A dos años del desastre ecológico en Río Sonora: opacidad e incertidumbre
Por Rigo Gutiérrez E./
La falta de información clara y confiable sobre la realidad tras el desastre ecológico que causó la mina de Cananea, ha sido un factor determinante para poner en situación vulnerable a los pobladores del río, determina la Red Fronteriza de Salud y Ambiente AC
El derrame tóxico sobre las aguas del río Sonora no sólo dejó un irreparable daño ecológico desde Bacanuchi hasta Hermosillo, también recordó el rostro de opacidad con el cual se manejan los fideicomisos en México: ocultar información, jugar con las cifras, los millones, las vidas.
Fue en septiembre de 2014 cuando las empresas Buenavista del Cobre y Operadora de Minas —subsidiarias de Grupo México—, aportaron 2 mil 100 millones de pesos para la creación del llamado Fideicomiso del Río Sonora, el cual es operado a través de un Comité Técnico, presidido por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat).

A dos años de la mayor tragedia ecológica en el estado, ni el dinero ni las acciones han sido suficientes para remediar el daño. Así lo confirma el Dr. Hermes D. Ceniceros representante del agrupación Red Fronteriza de Salud y Ambiente, en entrevista para Primera Plana.
Esta agrupación ha trabajado de cerca con los pobladores del río, en la medida de sus posibilidades han establecido foros de información en los diversos municipios, han brindado talleres para que la gente conozca los efectos que tienen en sus organismos las diferentes sustancias tóxicas, también fijaron un observatorio ciudadano para compartirles toda la información relacionada a la contaminación —oficial y no oficial—.
Y es precisamente la falta de claridad en la información, el problema más grave entre los más de 20 mil ribereños.
“El acceso a la información no ha sido muy transparente —expone el investigador—. El portal web del Fideicomiso sí publica cierta información pero a veces la sube y la vuelve a bajar. Desde ahí vemos un comportamiento un poco extraño que les genera dificultades a los investigadores a la hora de querer estudiar el fenómeno”.
Además explica, muchos de los pobladores son personas adultas sin acceso a Facebook o Twitter en el celular. Tampoco en las comunidades del río no hay señalamientos ni recomendaciones.
“Nosotros vemos que en estos dos años sí ha habido información, pero no ha sido la más transparente, ha sido complicado obtenerla y analizarla también, porque no hay mucha confianza. Aun así con eso ha sido suficiente para señalar algunas cosas”, sostiene.
Es así que en este ejercicio de la Red Fronteriza, también crearon lazos con otras agrupaciones como Poder, Comité de Cuenca, STAUS, y Sindicato Minero Sección 65. Todos han colaborado en bajar la información, apunta.
Sin embargo, para el Dr. Hermes, los avances por parte de las autoridades para solucionar la problemática aún parecen estar muy lejanos y han quedado a deber.
“Nada más es una planta tratadora la que se ha cumplido en Bacanuchi, en dos años para toda la región y eso deja fuera a Arizpe, Huépac, San Felipe de Jesús, Baviácora, Banámichi, entonces no ha cumplido el Fideicomiso Río Sonora con algo que prometió en un principio y siguen violentando el derecho humano al agua potable, y con eso a la salud”.
Sobre la entrega de los fondos del Fideicomiso a los afectados, el representante de la Red Fronteriza anota que el dinero dividió a la población y quedó en manos de políticos, como recientemente fue ventilado en un trabajo periodístico de SinEmbargo.Mx donde revelan que 536 millones fueron repartidos a siete alcaldes y sus familiares.
“Tanto autoridades —que han sido omisas a esa responsabilidad—, como la empresa, están dejando mucho qué desear, por incumplir con lo que prometieron, por una parte, pero por otra siguen actuando de la misma manera y dejando en total vulnerabilidad a una población que es de más de 22 mil personas”.
“El daño ambiental ahí está y nadie está haciendo nada por ello, el acceso a agua de calidad, acceso a la salud. Realmente no se han cumplido, ni siquiera están empezando de una manera responsable para mejorar la salud”, añade.
Para los integrantes de la Red Fronteriza aún quedan muchos estudios por hacer en la zona, pero la mayor preocupación que ven es el grave panorama de salud. “Independientemente si es por la situación de la contaminación del río Sonora, estamos viendo que su acceso a la salud es muy limitado, y con toda la sicosis que genera vivir en un medio ambiente contaminado, esta problemática aumenta”.