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Reseña de un negocio en peligro de extinción: Un videoclub sobreviviente

Por Mario Fernández

Los pueblos mágicos esconden muchos secretos en sus calles, en Magdalena de Kino existe un lugar lleno de buenos momentos en formas de CD. Por más de 12 años el señor Oscar ha traído alegrías y buenos recuerdos a los habitantes de Magdalena de Kino al ser el dueño de la última casa de video en pie. Quien a pesar de combatir contra el mercado digital sigue ampliando su colección.

José Oscar Romero un señor de 47 años que por cuestiones de vida comenzó un pequeño negocio que cambiaría todo su rumbo.

“Yo era trabajador de una famosa empresa de cerveza aquí en el pueblo, pero al pasar el tiempo existió un recorte de personal por lo cual fui liquidado. Al no encontrar un trabajo se me ocurrió la idea de iniciar un pequeño negocio, que pensaba sería temporal”, inició contando a Primera Plana.

Más que un simple negocio es un santuario, conteniendo una gran cifra de títulos. “Kza video” se encuentra en la calle Ignacio L. Pesqueira #506, en un local de 7×5 metros donde detrás de esas paredes es encontrada una gran colección física de películas en DVD. El imperio cinematográfico mantiene una gran gama de géneros y estilos.

Cazador de éxitos del cine 

Los vecinos en Magdalena siguen rentando, al igual que visitantes extranjeros que se sorprenden de ver este negocio.

“Inicie cuando el mercado de DVD estaba en pleno apogeo, quería comenzar de una manera buena, y el éxito fue casi instantáneo es así como nació “Kza Video”. El manejo de mercancía para adquirir las novedades que están en cartelera es por vía internet pues las adquiero del centro del país y aunque las plataformas digitales estén actualmente influyendo, mi clientela no me deja solo y pues mírenme soy el dueño de la única casa de video aquí en Magdalena de Kino”, comento el señor Óscar.

Este tipo de negocios están desapareciendo poco a poco debido a los avances tecnológicos y sobre todo la pérdida de costumbres, pues si aún se mira películas en familia, años atrás, el ir a rentar las películas era una costumbre que se transformaba en aventura. El no saber qué título elegir te llevaba a llevar más de tres películas en variadas ocasiones.

“Muchas personas creen que las ventas están por los suelos, es verdad que ya no se tienen rentas como antes, pero mi clientela sigue de pie. El ver cómo los niños se vuelven locos al entrar y mirar todas las películas en las paredes es incomparable, me genera un gran sentimiento”.

El rentar una película es una actividad fácil, pues si se trata de una primera vez se cobra un pequeño monto como depósito, pero después de más de cinco rentas se otorga la membresía donde únicamente se paga la renta de la película.

Una curiosa casa de películas 

Los socios activos quienes son las personas con membresía mantienen una asistencia continua, pero al ser pueblo mágico es común tener visitas de personas extranjeras y aunque se escuche sorprendente son las más anonadadas por este pequeño negocio pues les parece de película que aún exista este tipo de negocio. El señor Oscar mantiene abierto todos los días en un horario de 4 a 10 pm, puesto que en las tardes es cuando existe mayor movimiento.

“Al principio me sorprendía mucho al escuchar los autos frenarse en la calle por las personas que se sorprendían al ver una casa de renta de películas, no olvidemos que este tipo de negocios fueron iniciados en Estados Unidos y siempre que entran a la tienda se sienten como en casa. Por lo que siempre entraban muy entusiasmadas por mi negocio a rentar varios títulos”.

Cada vez existen menos lugares como este, en Hermosillo actualmente ya no se encuentran casas de renta de videos debido a que las plataformas digitales se encuentran en un punto muy alto en el mercado, por su facilidad en adquisición. Pero el rentar una película en físico es una manera sencilla de ayudar a consumir local.