen que aceptar con resignación, porque la sociedad patriarcal ha diseñado una serie de mecanismos que pretende hacer pasar por normal esta violencia. Que la justifica. Que la alienta. Que la celebra.

Y cuando las mujeres alzan la voz, entonces, la minimiza.

Apelativos como femininazi, expresiones como “qué exageradas” o “algo habrá hecho”, omisiones legales, indiferencia, discursos misóginos en los medios de comunicación, discriminación disfrazada de caballerosidad, desigualdad en el mundo laboral son sólo algunas de las dinámicas en las que se ven inmersas las mujeres en México y Sonora.

Pero he aquí que las mujeres (y algunos hombres), en este siglo XXI han decido gritar basta. Se unen, se organizan, diseñan estrategias para abrirnos los ojos y así seamos capaces de reconocer los muchos tipos de violencia contra la mujer en actos y dichos que creemos inofensivos.

Porque el camino a la violación, a la paliza o al feminicidio está poblado de pequeñas acciones y omisiones, de silencios y complicidades de víctimas, victimarios y autoridades, y cuando el novio saca un arma y le dispara a su novia (acaba de suceder en Monterrey), entonces ya es muy tarde, nada puede hacerse.

De todo esto y de muchas cosas más van a hablar, analizar, exponer e iluminar nueve organizaciones civiles en Sonora que se unen a la Movilización Nacional Contra las Violencias Machistas, programada para este 24 de abril.

Podrás, desde la comodidad del sillón de tu casa, burlarte, ser indiferente o agredir su discurso; no les importa, las mujeres (y algunos hombres) tienen claro que se quieren vivas, que las queremos vivas.

Somos supervivientes

La cita es en el edificio nuevo del STAUS, en Hermosillo. La Marcha de las Putas Sonora, Red Feminista Sonorense, Trans Pride, Sonora Pride, Diverciudad, Nosotras Colectiva, Casa del Pueblo, el Búnker Biblioteca y Sangre Violeta han convocado a una rueda de prensa para dar a conocer el programa de actividades en torno a la Movilización Nacional Contra las Violencias Machistas, una iniciativa totalmente horizontal que surgió y se propagó por todo el país en las redes sociales, esas mismas redes que exhibieron al comunicador Sergio Romano en su exabrupto misógino y a la maestra Clarissa bailando en bikini en una playa.

Esas mismas redes que han exacerbado el encono y la violencia comunitaria contra la mujer.

El caso es que ya se han sumado 40 ciudades a la iniciativa, entre ellas Hermosillo.

Son mujeres muy jóvenes las que se plantan frente a los escasos medios de comunicación que responden al llamado: Ismene Figueroa, Andrea Sánchez, Elisa Baca y Fátima Morales. Luego se les suma la maestra de la Unison, Mary Carrasco. Seguras, firmes, sin titubeos, comienzan con una exposición de motivos para explicar la urgencia de esta movilización nacional, lo necesaria e ineludible que es.

En Sonora el 2015 cerró con 62 feminicidios. En el 2016 se mantiene la tendencia. Según la ONU-Mujeres, Sonora ocupa el segundo lugar nacional en violencia contra las mujeres, con un 54%.

En México siete mujeres son asesinadas diariamente con total impunidad; “las mujeres en este país somos supervivientes”, advierte Ismene Figueroa.

¿Pero el hecho de que haya una mujer al frente del poder Ejecutivo y tener un Congreso con más del 40% de diputadas no ha provocado una mejora, aunque sea ligera?

No, dicen muy seguras todas ellas.

El arribo de las mujeres al poder, de momento, ha servido para crear modelos y paradigmas nuevos, en cuanto al mensaje de que las mujeres tienen el derecho de aspirar a puestos de poder en igualdad de condiciones, por eso es muy importante la ley 50-50.

Pero las fiscalías especializadas en violencia contra la mujer siguen resistiéndose a aplicar los protocolos que dictan las leyes locales e internacionales, siguen siendo renuentes a expedir órdenes de protección, los policías no acuden a los llamados de emergencia, y las víctimas son revictimizadas en los ministerios públicos, tratadas sin ninguna sensibilidad, ignoradas en sus denuncias, humilladas, vejadas.

En resumen, el Gobierno de Sonora no garantiza la seguridad de las mujeres ni tiene la voluntad ni los medios para asegurarles mínimamente a las mujeres una vida libre de violencia.

Los medios de comunicación contribuyen diariamente a las violencias contra la mujer con su discurso machista, a veces abiertamente, a veces de forma velada.

En ese sentido, argumentan, el caso Sergio Romano es uno más de los muchos existentes y lo único que ha hecho es exponer a los medios de comunicación en sus prácticas machistas. Pero más que correr a los comunicadores, lo que tienen que hacer las empresas es capacitar a su personal desde la perspectiva de género para ejercer su trabajo, aboga este grupo de mujeres que ha diseñado una serie de actividades que iniciaron el 20 de abril en el Museo de Arte de Sonora Musas, con la exposición de las 12 recomendaciones emitidas por la Conavin a Sonora, sobre las cuales las autoridades sonorenses han hecho caso omiso, y la presentación del libro “El sueño que no soñé”, de América Pina Palacios.

Continúan este viernes 22 de abril en el parque Madero, a las 18:00 horas, en el que se unirán a la celebración del Día de la Tierra; el sábado 23 de abril invitan al LadyFest en La Casa del Pueblo, a las 8:30 horas; al día siguiente, 24 de abril, convocan a una marcha en la plaza Bicentenario, a las 18:00 horas, que se sumará a la movilización nacional.

También se concentrarán el 26 de abril, de ocho a dos de la tarde, en la escalinata del Congreso y el 27 de abril en la Universidad de Sonora.

Con todas estas actividades buscan crear conciencia sobre los feminicidios impunes, el acoso y el hostigamiento en vía pública, la precariedad laboral, la despenalización del aborto, la explotación sexual de mujeres y niñas, entre otros; además de evidenciar las omisiones y complicidades de las autoridades mexicanas respecto de los crímenes que se cometen en contra de las mujeres.