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Transfuguismo político: ¿avance o retroceso?

Se trata de una de las nuevas enfermedades (¿o deformaciones?) de la política; a pesar de la modernidad, los cambios y las reformas electorales. Ahí tienen los partidos una verdadera papa caliente ante lo que se avecina en el 2018

Por Bulmaro Pacheco

¿Progresan los municipios cuando una sola familia o un solo grupo político se apropia del Poder por años? No, casi en ningún aspecto progresan los pueblos bajo ese modelo. Más retrocesos que cambios reales. ¿Han avanzado los pueblos con la alternancia de partidos en el Poder? En algunos casos sí avanzan, en otros retroceden. ¿Ha beneficiado a la política municipal la diversidad de partidos políticos? Han ampliado la participación y la representación, pero en muchos casos han abonado el transfuguismo y la corrupción en el voto. ¿Ha beneficiado a los pueblos la pluralidad?, o ¿la política local sigue en las mismas? Alternativas políticas sí, pero no ha habido un mayor desarrollo político. Siguen los vicios y las simulaciones con independencia de los partidos.

En teoría, la alternancia debería significar progreso en los pueblos, por la diversidad de enfoques y la manera de abordar los problemas pero…

El transfuguismo y la concentración del Poder político se han intensificado ante la disputa permanente de los partidos por hacerse de militantes y el poder a cualquier precio en las regiones.

También por las crisis de los partidos en los procesos de selección interna de sus candidatos, donde algunos procedimientos estatutarios han sido rebasados al sembrar inconformidades entre quienes no son seleccionados y que después optan por buscar otras alternativas de participación.

Hay una conciencia mayor sobre el ejercicio de las libertades, una de ellas es la de cambiar de partido o de ideas, sumado todo esto a la crisis en la disciplina tradicional en los partidos que por ahora se ve débil.

La disciplina política tradicional en los partidos ya casi no existe. Por ahora, no hay militante de partido político alguno que le tema a la aplicación de los mecanismos estatutarios y disciplinarios que a veces llevan a la suspensión de derechos partidistas y/o a la expulsión.

Hay una crisis política peor, y proviene del enquistamiento de familiares o miembros de un solo grupo en el reparto de candidaturas, donde unos y otros se turnan, cerrando los espacios a militantes que reclaman derechos y oportunidades. En este caso no ha importado el partido político. Hay realidades donde el interés particular ha rebasado por mucho al interés general y la política se ha reducido solo a cuidar los interese de grupo. Los intereses particulares por encima del interés general y los problemas fundamentales de esas realidades no se resuelven, se posponen.

Con el tiempo, esa crisis ha devenido en una rotación simulada y el control del personal político en realidades locales, para ponerlos a disposición de los grupos o personas dominantes.

Vicente Terán Uribe llegó a la presidencia municipal de Agua Prieta por primera vez en 1997. En el 2000 pasó a ser diputado local por ese Distrito y su esposa Irma Villalobos lo sustituyó en el ayuntamiento para el trienio 2000-2003. Vicente Terán volvió a ser postulado por el PRI en el 2003 y fue derrotado por David Figueroa (PAN). En 2009 buscó de nuevo la candidatura a la alcaldía y al no obtenerla por el PRI, se postuló por el Partido Socialdemócrata, y ganó. Gobernó del 2009 al 2012. Volvió a ser diputado local por el PRI a la LX Legislatura de 2012 a 2015. Y de nuevo, su esposa Irma Villalobos —que había sido diputada local a la LVIII Legislatura (2006-2009)—, postulada por el PRI lo sustituyó en la Presidencia Municipal para el período 2012-2015.

Terán volvió de nuevo a ser candidato —ahora del PRI— a la presidencia en 2015 y fue derrotado por el panista Héctor Ruvalcaba, con una diferencia de 10,674 votos PAN-PRI, y de 6,350 PAN-Coalición. La derrota arrastró a toda la fórmula de candidatos del PRI.

¿Se resolvieron los problemas fundamentales de Agua Prieta bajo el modelo de control familiar del poder? La gran diferencia en votos en la elección del 2015 parece ser la respuesta a esa interrogante. Hubo hartazgo.

Armando Enrique Rodríguez Valencia fue militante del PRI por muchos años. Ha sido ya en tres ocasiones presidente municipal de La Colorada. Dos por el PRI y una por el PRD. La primera ocasión en 1997, la segunda en 2003 y la tercera en 2012; antes, lo había sido su suegra Francisca Cerecer, de Tecoripa, en el periodo 1988-1991. Una buena presidenta, sin duda.

El cuñado de Enrique (hijo de Francisca Cerecer), Romeo Ernesto Porchas Cerecer, gobernó para el PRI en el trienio 2009-2012. Hubo un intervalo panista en 2006 cuando ganó Jesús Leonardo Cota Pasos.

Dejando atrás su militancia priista, Rodríguez Valencia se postuló —ahora por la coalición PRD/PT/MC— de nuevo para la alcaldía y ganó para el periodo 2012-2015. Rodríguez recibió el Poder de su cuñado en 2012, lo ejerció tres años y en 2015 se lo entregó ¡a su hija!, —nieta de Cerecer y sobrina de Porchas— Perla María Rodríguez Porchas, también postulada por el PRD, que le ganó a Dolores Amparano (PRI) por tres votos.

¿Ha servido este sistema de concentración del poder en una familia, para que se resuelvan los problemas fundamentales de La Colorada? Desde luego que no. Los problemas ancestrales del municipio como educación, salud e infraestructura no han experimentado avances significativos.

