¿Por qué los varones viven menos que las mujeres?

El 71% los hombres consumen menos vitaminas B6 y C, que las mujeres, esto los coloca en un 62% más de probabilidades de contraer cáncer y un 57% más de morir por cualquier otra causa
Por Marina Brauer
De acuerdo a diferentes investigaciones se han encontrado factores genéticos y biológicos asimismo del entorno que afecta la longevidad de los varones.
Un análisis del Banco Mundial muestra que las mujeres viven 5.2 más años que los hombres en los países de ingresos altos y 3.8 años en los de ingresos bajos.
Existe una variación genética muy extendida en los hombres. Este cambio genético que se produce a lo largo de la vida se denomina mLOY (por mosaic LOSS OFY en inglés). Es muy frecuente y se detecta al menos el 20% de los hombres de 60 años y 40% en los de 70 años.
Estudios anteriores han demostrado que los que padecen mLOY en la sangre tienen un mayor riesgo de enfermedades relacionadas con la edad el cáncer o Alzheimer.
En México la esperanza de vida al nacer de un varón es de 74 años mientras que las mujeres pueden vivir 79 o más.
Partiendo de un hecho conocido y poco discutido los hombres viven menos que las mujeres en todo el mundo con datos registrados desde mediados del siglo XVIII y con una diferencia que va desde los once años.
Las tasas de mortalidad de enfermedades comunicables o no, como el cáncer de pulmón, colorrectal, isquemias cardiacas ACV (accidentes cerebro vasculares) diabetes, accidentes viales, suicidios, homicidios son mayores en los hombres que en las mujeres.
El criterio biológico afirma que la menor esperanza de vida al nacer tiene sentido porque compensa los 105 hombres nacidos por cada 100 mujeres con una mayor mortalidad en los varones en todas las etapas de la vida.
Esta desventaja sucede en numerosas especies con excepciones como el chimpancé macho que sobrevive a la hembra, se trata del pariente más cercano del ser humano.
La diferencia en la esperanza de vida fue creciendo en el siglo XX a pesar del mejoramiento evidente de las condiciones sanitarias y socio culturales y tienen como explicación el mayor consumo de alcohol y tabaco en los varones, también la exposición a trabajos más riesgosos.
De acuerdo a diversas investigaciones se ha comprobado que ante toda dolencia importante hay una prescripción específica de una alimentación natural totalmente capaz de detener su curso o sanarla.
Los diversos componentes de los alimentos, envían mensajes de salud o enfermedad a nuestros genes. Y ya sea que los oigamos o no los genes responden. Los sutiles sonidos emitidos desde lo más profundo de nuestros treinta billones de células nos dicen algo así me gusta lo que ocurre y continuaré produciendo buenas moléculas. De lo contrario si comemos comida que molesta a los genes el mensaje interior podría indicar una disfunción.
Recuerde que el estrés bombea adrenalina y cortisol. El estrés crónico produce millones de radicales libres dañinos que deterioran el ADN, causando mutaciones genéticas que llevan al cáncer. La señal negativa recibida por el ADN de parte de los radicales libres también puede inducir la producción de otras sustancias químicas las prostaglandinas que generan la inflamación que produce la artritis y otras muchas enfermedades como el Alzheimer, cáncer, ataques al corazón, Accidente cerebrovascular (embolia, derrame trombosis).
De acuerdo al Instituto Nacional de la Salud público un informe en el que recomendaba comer por lo menos cinco raciones diarias de frutas y cinco de verdura, es obvio que está sugerencia no se tiene en consideración, pero si despertó la conciencia en miles de personas de al menos consumir más fruta y verduras.
De acuerdo a diversas investigaciones se ha encontrado que en los 25 o 30 años los alimentos han perdido un 50% o más de su contenido en vitaminas y minerales por ejemplo las espinacas se redujo su contenido en vitamina C en un 45% el 50% la cantidad de calcio en el brócoli y así consecutivamente por lo que ahora se recomienda aumentar un mayor consumo de todos los vegetales para poder obtener todas las vitaminas y minerales que las mismas aportan.
Se ha comprobado que el 71% los hombres consumen menos vitamina B6 que las mujeres, también presentan una carencia de vitamina C lo que los coloca en un 62% más de probabilidades de contraer cáncer y un 57% más de morir por cualquier otra causa.
Se ha comprobado que el consumo de brócoli es particularmente útil en la prevención de los cánceres de colon, de mama y de próstata, asimismo las coles de Bruselas, además disminuyen el nivel de colesterol en la sangre y el riesgo de ataques al corazón.
Trastornos de impotencia y problemas de próstata
Impotencia: Se calcula que alrededor de 30 millones de estadounidenses son impotentes. Algunas de las causas son la hiperplasia y el cáncer de próstata, problemas psíquicos, envejecimiento y enfermedades físicas subyacentes. Se sugiere seguir un programa de terapia nutricional, ya que no sólo la trata sino que la previene.
Dieta: Evite el consumo excesivo de bebidas alcohólicas, tabaco, mantener el nivel de colesterol, la hipertensión, y la diabetes que son factores que favorecen la impotencia. Los alimentos más recomendados son cebolla, ajo, jengibre, pistaches, almendras, higos.
Es importante el consumo de los siguientes nutrientes: Consulte al especialista.
Ácidos grasos esenciales 1,000 mg al día.
Vitamina C: 1,000 a 5000mg para estimular el sistema inmunológico.
Zinc: 80 mg al día son esenciales para la salud de la próstata.
Quercetina: 1,000-2000 mg al día, como antiinflamatorio de la próstata.