Nos urge redefinir la forma en que México se conducirá con el nuevo presidente de Estados Unidos, toda vez que la imagen de nuestro país ha quedado dañada por el discurso insultante del candidato republicano
Por David Figueroa
No hay plazo ni fecha que no se cumplan y después de una larga y estridente temporada electoral el pasado martes, nuestros vecinos del norte acudieron a las urnas para elegir a su próximo presidente que habrá de dirigir los destinos de esa gran nación.
México y Estados Unidos están irreductiblemente integrados en sus economías en acuerdos y proyectos claves para la estabilidad y seguridad de ahí la relevancia de la elección presidencial norteamericana.
Los efectos y nerviosismo que genera esta elección ya los hemos resentido los mexicanos; el ejemplo más palpable es la devaluación del peso mexicano frente al dólar.
El candidato Republicano Donald Trump que ha mantenido una narrativa antimexicana al reducirnos como un país que expulsa mexicanos, exporta drogas y roba empleos a norteamericanos ha generado con todo y sus disparates un gran daño a la imagen de México que trascenderá estos comicios.
Con insistencia menciona que en esta elección habrá fraude él sabe bien que no es así, pero quiere mantener a base de odio y enojo a sus seguidores.
Su discurso sigue la lógica del Populista, que es una lógica confusa “Nosotros contra ellos” y ellos implica a Hillary Clinton, Obama, los medios masivos de comunicación y desde luego todo aquel que piense distinto a él.
Seguramente Trump después del proceso que es probable no le sea favorable y donde se estima pueda obtener casi un 40% de los votos populares decidirá mantenerse y cultivar esos votos para construir un imperio mediático o bien partidista sus seguidores son fieles y no le darán la espalda seguirá siendo noticia que es lo que él quiere.
Mientras tanto la candidata Demócrata Hillary Clinton una experimentada exsecretaria de estado y primer mujer candidata y probablemente la primer mujer presidenta de EE.UU. se ha conducido con serenidad y prudencia.
Sus mayores desafíos han sido el ser parte del establishment político que genera enojo y frustración en el ciudadano y desde luego una economía débil, que si bien es cierto, no hay recesión si hay una percepción de declive al tener que conformarse muchos norteamericanos con trabajos de medio tiempo.
Pero más allá de quien gane esta elección en EE.UU. nos urge redefinir la forma en que México se conducirá con el nuevo presidente, toda vez que la imagen de nuestro país ha quedado dañada por el discurso insultante del candidato republicano que ha permeado en una base amplia de norteamericanos.
El americano promedio poco comprende que nuestras economías están estrechamente vinculadas y que gracias al tratado de libre comercio la región de América del Norte es la región económica más fuerte en el mundo, tampoco aprecian que su bienestar está ligado a México, mientras más exitoso sea México más seguro y estable será EE.UU.
El reto de México será que no se nos trate más como se nos ha tratado en esta campaña electoral y poner fin a una narrativa distorsionada por perjuicios acumulados que nos aleja de la verdadera importancia que México tiene para EE.UU.
México no merece ser el patito feo de ningún candidato, Donald Trump perderá esta elección porque ha sembrado odio, por su mal comportamiento, porque actúa antes de pensar y porque no soporta que se le cuestione cuando no se piensa igual a él.
Agradezco sus comentarios y retroalimentación a través del correo electrónico davidfigueroao@me.com; y en redes sociales: Twitter @DavidFigueroaO /Fb David Figueroa O.
*David Figueroa Ortega es empresario, Ex Cónsul de México en Los Ángeles y San José California; Ex Diputado Federal; Ex Alcalde de Agua Prieta; Ex Dirigente del PAN en Sonora.