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“Tu Pequeña Biblioteca” o de cómo los buenos somos más

Manuel Terán y Lizeth Hooper acaban de instalar en el parque Bugambilias una modesta biblioteca cuyos libros están al alcance de cualquiera sin ningún costo; una iniciativa que transforma la pasión por la lectura en un acto de recuperación de los espacios públicos

Por Imanol  Caneyada

La mejor manera de hacer nuestra la ciudad de nuevo es recuperando sus espacios públicos, no con más policía ni más armas. Esta idea la comparten Manuel Terán y Lizeth Hooper, dos hermosillenses que acaban echar a andar la iniciativa Tu Pequeña Biblioteca.

Un concepto que en otros países donde la inseguridad se convirtió en el pan de cada día ha dado muy buenos resultados, pero que en México, la clase gobernante se resiste a aplicar.

Afortunadamente, Manuel Terán y Lizeth Hooper forman parte de ese batallón de ciudadanos que piensan que somos más los buenos y que, ingenuamente si quieren, creen que la propia comunidad defenderá con el paso del tiempo esta idea pequeña pero gigante, la de poner a disposición de la gente, sin ningún costo, una pequeña biblioteca en el parque de la colonia Bugambilias.

Todo empezó con Manuel Terán, un joven hermosillense que hace cuatro años vive en Seattle, Estados Unidos, trabajando para Amazon.

En el barrio en el que habita hay por lo menos cuatro Little Free Library, una organización que ha extendido por Estados Unidos y Europa esta idea provocadora de instalar en un parque o en una plaza una especie de buzón de madera con libros dentro al alcance de cualquiera que pase por ahí.

Manuel pensó que México, concretamente su ciudad de origen, Hermosillo, merecía algo parecido y se propuso llevarlo a cabo en el parque Bugambilias.

Pero necesitaba una cómplice; y la encontró en Lizeth Hooper, vecina del parque, joven maestra de primaria que, a su vez, con este mismo espíritu, hace cuatro años se instaló en ese mismo espacio con la iniciativa Érase una vez

La iniciativa fue puesta en marcha hace apenas unos días atrás y ha sido bien recibida por los vecinos de este sector.

Durante todo ese tiempo, Lizeth, cada sábado, convoca a las familias de la colonia y del resto de Hermosillo al parque para trabajar dinámicas de narración oral, manualidades y la recuperación de juegos tradicionales que implican la interactuación de los niños entre ellos y con los adultos, una bocanada de oxígeno en un mundo en el que hemos terminado por interactuar más con las pantallas que con la gente.

Durante cuatro años, de forma gratuita, y paulatinamente, la gente del barrio y de otros barrios ha acudido a la cita con Lizeth para conocer la historia de la radio o de los pueblos originarios, hacer manualidades y jugar en el parque, una idea que cada vez nos parece más aterradora a tenor de los tiempos que corren.

Cuando Manuel supo de Lizeth y sus actividades gracias a un amigo común, entendió que era la persona correcta para echar a andar Tu Pequeña Biblioteca.

Hace menos de dos semanas, una vez que tuvieron lista la estructura, cavaron un hoyo en el parque y la instalaron. Dentro, un puñado de libros al alcance de cualquiera que pase por ahí; afuera, un breve escrito en el que explican el porqué de esta mini biblioteca y las “reglas” de funcionamiento.

Lo de las reglas es una forma de hablar, la verdad es que no hay ninguna; uno puede llegar, abrir la puertita de cristal, tomar un libro y sentarse en el parque a leer. O bien, tomar el libro e irse a su casa a leerlo; si le gusta mucho, incluso puede quedárselo, aunque la idea es que lo devuelva o lo sustituya por otro para que la biblioteca se mantenga.

Manuel nos confiesa vía videoconferencia desde Seattle que lo que quiere es compartir con la mayor gente posible una pasión que descubrió no hace mucho, la de la lectura, porque si bien un libro no te cambia la vida, muchos libros leídos por muchas personas sí pueden hacer una diferencia, dice.

Contra el vandalismo, la gente

Cualquier niño o adulto puede llegar a esta biblioteca y tomar un ejemplar para disfrutar de la lectura, o bien también puede depositar un libro, para compartirlo.

Cuando Manuel compartió con sus amigos y conocidos la idea de instalar una pequeña biblioteca pública en un parque de Hermosillo, lo primero que le dijeron es que no iba a durar ni dos días.

Lo mismo pensó Lizeth; ¿cuántas horas resistiría el pequeño buzón antes de que lo destruyeran o lo robaran?

Por desgracia, coinciden ambos, las cosas en México son así y no estamos acostumbrados a respetar ni a cuidar los espacios públicos.

Pero este pesimismo, sin duda, muy justificado, no los detuvo y decidieron confiar en la gente, en sus vecinos, en los ciudadanos que usan el parque.

Para asombro de todos, hace más de una semana que Tu Pequeña Biblioteca sobrevive intacta en el parque.

No cantan victoria, la idea, comenta Manuel, es que la primera vez que la vandalicen o la roben, ellos instalarán una nueva; también la segunda vez, para la tercera, confían, la propia comunidad se hará cargo.

Esta idea, que podría parecer ingenua, pero que es muy poderosa, la confirmo unos minutos antes, al llegar a casa de Lizeth, justo enfrente de la mini biblioteca.

Una pareja de adultos mayores hurga ilusionada entre los libros. Les pregunto qué les parece la iniciativa y me dicen que es estupenda. También les pregunto si no temen que un día de estos la destruyan o la roben; me contestan que sí, que hay vagos y drogadictos que llegan al parque a diario, pero que ellos acostumbran a sentarse en una banca cercana y vigilan que no le pase nada a su pequeña biblioteca.

Manuel, a pesar de residir hace cuatro años en Estados Unidos y estar, de alguna manera, viviendo el sueño americano, sigue estrechamente ligado a su ciudad de origen y confía en que los hermosillenses harán suya esta iniciativa.

La maestra Lizeth, desde su casa, a menos de veinte metros de la pequeña biblioteca, comparte esta fe, la contagia, y cuida de que se cumpla.

Al final de cuentas tal vez tengan razón y los buenos seamos más en esta ciudad cimbrada por la delincuencia; con el tiempo, cualquiera de nosotros arma un pequeño buzón, lo instala en el parque de su colonia e inaugura otra pequeña biblioteca.

Esta idea no tiene dueño, nos dicen Manuel y Lizeth, puede ser de todos.

Las personas interesadas pueden dialogar con Manuel y Lizeth a través de la página de Facebook Tu pequeña biblioteca.