
México ha sido pródigo en la cosecha de personajes carismáticos, hoy me ocuparé de tres de ellos
Por Franco Becerra B. y G.
Hay seres que nacen con el don divino del carisma, lo que los convierte en individuos muy admirados.
México ha sido pródigo en la cosecha de personajes carismáticos, hoy me ocuparé de tres de ellos.
Han transcurrido 66 años del accidente aéreo en el que perdiera la vida Pedro Infante, trágico suceso que paralizó al país entero.
A su funeral lo acompañó una cifra récord de 150 mil mexicanos, lo que confirmó el gran cariño que el pueblo le profesaba al sinaloense.
Pedro Infante además de ser un buen cantante fue una estrella de la pantalla de plata cuyas películas, según Carlos Monsiváis: “…son una parte muy importante de la educación sentimental de América Latina”.
Un sinnúmero de veces los mexicanos hemos gozado con películas como: “Nosotros los pobres”, o “Ustedes los ricos”.
Inolvidable es el duelo actoral que enfrentó con don Fernando Soler en el filme: “No desearás la mujer de tu hijo”. Recordemos una de sus memorables líneas argumentales: “¡Mírese, mírese de una vez tal cual es apá¡ ¡Mírense esa panza apá, mírese esas canas¡ ¡Esas arrugas¡ Antes se enamoraban de usted, sí. ¿Pero ónde está aquel brillo de sus ojos? ¿Ónde aquella voz fuerte y enamorada? ¿Qué sé hicieron esas piernas ágiles? ¡Su mirada¡ ¡Mírelas¡ ¡Mírelas¡ Su sonrisa y su mirada eran como un chorro de agua impetuosa y cristalina. ¡¿Ora?¡ Ora no es más que un triste chisguete que se pierde en la tierra agrietada por la seca final…”.
Pedro Infante fue un ídolo que convocaba multitudes en cualquier lugar donde se presentaba: “Qué cante…qué cante”, le pedían a coro sus admiradores.
Mi querido amigo Sergio Romano sostenía que Pedro Infante era “el mexicano que todos quisimos ser”. Romano tenía razón.
“El carisma es una chispa en las personas que el dinero no puede comprar. Es una energía invisible con efectos visibles”. Como la chispa que proyectaba “El Púas” Rubén Olivares, popular personaje que creció en el barrio bravo de la “Bondojito” en el Distrito Federal.
“El Púas” fue dueño de una poderosa pegada noqueadora que lo llevó al campeonato mundial de box en cuatro ocasiones.
Su simpatía y espontaneidad son de antología. En noviembre de 1974 después de perder su campeonato en Inglewood, California, contra el nicaragüense Alexis Arguello, en el aeropuerto de la ciudad de México un reportero de Televisa le soltó: “¡Te caíste Rubén!”, con la rapidez del rayo le contestó divertido: “Jáá, se cayó Nixon…no me iba a caer yo!”.
“El Púas” también incursionó en el cine nacional con películas de bajo presupuesto como “La pulquería”, e incluso el prestigiado escritor Ricardo Garibay le dedicó el bestseller biográfico: “Las glorias del gran Púas”.
Pedro Infante y “El Púas” Olivares se les recuerda por al menos 5 virtudes: inteligencia, bonhomía, talento, sencillez, y sobre todo sentido del humor.
La hidalguense tiene por delante un camino muy escabroso, pues se enfrenta a un rudo sistema de gobierno que con fallidos argumentos ha intentado desprestigiarla desde “La mañanera”, pero lo que es una realidad es que el arranque político de Xóchitl ha sorprendido a propios… y a e-X-traños. Según lo afirma la escritora norteamericana Marianne Williamson: “Un buen carácter hace especial a una persona, el carisma la hace brillar, pero es la humildad lo que la hace de verdad única”.