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Ortega, niega la represión, culpa a EEUU y mantiene negativa a la entrada de observadores

En una entrevista con la Agencia Acan-Efe en Managua, el líder del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) y presidente del país califica de “golpe criminal” las protestas que, en su opinión, forman parte de un plan para sacarle del Gobierno.

Diferentes organismos internacionales han cifrado en más de 400 el número de muertos en esas protestas y organizaciones pro derechos humanos han sido expulsadas del país tras denunciar la represión.

Esas denuncias se completan con las de personalidades como el escritor nicaragüense Sergio Ramírez, último Premio Cervantes y ex vicepresidente de Ortega en un Gobierno sandinista, quien habló de “fuerzas policiales y paramilitares armadas con fusiles de guerra, que actúan en conjunto, en contra de una población desarmada”.

“El sabe que está poniendo a trabajar su capacidad como cuentista. El es un gran cuentista y está haciendo un cuento macabro realmente de lo que es una tragedia que vive este pueblo. Está mintiendo”, responde Ortega.

El presidente culpa directamente a Estados Unidos por lo que considera una historia de intervencionismo en la política centroamericana y, especialmente, nicaragüense.

“Se trata de no respetar al pueblo nicaragüense, sino hacer una política de injerencia permanente para obligar al pueblo a favor de esa injerencia y por el candidato de ellos”, explica.

“A Nicaragua -afirma Ortega- la castigaron, porque el Frente no es democrático para los Estados Unidos e inmediatamente se empezaron a organizar grupos armados”.

Durante más de una hora de entrevista, Ortega también se ha referido en varias ocasiones a esa supuesta injerencia para acusar directamente a Estados Unidos de armar a los grupos que protestan contra el Gobierno sandinista, unidos con grupos de narcrotraficantes.

“Ahí había una actividad -según él- que se origina desde la extrema derecha en la Florida. Ha sido un cordón umbilical permanente que quedó ahí desde el periodo de la guerra de la Contra. Una relación tan estrecha de los políticos norteamericanos de la Florida con los Contras, que se convirtió en una amistad”.

Ortega niega rotundamente que haya paramilitares sandinistas y asegura que los únicos grupos armados son los que protestan contra el Gobierno.

En su relato tampoco admite las denuncias de diversas organizaciones y la población contra la Policía por disparar a manifestantes.

“Eso es una gran mentira. Yo vi la manifestación por la televisión, porque la estaban transmitiendo. Y allí lo que hubo fue una embestida de parte de los manifestantes en contra de la otra marcha que había hacía la Avenida Bolivar, una embestida armada”, afirma.

Ortega, sigue siendo sandinista
A lo largo de la entrevista, el presidente Ortega además ha manifestado que sigue siendo marxista, que defiende el sandinismo y ha criticado con dureza a algunos de los que compartieron con él la revolución que terminó con su llegada al poder en Nicaragua en 1979.

En esa lista se incluyen el escritor y premio Cervantes Sergio Ramírez, que llegó a ser su vicepresidente, y su hermano Humberto Ortega, que fue jefe de las Fuerzas Armadas sandinistas.

Ortega califica de “cuentos” las denuncias de Ramírez y a su hermano Humberto le reprocha que en 1990 ordenara disparar contra campesinos.
Relata que en 1990, cuando perdieron el poder, organizaron movilizaciones con obreros, estudiantes y campesinos para defender lo que considera “logros de la revolución”.

“La consigna era defender las conquistas de la revolución, que las respetara el gobierno, porque no era un triunfo contrarrevolucionario, no les daba derecho a ellos a venir a barrer con todo lo que había heredado de la revolución”, explica el presidente.

Por otra parte, se ha mostrado dispuesto a acudir a la Cumbre Iberoamericana que se celebrará el próximo mes de noviembre, en la ciudad guatemalteca de Antigua.

Ha destacado la importancia del cónclave “en estos momentos”. En su opinión, “es muy importante una cumbre en estos momentos, porque desgraciadamente en estos momentos no tenemos un mecanismo regional y en este caso, el mecanismo (la cumbre) lo veo como regional, aun cuando estamos en diferentes continentes”, en referencia a España y Portugal. EFE