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Si quieres tener una buena pensión prepárate desde hoy, sin importar la edad

La vida pasa tan de prisa que cuando volteamos la mirada atrás, parece que un viento frío recorre nuestra espina dorsal
La vida pasa tan de prisa que cuando volteamos la mirada atrás, parece que un viento frío recorre nuestra espina dorsal

La vida pasa tan de prisa que cuando volteamos la mirada atrás, parece que un viento frío recorre nuestra espina dorsal, por todo lo que dejamos de hacer, pues la edad del retiro y la pensión, está mucho más cerca de lo pensado

 

Por Eduardo López Ibarra

El no prepararte a tiempo para tu pensión, tarde que temprano trae dolores de cabeza y arrepentimientos, lo que leerán a continuación, cualquier parecido o semejanza con la realidad es mera coincidencia.

Estoy inmerso en el mundo de las pensiones desde sus inicios en 1996, hace 27 años y con frecuencia observo que a una gran cantidad de personas no les acaba de caer el veinte lo que significa construir la pensión con la que se vivirá a partir de la fecha en que llegue la edad del retiro.

Una pensión es el ingreso que sustituirá al salario que se devengaba cuando aún se era trabajador activo. Hoy, demasiadas personas no tienen una idea clara de las modalidades del IMSS que hay y bajo qué circunstancias se adquieren, cuándo procede una u otra, cuánto será su monto y qué trámites y requisitos deben cubrirse.

Cuando se vive la vida, cual es mi caso, inmerso en el análisis del sistema de pensiones mexicano, tratando con múltiples personas asuntos relacionados con su pensión, con frecuencia se concluye el día con cierta nostalgia al observar tanta apatía, indiferencia, desconfianza y falta de fe, para asegurar el nivel y calidad de vida deseada, para cuando la fuerza y el vigor vital nos han abandonado.

Y lo más triste del caso es que esas mismas personas, cuando se percatan de su triste realidad, se obstinan en descargar su ira, coraje y frustración contra el gobierno, su Afore, el Seguro Social o su patrón, cuando el único y real culpable de su mala suerte lo pueden encontrar en el espejo que tienen frente a ellas.

El tiempo transcurre de manera inexorable, a veces es cruel, no hace distinción de sexo, raza, credo, posición socioeconómica o política, si no nacimos en cuna con pétalos de rosa es común que iniciemos nuestra vida laboral con grandes dificultades, debiendo de superar grandes retos para conseguir una mejor posición en el mercado laboral, social y económico.

Después de grandes esfuerzos y del paso de algunos años, la diosa fortuna empieza a sonreírnos y logramos alcanzar cierta posición y estabilidad laboral, posición que nos permite tomar decisiones para formar una familia y con ello empezamos a ser esclavos de los créditos hipotecario, automotriz, departamentales, bancario y/o educacional de los hijos.

Con esfuerzo e ingenio, poco a poco vamos saldando cuentas y saliendo adelante, tapando un hueco y abriendo otro para cubrir los compromisos adquiridos, y dedicados a resolver casi siempre las necesidades de los demás, sin pensar por un momento en nosotros mismos.

Pero la vida pasa tan de prisa que cuando volteamos la mirada atrás y observamos el camino recorrido tal parece que un viento frío recorre toda nuestra espina dorsal por todo lo que dejamos de hacer, pues la edad del retiro y de la pensión está mucho más cerca de lo pensado.

Para entonces los hijos ya crecieron, formaron su hogar y viven inmersos en su propia realidad, en la que para ellos sus padres no forman parte de su esquema de prioridades o viven alejados del seno familiar, en el que sólo quedas tú y esa buena mujer que es tu esposa por muchos años y para recargarse el uno en el otro en el lento caminar del resto de sus días.

Como escalofrío, viene a nuestra mente el recuerdo de la posible pensión, ¿de cuánto será lo que se reciba, será suficiente para vivir con comodidad, dignamente y sin tener que depender de los demás?

El momento se hace más aterrador cuando ni siquiera se sabe si se han creado derechos para recibir una pensión. Es entonces cuando recordamos cómo, años atrás, fuimos abordados por algún ejecutivo de una o varias Afores a quien poca atención le dimos, pero para entonces, el mal ya está hecho y son pocas o casi nulas, las opciones de lo que a esta altura de la vida se puede hacer para enmendar el camino.

CONCLUSION: Lo primero que tendrás que hacer es informarte, pues sin información poco afortunadas serán las decisiones que tomes, ya que son tres factores los que se toman en cuenta para calcular tu pensión y son: la edad, las semanas cotizadas y el promedio de los últimos cinco años de salario con el cual estas registrado. Esto tómalo muy en cuenta porque es la base de tu futura pensión.

Para que te suceda esto, acude a quien más confianza le tengas, que sería un especialista en pensiones que te oriente que para que tengas una pensión digna y no sufras económicamente cuando ya estés en tu retiro

El que escribe tiene 27 años de experiencia y lo escrito anteriormente es una recopilación de experiencias de personas que no previeron su futuro para su pensión.

 

*Especialista en Pensiones

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Cel.: 6621036175