Garzas, sobreviviendo al margen de la urbanidad

“Cientos de nidos se pueden observar en la parte más alta de los árboles a un costado del Bulevar Quiroga, donde algunas crías tratan de realizar sus primeros vuelos”
Por Javier Flores
La zona urbana en Hermosillo se extiende año tras año sin respetar rumbos y direcciones, y las diferentes especies de animales que habitan en los alrededores tienen que lidiar con ciertos obstáculos para poder sobrevivir, como sucedió con las garzas al poniente de la ciudad.
Algunos de estos animales se han adaptado a las condiciones precarias e insanas en las que se encuentran sus hogares, que se han convertido en basureros clandestinos, en fraccionamientos que invaden sus tierras, y miles de autos que a diario circulan.
El mes pasado, a los hermosillenses les llamó la atención ver cómo una manada de garzas anidó en las arboledas de un predio cercano a los humedales del Vado del Río Sonora, misma zona donde surgieron las tortugas.
Nuestro Semanario se dio la tarea de visitar la zona donde se asentaron las aves, encontrando el área libre de basura por la limpieza que realizó Servicios Municipales apenas días atrás.
Cientos de nidos se pueden observar en la parte más alta de los árboles, donde algunas crías trataban de realizar sus primeros vuelos, otras lanzaban fuertes graznidos mientras sus madres les daban de comer, y otras huían despavoridas al percatarse de nuestra presencia.
Cerca de la zona, apenas y quedaba un pequeño charco del agua que fue trasladada en pipas, la cual se depositó en el lugar por las autoridades municipales para que los retoños que no podían emprender el vuelo aún, no intentaran cruzar los bulevares en busca del vital líquido peligrando sus vidas, donde incluso varias ya han muerto atropelladas.
Las garzas buscan sobrellevar su estancia de paso en compañía de otros animales, como tortugas, búhos, pájaros carpinteros, gavilancillos y reptiles; en un lugar donde se combina el ruido y las altas temperaturas que azotan a la ciudad del sol. Sólo piden coexistir.