
Para disfrazar las cosas, en Argentina incluyeron al aborto en un programa de salud, pero el aborto no es un programa de salud pública, es una práctica médica que es biológicamente de una violencia enorme contra la mujer
Por Dr. Jorge Ballesteros
Pena y consternación al enterarnos de que Argentina inicia el camino de la matanza de inocentes. Diputados aprobaron la ley del aborto en Argentina, con 129 votos contra 125 y una abstención, la Cámara de Diputados de Argentina aprobó este jueves 14 de junio el proyecto del aborto, el que ahora pasará a discutirse en el Senado.
Las cuentas, conocidas en Argentina como «poroteo», pronosticaron desde el inicio del debate que ganaba el rechazo del proyecto de despenalización, pero al final tres diputados peronistas de La Pampa dieron un inesperado giro y con su traición ganó la propuesta abortista.
A todas luces esta ley es inconstitucional porque la Constitución Argentina lo prohíbe, artículo 75 inciso 22 y 23. En el 2015 el artículo 19 dice que se es persona desde el momento de la concepción, entonces la ley no se puede aprobar por que el congreso no está habilitado, hay que hacer una asamblea constituyente y modificar la constitución.
Moralmente esto es una estafa. Constitucionalmente no hay manera de aprobar la legalidad del aborto.
La iniciativa recientemente aprobada permite el aborto libre hasta la semana 14 de gestación; y hasta los nueve meses de embarazo bajo las causales de violación, riesgo de vida y salud de la madre e inviabilidad fetal.
En la causal por violación, se podrá acceder al aborto con el solo requerimiento y la declaración jurada de la mujer ante el profesional de salud. No se requiere denuncia ni investigación judicial, solo la palabra de la mujer de que fue violada. Está claro, pues, de que se abre de forma irrestricta la puerta, para que cualquier mujer pueda abortar sin ningún impedimento.
Por su parte, las menores de edad (16 años) podrán acceder al aborto solo con su consentimiento y sin necesidad de informar a sus padres. Necesitan ser mayores de edad para comprar cigarros o entrar a los antros, pero no para matar a su hijo.
Asimismo, La causal de riesgo de vida y «salud» de la madre deja abierta la posibilidad de eliminación de personas por su discapacidad. Se abre la puerta a la eugenesia, los niños con cualquier defecto a consideración de los médicos o de la madre, deberán ser eliminados sin mayor consideración.
Objeción de conciencia restringida y discriminatoria. Introduce de manera muy restringida la objeción de conciencia individual (art. 11). Establece un registro de objetores (art. 11) y exige que se informe al registro de estadísticas quiénes son los objetores (art. 14) en una clara medida discriminatoria. Son las llamadas “listas negras” de personas que luego se verán frustradas en toda posibilidad de promoción laboral. Dispone que el objetor debe realizar el aborto si la mujer requiere “atención médica inmediata e impostergable”. Esta restricción a la objeción de conciencia no respeta la libertad de pensamiento, conciencia y religión.
Nuevo delito para punir a los médicos, con figura agravada “si nace con vida la persona por nacer” (la orden es matarlos). La aplicación del sistema punitivo penal y de responsabilidad civil al profesional médico. En el art. 9 se disponen sanciones para los que no garanticen abortos. Se prohíben cualquier tipo de acciones que puedan ser interpretadas como dilatorias u obstáculos. El profesional queda reducido a mero prestador. No pueden ofrecerse a la mujer “consideraciones personales, religiosas o axiológicas de los/las profesionales de la salud ni de terceros/as” (art. 10). Si un médico u otra persona, trata de disuadir a la mujer de que aborte, entonces, cárcel para el infractor.
Sanciona con pena de seis meses a dos años al profesional que “dilatare, obstaculizare o se negare a practicar un aborto en los casos legalmente autorizados”. Esta pena se elevará de dos a cinco años “si, como resultado de la conducta descripta…, la mujer… no hubiere podido acceder a un aborto en los casos legalmente autorizados”.
No habrá objeción de conciencia institucional y los establecimientos de salud están obligados a realizar el aborto si la mujer lo exige como “atención médica inmediata”.
La mayoría de los médicos argentinos están por la vida y han dicho claramente “no cuentes conmigo” en relación al aborto.
Y es que una cosa son los diputados de izquierda y los lobbies de feministas radicales abortistas y otra cosa es el pueblo argentino, que si se hubiera hecho una votación en toda la nación, la mayoría de los argentinos se hubiera pronunciado por un contundente ¡no! Al aborto.
