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El problema se llama impunidad

Las estadísticas señalan que más del 50 por ciento de las agresiones a periodistas provienen de gobernantes de todos los niveles y poderes gubernamentales ¿Quién va entonces a ponerles coto? ¿Los mismos que las originan?

Por Feliciano J. Espriella

Javier Valdez Cárdenas hace menos de dos semanas y Miroslava Breach Velducea poco más de dos meses, fueron asesinados a mansalva porque aquí en México el asesinato es un infamante delito que se ejercita con la mayor de las impunidades.

En dos meses en el caso de la periodista chihuahuense lo único que se alcanza a vislumbrar es que no tienen nada para resolver el caso. A los diez días del asesinato del periodista sinaloense, los sesudos “investigadores” sólo habían alcanzado a descubrir que fueron dos los asesinos en vez de uno como se dijo al principio y que fueron doce, no siete, las balazos que le pegaron.

Y por si fuera poco, el jueves de la semana pasada en Michoacán fue levantado por un comando armado el periodista Salvador Adame Prado, del cual, al pasado miércoles no se tenían noticias.

En los casos de los periodistas masacrados, como en los más de 120 periodistas mexicanos asesinados en el presente siglo, de inmediato los primeros mandatarios de las respectivas entidades y hasta los mismos presidentes de la república en turno, condenaron los crímenes y pregonaron a voz en cuello que no quedarían impunes. Desconozco el dato pero no creo que superen el diez por ciento los casos resueltos y en los que se castigó tanto a los asesinos materiales como a los intelectuales.

Cuando menos como paliativo al gremio de comunicadores, hay que señalar que la misma situación de impunidad es generalizada y cuando menos de cada diez asesinatos, independientemente de la ocupación y género de las víctimas, nueve nunca se resuelven. Lógicamente, si las probabilidades de ser castigado por cometer un asesinato son mínimas, los crímenes seguirán siendo muy recurrentes.

Las marchas son buenas como señal de repudio. Nada más

La semana pasada en todo el país, como sucede casi siempre que un periodista es asesinado, en la mayoría de las ciudades importantes del país hubo marchas y plantones de periodistas en señal de protesta. Aquí en Hermosillo no fue la excepción, y un grupo de periodistas se manifestaron frente al palacio de gobierno para protestar y formular algunas peticiones encaminadas a generar seguridad a los periodistas, entre las que destaca la creación de una fiscalía especializada para atender las agresiones a los comunicadores y el nombramiento de ombudsman.

El pasado miércoles a nivel nacional también se dieron varias protestas por la mayoría de los más importantes medios nacionales y organizaciones de la sociedad civil. Sin duda estas acciones aumentarán las presiones al gobierno federal y al presidente Peña Nieto para que se atienda con seriedad el problema que tantas muertes y agresiones año con año sufren  decenas de periodistas en todo el país.

Lamentablemente me parece que al igual que una gran cantidad de agravios que ha sufrido la población mexicana en general y que tiende a incrementarse, la presión les ocasionará un poco de molestia y nada más. Los gobernantes y autoridades en México tienen la piel muy dura y una concha a prueba de no digo de golpes, de marrazos.

En lo personal estimo que manifestaciones, marchas, plantones desplegados, condenas en los espacios de opinión son importantes, pero insuficientes. La presión debe ser permanente y dirigida a la principal causa: la impunidad.

Gobierno y crimen organizado los principales agresores

Las estadísticas señalan que más del 50 por ciento de las agresiones a periodistas provienen de gobernantes de todos los niveles y poderes gubernamentales ¿Quién va entonces a ponerles coto? ¿Los mismos que las originan? No creo que vayan a darse un balazo en el pie

Seguramente casi la totalidad del resto son por cuenta del crimen organizado, el cual, ha rebasado en todos sentidos el combate de todas las corporaciones policíacas, ejército y armada. Lo reconozcan o no las autoridades, van perdiendo la guerra contra el narcotráfico que inició Felipe Calderón y que prosiguió quien en su campaña política pregonó en varias ocasiones que él sí sabía cómo enfrentar el problema del narcotráfico y la delincuencia organizada.

Honor a quien honor merece

El pasado martes en una emotiva ceremonia se le confirió el nombre de Manuel Romo Rodríguez a la sala de exposiciones de artes plásticas del Museo y Biblioteca de la Universidad de Sonora. Un muy merecido reconocimiento a quien es considerado uno de los más grandes pintores que ha dado el estado de Sonora.

Inició también la exposición “Retrospectiva de Manuel Romo 2017” con una gran cantidad de pinturas del artista, la cual permanecerá durante varios días en la mencionada sala, algunas de las cuales están a la venta. Son de gran calidad artística y sensibilidad. Vale la pena ir a verlas.

Por hoy fue todo. Gracias por su tolerancia y hasta la próxima.