
Dejemos de esperar que sean otros los que arreglen los problemas, si cada uno de nosotros arreglamos el pedacito de Patria en el que nos situamos, estamos construyendo un país mejor
Por Guadalupe Rojo.
Cada sexenio se celebran elecciones en nuestro país, y con ellas se acompaña siempre una luz de esperanza de que el nuevo gobierno avance en brindarnos una país en donde exista más equidad social, en donde se abata la pobreza extrema, se avance en educación, también esperamos eternamente que la corrupción deje de ganar terreno en la clase política y en los ciudadanos.
Es natural, todos queremos lo mejor para nuestra nación.
Llevamos en nuestro corazón un amor por nuestra tierra, por nuestras costumbres, por nuestra cultura, nuestro arte, nuestra gente, que al final nos definen con inmenso orgullo como mexicanos.
Por desgracia a veces siento que el patriotismo está en peligro de extinción.
Me da profunda tristeza leer los chistes en el periódico que hacemos de nosotros mismos, de nuestros gobernantes, sin sentir ningún tipo de respeto, pintándonos como corruptos, indolentes, criticando siempre a nuestro propio país, a la tierra que nos vio nacer, y la tierra que heredaremos a nuestros hijos.
El Mes de Septiembre es ideal para hacer una reflexión del arraigo el orgullo y el amor que todo individuo debe tener por su Patria, sin que eso signifique desprecio alguno por ninguna otra nación, pues primero el corazón ha de arder por los propios y así pasar a extenderse a todo ciudadano del mundo.
La patria somos además de la tierra, todos y cada uno de nosotros. La suma del comportamiento de cada uno es lo que hará el prestigio de la nación, nuestro esfuerzo y trabajo hará su grandeza y su crecimiento.
Dejemos de esperar que sean otros los que arreglen los problemas, si cada uno de nosotros arreglamos el pedacito de Patria en el que nos situamos, estamos construyendo un país mejor.
México tiene los colores más bellos del Mundo, no hay Folklore más bello que el nuestro, una de las mejores gastronomías, la más hermosa artesanía. Nuestra gente es heroica, noble y con un gran sentido de solidaridad. Siento que hace mucha falta revivir el amor a nuestra patria, y heredarlo a nuestros hijos para que ellos también puedan amarla.
Por desgracia la misma pobreza y falta de oportunidades ha hecho que muchos de nuestros jóvenes hayan caído en la delincuencia. La terrible ola de violencia que nos rodea, no debe de dejarnos indiferentes a nadie.
Las desgracias de todo mexicano es nuestras, tal vez todos pensemos que no hay que arriesgar lo propio por el bien del prójimo, ¡pero todos somos el prójimo!
No nos vaya a suceder como la historia de la granja, en donde había muchas gallinas y cada día, a ojos vistos de todas, venía alguien a llevarse una para convertirla en un plato de comida, sin que nadie hiciera nada por la gallina caída en desgracia, así, hasta que finalmente quedaron unas pocas que decidieron unirse contra esa mano que día a día se lleva a una de ellas, pero por desgracia ya nada pudieron hacer, quedando tristes ante la evidencia, de que si hubieran defendido e impedido que se llevaran a la primera, hubieran podido evitar la extinción del gallinero.
Espero en Dios que todos nos unamos en una causa común, y que esta sea precisamente el bienestar y el progreso y no las causas particulares, que pueden ser nobles, pero nunca deben ir por encima de las del bien común.
Espero en Dios que en este momento en los hogares se esté preparando una nueva generación de ciudadanos y políticos que haga una diferencia buscando una buena y más justa distribución de la riqueza y los recursos del país, para a la par buscar ennoblecer y elevar el espíritu .
Cada uno de nosotros es México.