Los pueblos no progresan con estas patologías político partidistas y eso lo deberán analizar a fondo las dirigencias. Los problemas y rezagos estructurales permanecen. No se perciben mayores cambios. Progresan, eso sí, los personajes mencionados —que con cuestionamientos y todo— han sido electos, pero “se cambia para que todo siga igual”. Sin duda.

El municipio de San Javier en Sonora —aun cuando su padrón electoral no rebasa los mil votantes (776)—, es todo un laboratorio político que ha mostrado en los últimos años las tensiones derivadas de las alternancias donde la tradición opositora se gesta cada tres años por los desacuerdos y las tensiones políticas. También por los intereses de grupo que buscan ejercer control sobre el rumbo de los municipios.

Siempre con una participación arriba del 75 %, la elección en ese municipio se ha ido cerrando con el tiempo: En 2003 el PRI le ganó al PAN con 74 votos. En 2006 la diferencia a favor del PRI fue de 72. En 2009 el PAN le gana al PRI por solo 8 votos. En 2012, el priista Hilario Valeriano Mendoza Agüero le gana a Francisco Javier González de la alianza PAN/Nueva Alianza, por una diferencia de solo 11 votos.

En 2015, Mendoza Agüero quiso imponer candidato y no pudo. Inconforme con el PRI impulsa la candidatura de Alfonso Alday Ayala por el PRD.

En esa elección, la candidata del PAN Araceli Arvizu Flores hizo caer la tradicional votación de ese partido a solo ¡42 votos! y el candidato del PRD absorbió los votos panistas logrando 309, quedando a solo 17 votos del primer lugar que logró Luz Ofelia Flores Martínez (326-309). La candidata del PRI y dirigente de la asociación local de mineros se convirtió en la tercera mujer que gobierna el municipio después de María del Rosario Flores Leyva (1994-1997) y Sara Sofía Ochoa Ruiz (2000-2003).

El transfugusimo del exalcalde Mendoza Agüero funcionó pero no avanzó porque trató de dañar al PRI al impulsar una alternativa a través del PRD que quedó muy cerca del triunfo. Quizá fueron los manejos realizados en las últimas semanas de su período, que derivaron en la auto asignación del viejo edificio del Palacio Municipal —que a decir de las autoridades costaba 400 mil pesos y se lo adjudicó, con el acuerdo del cabildo saliente, en 70 mil—.

El edificio, hoy ocupado por una tienda Diconsa ubicado a la entrada de la cabecera municipal, cuenta con un amplio terreno de más de mil metros cuadrados. La compraventa se anuló.

Ahora las cosas se le han complicado al ex presidente municipal. Gracias a la denuncia del ayuntamiento que preside Ofelia Flores y los trabajos de la Fiscalía Anticorrupción, el ex alcalde ya fue sentenciado por “Ejercicio abusivo de funciones” (un año tres meses de prisión) y “Peculado” (10 meses) También ha sido inhabilitado para ocupar cargos públicos.

Se sienta precedente en Sonora, sobre todo porque tanto la alcaldesa entrante como el saliente son del mismo partido. Que se recuerde, antes, habían padecido cárcel Marcial Bazúa Vizcarra, de Empalme (como expresidente y en el extranjero); José Almada, de Etchojoa (como expresidente y por delitos de su antecesor); Ernesto Cornejo Valenzuela, de Benito Juárez, del partido Fuerza Ciudadana (que no logró tomar posesión en 2003); y el panista Arturo Reyes Trujillo, de Fronteras aprehendido en 2012 por la Interpol y llevado a los Estados Unidos.

En Bácum, en el proceso electoral del 2012, Efrén Romero Arreola de la alianza PRI-Verde le ganó la elección al candidato de la alianza PAN/Nueva Alianza (Juan Alfonso Barreras Martínez) con una diferencia de 482 votos (3,300 contra 2,818). En esa elección el PRD obtuvo 2,192 votos.

En el proceso interno para seleccionar candidatos en 2015, Romero Arreola presionó al PRI para que se postulara candidata a la Presidencia Municipal a su esposa (el síndrome de Agua Prieta aplicado también en Fronteras, cuando en 2012 Israel Quijada impulsó a su esposa Lorena Beltrán como candidata a la alcaldía, pero perdió). Al no conseguirlo, el alcalde priista se definió partidario del candidato del PAN al gobierno estatal, Javier Gándara Magaña, prestando incluso su imagen para que el PAN explotara la idea de divisiones en el PRI, cuando mediante desplegados insertos en los periódicos, tanto Romero como un hermano de Samuel Moreno y David Corral, de Álamos —todos explotados como priistas inconformes (sic)— aparecían brindando su apoyo al PAN. Esos excesos fracturaron al PRI en Bácum y en la elección de 2015 el expriísta Eusebio Miranda Guerrero, postulado por el PRD le ganó al candidato del PRI, Ildefonso Machado Domínguez. Miranda había buscado antes la candidatura por el PRI.

Transfuguismo político y concentración del Poder en grupos, sin duda las nuevas enfermedades (¿o deformaciones?) de la política; a pesar de la modernidad, los cambios y las reformas electorales. Ahí tienen los partidos una verdadera papa caliente ante lo que se avecina en el 2018. Dice Bruce Ackerman que “la vida política está llena de patologías y que los movimientos partidistas siempre se encuentran en una carrera contra el tiempo”. También que “la historia no se repite a sí misma, pero es todo lo que tenemos, es una fuente preciosa se precedentes”. Tiene razón. Pero… ¿Aprenderemos de esos precedentes?

 

bulmarop@gmail.com