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Mantienen viva la tradición: más de 50 años vendiendo flores Cempasúchil

La palabra cempasúchil proviene del náhuatl sempôwal, que significa veinte (o muchos), y xôchitl, que es flor.
La palabra cempasúchil proviene del náhuatl sempôwal, que significa veinte (o muchos), y xôchitl, que es flor.

Apenas era un pequeño cuando Carlos Cota Téllez incursionó en el mundo de las flores de cempasúchil en un negocio familiar. En su natal Magdalena de Kino, Sonora, su abuelo sembraba dicha flor para después venderlas a comerciantes locales o trasladarse a la ciudad de Hermosillo a ofrecerlas en mercados o panteones.

Por Antonio López Moreno

El comercio y el campo le apasionaron desde entonces por lo que decidió continuar con el legado que le inculcaron, ya que su padre también se dedicada a dicho rubro.

“Yo en lo personal tengo más de 50 años trabajando la flor, ahorita aquí andan mis hijos, mi nuera, aquí andamos todos en familia, este es un negocio familiar”.

Desde hace más de 10 años emprende un viaje hasta la capital sonorense para instalarse en las afueras del Mercado Municipal, donde vende más de 300 ramos al día previo al 2 de noviembre.

La flor preferida para nuestros difuntos

“Es la flor de cempasúchil la que se procura más, la que busca más la gente. Pero también vendemos mano pantera, gladiolas, margaritas, en fin, tenemos varias”.

La cosecha, el empaque, el traslado, la administración, la cobranza y la atención son responsabilidades que recaen en los propios familiares.

“Esta flor es de temporada, en el caso particular de nosotros, nosotros la sembramos arribita de Magdalena, todo la misma familia”.

“Esto se siembra entre agosto y septiembre, se da rápido lo que viene siendo el cempasúchil, y a esperar al otro año, así lo trabajamos”.

Esperan buena venta

Este 2023 espera recibir buenas ventas, que le permitan prepararse para el próximo año.

“Esperemos que suban, ahora nosotros nos trajimos una ‘picapadita’, la camioneta llena de flores”.

Desde las 7:00 horas Carlos Cota atiende en el centro Histórico de la ciudad justo afuera del Mercado Municipal.

“Aquí los esperamos, es la esquina de las calles Matamoros y Monterrey, frente a una zapatería, todo el producto que tenemos aquí es nuevo”.

La tradición se ha extendido tanto que cuenta con clientes frecuentes que cada año le solicitan flores para sus eventos escolares.

“Ahorita nos están pidiendo mucho para las escuelas, para los altares”.

¿Por qué cempasúchil en el Altar de Muertos?

La palabra cempasúchil proviene del náhuatl sempôwal, que significa veinte (o muchos), y xôchitl, que es flor. Su traducción literal sería flor de veinte, haciendo alusión a que asemeja a varias flores juntas; es como una bola con muchas flores unidas.

La flor tiene diferente nombre dependiendo de la región y el más común es el que conocemos del náhuatl, que se deformó con el español y terminó llamándose cempasúchil. Como se mencionó antes, en algunos lugares también la conocen como flor de octubre, ya que la mayoría de las flores de cempasúchil son anuales, es decir, que nacen y solo viven una temporada, siendo la más común durante este mes del año, después de la época de lluvias.

Sin duda, es uno de los elementos más representativos de las ofrendas para los muertos.

El simbolismo de la flor de cempasúchil

Cuenta la leyenda que Xóchitl y Huitzilin estaban enamorados desde niños y que subían juntos a la montaña dedicada a Tonatiuh, el dios azteca del sol, para ofrendarle ramos de flores. Al desatarse una guerra, Huitzilin fue a pelear para defender las tierras aztecas y murió. Destrozada por la pérdida, Xóchitl pidió al dios Tonatiuh que la librara de su sufrimiento y la reuniera con su amado.

El dios del sol cumplió su deseo y dejó caer sus rayos sobre Xóchitl, transformándola en una flor de color amarillo intenso. Luego, al posarse un colibrí en el centro de la flor, ésta abrió sus veinte pétalos liberando un aroma intenso. De este simbolismo de la flor de cempasúchil se desprende que se le asocie con los rayos del sol, es decir, una luz que guía en la oscuridad. La tradición consiste en hacer senderos con las flores del Día de Muertos, desde el camino principal hasta los altares puestos en las casas o las tumbas en los cementerios, con la finalidad de guiar a las almas hacia ellos con la luz que representan las flores de cempasúchil