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Sonora: ¿hacia dónde la transición?

Los próximos alcaldes y legisladores estarán a prueba y muy observados por la sociedad, ante retos muy complejos y problemas graves, donde deberán mostrar mesura, templanza, madurez, pericia, capacidad de trabajo 

Por Bulmaro Pacheco M.

El próximo 16 de septiembre, fecha en que se instalará el nuevo Congreso del Estado, Sonora experimentará la primera transición de su Poder Legislativo con mayoría opositora al partido en el Poder Ejecutivo. 

Este capítulo de la historia política de Sonora no puede ser comparado con otros capítulos de la historia local. Ni con 1997, ni aún con aquellos cuando el número de diputados que conformaban la Cámara evolucionó de 9 a 11 o de 15 a 18, hasta llegar a 21 distritos de mayoría relativa en 1994 (la representación proporcional en el Congreso empezó a tener vigencia a partir de 1979, con la aparición del PAN (que ganaría por primera vez dos distritos de mayoría) PPS y PARM, y en 1982 con la incorporación del PSUM, PST y PDM). 

Desde que esa cifra de 21 diputados fuera instaurada, será la primera ocasión en la historia del estado en que se registre una mayoría con un partido aliado que gana 20 de los 21 distritos de mayoría relativa. Ninguna alianza partidista en la historia reciente de Sonora –y en los tiempos de la pluralidad política– había logrado una mayoría de esas características, para la operación del Poder Legislativo. 

Tampoco se había registrado una presencia tan minoritaria del PRI con apenas cuatro diputados, y una más reducida todavía como la del PAN, (como en 1979) que llegará apenas con tres diputados. 

Por primera vez en 27 años el PRD no tendrá representación legislativa (solo gobernará en un municipio: Ures) y aunque haya perdido el registro a nivel nacional, el PANAL contará con dos diputados locales: Fermín Trujillo y el dirigente de la sección 28 del SNTE, Javier Duarte

Al dar a conocer el Instituto Estatal Electoral la relación de los 12 diputados locales de representación proporcional, las bancadas por partido político quedarán de la siguiente manera: 22 diputados para Morena y sus aliados (12 Morena, 5 PT y 5 PES), 4 el PRI, 3 el PAN, 1 Movimiento Ciudadano, 1 el Verde Ecologista y uno Nueva Alianza (dependiendo de lo que al final digan los tribunales). 

Con eso se ve la posibilidad de que el próximo Congreso funcione con 6 fracciones parlamentarias: 

Morena, PES, PT, PRI, PAN y PANAL. Inédito. 

Así, el Partido Morena y sus aliados tendrán la mayoría calificada que les permitirá diseñar iniciativas de reformas constitucionales, siempre y cuando se ajusten a lo establecido por el artículo 163 de la Constitución local, que a la letra señala: «Esta Constitución puede ser adicionada o reformada. Para que las adiciones o reformas lleguen a ser parte de la misma, se requiere que hayan sido acordadas por las dos terceras partes de los miembros de un Congreso y aprobadas por la mayoría del número total de los Ayuntamientos del Estado». 

¿Y cómo quedarán distribuidos políticamente los ayuntamientos de Sonora? Hasta hoy, de la siguiente manera: 36 para el PRI y sus aliados, 18 para Morena, 11 para el PAN, 3 (Átil, Nácori Chico, PEC) para Movimiento Ciudadano, 1 (Ures) para el PRD, 1 (Cumpas) para el PANAL, una más (Villa Hidalgo) para el Movimiento Alternativo Sonorense (MAS) y un independiente que gobernará en Cananea. 

En población municipal Morena gobernará a 2, 436, 958 habitantes. El PAN: 196,819; el PRI a 145,078; Movimiento Ciudadano (en caso de que gane PEC) 19,532; el PRD 8,704; Nueva Alianza 6,109; el MAS 1,523  y un independiente a 35,892 en Cananea. El último censo de población en Sonora registra casi tres millones de habitantes. 

Se registrará en Sonora un amplio movimiento del espectro político, dadas las características de quienes llegan al Poder Legislativo y a los ayuntamientos, reclutados en la temporada electoral por la ola que movió a amplios sectores de la sociedad sonorense a votar por la alternativa que representó Morena y su candidato Andrés Manuel López Obrador.

Una circunstancia que provocó sin duda que la votación por López Obrador en la entidad se incrementara notablemente. 

Es importante registrar que en su primera candidatura en 2006 AMLO logró en Sonora 240,114 votos, en 2012: 270,619 y en 2018: 651,806.