Las gentes que se oponían al aborto tomaron las calles de Buenos Aires con letreros que decían:
“Porque importan las dos vidas
Porque el aborto no es la solución
Porque el aborto destruye una mamá y mata a un hijo
Porque en el aborto seguro, seguro, alguien muere
Porque en el aborto gratuito alguien lo paga muy caro
Porque en el aborto libre alguien no eligió
Porque en el aborto legal el derecho a la vida no se respeta”.
El silencio de un argentino que tenía el deber de pronunciarse… Bergoglio guardó un ominoso silencio, y cuando por fin se pronunció condenando el aborto, lo hizo de forma tibia, sin ser contundente como debería, y en general faltó que la Iglesia Católica acaudillara de forma más activa al pueblo argentino en la defensa de la vida.
El mandatario Mauricio Macri no estuvo mejor, se vio ambiguo. El periodista argentino Ernesto Alonso en Prensa Republicana, escribe: “Como si lavase una culpa anticipada, Mauricio Macri ha declarado que no está a favor del aborto y que asume la posición de la Iglesia en defensa de la vida, pero considera un deber político proponer una solución legal a la presunta mortandad de las mujeres más vulnerables.
Como el fatídico Poncio Pilato, quien no quería condenar a Cristo, pero la horrenda tentación de “quedar bien” con los poderes del mundo, la debilidad contumaz de una autoridad sin altura y sin hondura, lo arrastró inexorablemente a la más trágica decisión de la historia humana”.
Para disfrazar las cosas, incluyeron al aborto en un programa de salud, pero el aborto no es un programa de salud pública, es una práctica médica que es biológicamente de una violencia enorme contra la mujer, se mete la legra al útero y se empieza a raspar y cortar el feto en pedazos, se corre el riesgo de romper la arteria uterina y provocar una hemorragia catastrófica, por eso no hay abortos seguros, aunque sean legales. Aún en las clínicas de primer mundo la mortandad materna es alta. No puede ser un programa de salud porque entran al quirófano dos personas vivas y en el mejor de los casos, solo sale una viva. ¿Cuál salud pública? ¡Es un asesinato!
Uno jamás puede ser tolerante con el mal. Uno debe luchar contra la mentira, la violencia y el asesinato que la ley promueve.
“No existe el derecho a matar”, las feministas radicales aborteras, quieren trasformar un delito en derecho. Un delito en un derecho no tiene solución.
Desde una valoración ética hay que decir, no todo lo que es legal, es moralmente bueno.
Existe, una campaña a nivel internacional de varias ONGs, entre estas el Fondo de Población de las Naciones Unidas para impulsar el aborto en nuestro continente, así como las trasnacionales del aborto norteamericanas: La PPF. Planned Parenthood Federation, la NARAL Pro-Choice America y la IPAS Organización de las Naciones Unidas.
Los proyectos de ley presentados para legalizar el aborto en Argentina y en otros países de América Latina presentan “el mismo marco legal y la misma estructura legal”.
Estas organizaciones invierten mucho dinero para que las leyes del aborto sean aprobadas en los países en vías de desarrollo y así incrementar sus ganancias.
No se trata solo de matar niños, sino que el objetivo es ganar dinero con el aborto, es el negocio multimillonario de las internacionales del aborto que como toda injusticia- afecta a los más vulnerables: madres confundidas y bebes indefensos.
Es una estrategia internacional marcada por estos organismos, que lo que les interesa en el fondo, es la ganancia económica. Son 300 dólares por aborto, hay 1.55 millones de abortos al año solo en USA, lo que significa una industria de 500, 000,000 de dólares anualmente.
Pocos saben lo que pasa en las clínicas aborteras: Es que la mujer en su momento más vulnerable, es recibida en la clínica, le matan al niño, son 375 dólares y la que sigue… Nunca te van a contar la otra historia, la de la madre arrepentida que ha cargado con este duro estigma de matar a su propio hijo y que la va a marcar para siempre.
Es claro que a los poderes fácticos que dirigen al mundo no les importan las mujeres, sino solo el dinero que les deja la sangre y la matanza de los niños.
Dos de sus principales representantes de esta casta de usureros y banqueros: El aborto es un medio principal para nuestro orden mundial (David Rockefeller en Trilateral Commision 1985).
“El aborto es el derecho que tiene la mujer de determinar su propia fertilidad” (John Davinson Rockefeller III, (The Second American Revolution pag. 64)
¡No dejes que otros se vuelvan millonarios matando a nuestros hijos!
El aborto es el principio de un país que va a morir. Un país solo será grande si protege a los más pequeños.
Ninguna persona, bajo ninguna circunstancia puede decidir sobre la vida de otro, más aun cuando ese otro es el ser más indefenso y vulnerable de todos: el niño por nacer. La vida desde su concepción debe ser salvaguardada con el máximo cuidado; el aborto es un crimen abominable.