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La familia en peligro

Graves amenazas que se ciernen sobre la familia provienen de un conjunto de fuerzas ideológicas, políticas y sociales que trabajan articuladas entre sí; el matrimonio es “la primera comunidad natural”

Por Dr. Jorge Ballesteros

La familia encuentra en el amor la fuente y el estímulo incesante para acoger, respetar y promover a cada uno de sus miembros en la altísima dignidad personal,   la familia hace posible la promoción humana y espiritual de todos sus integrantes contribuyendo a la renovación de toda la sociedad.

Los cambios culturales de las últimas décadas han influido fuertemente en el concepto tradicional de la familia. Sin embargo, la familia es una institución natural dotada de una extraordinaria vitalidad. Con gran capacidad de reacción y defensa, sin embargo estos cambios han sido perjudiciales y por eso el panorama de la familia puede decirse que está compuesto de elementos peligrosos para su supervivencia.

Podemos señalar entre estos elementos negativos para el desarrollo sano y estable de la familia a una equivocada independencia de los esposos, defectos en la autoridad y en la relación entre padres e hijos, dificultad para que la familia transmita los valores humanos y cristianos; creciente número de divorcios y de uniones no matrimoniales; el recurso fácil a la esterilización, al aborto y a la extensión de una mentalidad antinatalista muy difundida entre los matrimonios; condiciones morales de miseria, inseguridad y materialismo, los niños abandonados de la calle, etc.

Las graves amenazas que se ciernen sobre la familia provienen de un conjunto de fuerzas ideológicas, políticas y sociales que trabajan articuladas entre sí y que se le conoce como “Ideología de Género” o neomarxismo, las cuales pretenden disolver a la institución más firme que es la familia, pilar principal de nuestra civilización occidental.

Se presenta a la familia como una institución anacrónica y moribunda, y a los estilos de vida alternativos como la homosexualidad, el incesto y otras perversiones como cosas perfectamente normales que deberían ser aceptados por todos.

El reconocimiento de la familia monoparental pone en cuestión el modelo recibido; lo hace la introducción del divorcio exprés; y completa el desafío la legalización del matrimonio entre homosexuales, seguida por el derecho de éstos a la adopción.

Se quiere equiparar a las uniones homosexuales con el matrimonio tradicional formado por un hombre y una mujer, para banalizar y deformar el concepto de matrimonio, según lo entiende no solo la religión sino las mismas leyes naturales.

El matrimonio es la institución natural que tiene por fin, además de consagrar el amor entre los esposos, la conservación de la especie a través de ese amor precisamente. El matrimonio es un compromiso voluntario y libre, mediante el cual deciden quererse y entregarse el uno al otro, en exclusividad y permanencia.

El matrimonio es “la primera comunidad natural”. El matrimonio cumple una doble función: reconocer y proteger la estabilidad de los esposos, asegurar la supervivencia y crianza de los hijos. Y ello es imposible con la unión homofílica.

El feminismo radical presenta a la mujer como si estuviese esclavizada o dominada, ya sea por su esposo, por la propia familia, o por el conjunto de la sociedad.

En realidad, lo que se pretende es “liberarla” de la Ley Moral, para así degradarla a ella, a sus hijos a la familia y a la sociedad entera.

La Ideología de Género es una propuesta ideológica radical y dogmática que busca imponer un nuevo concepto de sociedad, basada en una redefinición de los conceptos de género y familia.

Dice que el hombre puede elegir si es hombre o mujer, homosexual, lesbiana, bisexual, o lo que quiera, sostienen que hay varios tipos de géneros.

En realidad se trata de la pérdida del sentido común y de una mentira colosal que se impone al público en general. Destruir a la institución natural de la familia y en su lugar promover y legalizar las uniones de homosexuales, para este fin se modifica la constitución y las leyes de los países.

Con eso ya era claro que la familia basada en el matrimonio monogámico, indisoluble y fecundo no pasaría de ser, para el régimen que se quiere gestar, una entre las muchas formas toleradas, en el mejor de los casos en igualdad de condiciones con otros tipos de “familia” y aún con las peores perversiones.

Se trata de un nuevo programa de “desconstrucción” de los restos de la sociedad de inspiración cristiana, para imponer un modelo relativista en lo ideológico y amoral en las conductas. Su fundamento doctrinario se encuentra en una peculiar interpretación —por lo demás, nítidamente relativista— de los derechos humanos, haciendo total abstracción de la enseñanza de la moral tradicional y de la cultura de nuestro pueblo.

En contra de la ideología de género nosotros sostenemos que el valor la familia debe ser reconocido, protegido y sostenido por la nación, porque: La familia se funda sobre el compromiso estable entre un hombre y una mujer, en el que ambos hacen donación de sí mismos, comprometidos a la procreación y cuidado de los hijos.

La familia es el punto de apoyo y de partida de una sociedad: es aquí donde se educa a los futuros ciudadanos. Padre y madre son los principales responsables de garantizar una óptima educación de los hijos. Nadie puede sustituirlos en esta tarea.

Cada hombre es responsable de una manera u otra de la sociedad en que vive, y por tanto de la institución familiar.

El bienestar de la familia debe ser promovido. Y de eso, ¡todos somos responsables!

 

*Asociación Sonorense de Filosofía ASFIL