El acceso al poder del conjunto de representantes populares de Morena y sus aliados también se presenta en un contexto diferente al que se habían presentado las luchas políticas en Sonora en los últimos años. 

Hasta 2018, Sonora era de los pocos estados donde se habían unificado los procesos electorales y se  votaba en cinco papeletas al mismo tiempo.

Hoy tenemos una representación política mayoritaria que no se formó en la mística del partido al que representarán en sus futuros cargos, como lo hicieron la mayoría de miembros del PRI, PAN y PRD años atrás.

¿Bueno o malo para los acuerdos parlamentarios y municipales el que no exista una mística de partido? ¿Habrá sensación de pertenencia, disciplina e identidad? ¿O en cambio, las ideas fueron ya sustituidas por el pragmatismo?

No tardaremos mucho en saberlo a partir del mes próximo.

El escenario es este: La alcaldesa electa de Hermosillo, con el antecedente inmediato de militancia en el PAN, al igual que la de Navojoa y el próximo presidente municipal de Etchojoa.

Un alcalde de Cajeme que trabajó en los gobiernos del PRI y que fue regidor por el PRD en Cajeme en 1991. Una expresidenta municipal de Guaymas de orígenes perredistas que solo duró un año en el cargo (1997-1998) y que después militó en el PT, ahora en Morena. Y los casos de otros municipios con militantes que apenas meses antes figuraban en otras fórmulas políticas, como el nuevo alcalde de Nogales Jesús Antonio Pujol Irastorza, que meses atrás defendía la pre-candidatura de Ernesto Gándara en el PRI.

Se trata sin duda de reclutamientos políticos de diversos orígenes, sea en otros partidos o en organizaciones de representación social, pero que estarán a prueba y muy observados por la sociedad que les ha dado su confianza mediante el voto con retos muy complejos y problemas graves que enfrentar, donde deberán mostrar mesura, templanza, madurez, pericia, capacidad de trabajo y talento para manejar las complicadas realidades de sus municipios.

¿Estarán preparados para todo eso?

No la tendrán fácil, tampoco ingresarán al paraíso, que algunos en su recurrente celebración del triunfo, imaginan, por la suma de problemas comunes, la mayoría de ellos. Por ejemplo:

  1. La Inseguridad y el narcomenudeo, que flagela a la mayoría, en un contexto de pugna de intereses, donde la prioridad en la atención de esa crisis requiere de mucha coordinación con el Estado y la Federación. Ojalá que en esa materia asuman su responsabilidad y se decidan.
  2. Los problemas administrativos, laborales y financieros de los municipios, algunos auténticamente quebrados en sus finanzas públicas por los desbarajustes generados entre otros, por las alternancias (herencia de personal sindicalizado mediante la basificación tardía) Y los adeudos a empresas privadas y federales así como la crisis de los aguinaldos, un auténtico viacrucis para todos, al final del año.
  3. Problemas graves de gobernabilidad en algunos municipios, donde los poderes ilegales cuentan con una verdadera influencia en la toma de decisiones, tanto en los cuerpos policiacos como en el resto de las dependencias administrativas. Lo estamos viendo hoy.
  4. Falta de experiencia de los cuadros políticos y administrativos, y el predominio de la improvisación en áreas complejas que requieren de mayor conocimiento de los asuntos públicos.
  5. Relaciones inéditas con el Poder Ejecutivo local, con un Congreso de mayoría opositora y con un Ejecutivo federal que a partir del 1 de diciembre hará sentir los principales cambios y estrategias en su manejo con los estados y los municipios.

Hablamos de una realidad política inédita que representa una verdadera transición para Sonora, y que para no exponer la marcha de la entidad  demanda entendimiento, diálogo, seriedad y mucha comunicación entre los Poderes. Un buen entendimiento con el gobierno federal y sus nuevos programas así como su impacto en las entidades federativas y en los municipios ante la gravedad de algunos problemas como el de la inseguridad, el principal problema del siglo XXI para todos ellos.

¿Hacia dónde la transición en Sonora, entonces? A ciencia cierta no lo sabremos hasta que el próximo septiembre asuman cargos en el Congreso de la Unión los senadores y diputados federales. En Sonora a partir del 16 de septiembre diputados locales y ayuntamientos, y en diciembre el Ejecutivo federal. Solo hasta que se vean y se sientan las principales decisiones en materia de gobierno para todos, y no nada más  sobre decisiones ofrecidas para las clientelas políticas, habremos de saber el sentido, las dimensiones y el verdadero rumbo que se ha prometido para México y los mexicanos. Solo así.

 

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