Ideología de género: un lavado de cerebro colectivo

Pretende cambiar la sociedad, nuestra cultura, más aún, nuestra civilización, a través de cambios legislativos que redefinan las evidencias antropológicas y biológicas que nos definen como hombre y como mujer
Por Dr. Jorge Ballesteros
Una ideología es un cuerpo doctrinal cerrado, que pretende dar una explicación a toda la realidad y brindar pautas universales de comportamiento. Parte de una premisa falsa, indemostrada e indemostrable. A partir de esta se van deduciendo las consecuencias mediante razonamientos lógicos. Por esto, quien acepta la premisa falsa e ingresa en el pensamiento ideológico ya no puede salir de él, pudiendo llegar hasta el fanatismo más irracional.
Una dictadura es una forma de gobierno en la cual, el poder se concentra en una persona o en un grupo selecto de personas. Este tipo de gobierno se caracteriza por no tener límites en sus facultades, dictar normas de acuerdo a sus intereses y someter al pueblo a una forma de pensar y de actuar. En caso de que el pueblo no acate con lo dictado, el Gobierno ejerce toda la fuerza del Estado para reprimirlo y controlarlo.
El Marxismo cultural es la ideología de género sobre la cual se fundamenta todo ese monstruoso movimiento que actualmente domina cada vez con mayor poder en la mayor parte de Europa y, que convulsiona a los Estados Unidos y a países de América latina y que invade progresivamente a todos los pueblos del mundo como un cáncer letal, como un tumor que va comiendo las entrañas de las naciones occidentales, sin que parezca encontrarse un remedio eficaz contra él.
Sigue la estrategia planteada por el comunista italiano Antonio Gramsci, que afirmó que la Revolución Mundial sólo puede ser posible destruyendo el orden social cristiano preestablecido; para ello, se debía influir en la conciencia de las personas para que las ideas que propone la Ideología de Género fueran gradualmente aceptadas, recurriendo al sentimentalismo y al sofisma, propagadas a través de la literatura, el teatro, el cine, televisión, etc.; de manera que esas nuevas ideas ocupen el lugar que le correspondía a la tradición y a la moral, convirtiéndose así en el nuevo orden social, en una nueva ideología amoral.
Al mismo tiempo, se debía influir en las instituciones religiosas y de gobierno para que emitieran criterios y leyes que protegieran esa nueva ideología y neutralizara a los disidentes que defienden la moral tradicional: ridiculizándolos, sancionándolos y clasificándolos como intolerantes, anticuados y discriminantes.
La ideología de género pretende cambiar la sociedad, nuestra cultura, más aún, nuestra civilización, a través de cambios legislativos que redefinan las evidencias antropológicas y biológicas que nos definen como hombre y como mujer, de-construyendo el sexo y convirtiéndolo en algo sujeto al capricho de cada uno.
Para esto se pone en marcha lo que se llama coloquialmente “el lavado de cerebro colectivo”: se lanzan mantras y propaganda masiva, se habilitan leyes que coaccionan a profesores, funcionarios, médicos y profesionales de la sanidad y hasta en el ámbito de la familia, cuestionando la patria potestad de los padres.
Cuando sus postulados se vuelven parte de nuestro sentido común y se vuelven políticamente correctas, los aparatos coercitivos del estado protegen esa hegemonía, entonces ya el estado está controlado por la ideología de género y la trata de imponer a todo el pueblo desde el poder mismo del Gobierno, utilizando todo el poder del Estado democrático para aplicar la ideología de género, que de hecho se convierte en una dictadura dejando totalmente indefenso al ciudadano, el cual no puede opinar, criticar, disentir por que se le aplican las leyes en contra de la discriminación, de la inclusión o de la equidad, favorables a la ideología de género y lo meten a la cárcel y le aplican una buena multa.
El estado democrático dominado por la ideología de género se convierte en un tirano, que le retira todos los derechos a los ciudadanos que se oponen a la ideología de género, la patria potestad sobre sus hijos, a los cuales el Estado adoctrinara en los kínderes y escuelas sin el consentimiento ni conocimiento de los padres la libertad religiosa, ya no podrán los sacerdotes o ministros del culto leer ningún pasaje de la Biblia que sea contrario a los homosexuales, so pena de ser encarcelados y multados, los profesores no podrán negarse a enseñar todas las perversiones de la ideología de género ya que perderían el empleo y podrían ser encarcelados, los médicos o personal paramédico no podrán negarse a realizar abortos alegando motivos de conciencia, ya que perderán su licencia para ejercer su profesión, los correrán de su trabajo y los encarcelarán, los jueces no podrán negarse, así mismo por motivos de conciencia, a casar a homosexuales o lesbianas, y un largo etcétera.
La ideología de género, va infiltrando y controlando a los organismos del estado como la Cámara de Senadores, la de Diputados, Suprema corte de Justicia, Comisión de Derechos Humanos, que se olvida de las víctimas y se pone a defender a los agresores, delincuentes o narcos y es entusiasta propagandista de la ideología de género, y por supuesto a gobernantes de izquierda hasta llegar al presidente de la República que es cuando desde el poder mismo se trata de imponer esta perniciosa ideología.
Ejemplos recientes de un estado dominado por la ideología de género, en EE.UU. se encarceló a un padre de familia por pedir que no se adoctrine a su hijo Jacob Parker de 5 años ya que en la escuela se adoctrina con ideologías homosexuales a los niños mediante cuentos gay ilustrados.
Los gobiernos controlados por la ideología de género, están empeñados en sodomizar a la sociedad, en promover estas conductas sin límite de edad y sin el consentimiento de los padres de familia.
El gobierno socialista, por ejemplo, en Chile patrocina para niños de 4 años una publicación con un cuento homosexual de “Nicolás y sus dos papás” para destruir su inocencia y hacerles simpática la homosexualidad, por supuesto, vulnerando la patria potestad de sus padres, que casi no pueden ni opinar al respecto. Y no hablemos del personal docente: nada se puede opinar en contra de la ideología dominante, a riesgo de ser estigmatizado, denunciado ante los tribunales o perder incluso el puesto de trabajo
El feminismo de marxista de los grupos radicales de Morena fundó en México la Internacional Feminista, con la participación de mujeres de izquierda de 24 países para, con la bandera de la mujer, impulsar internacionalmente la ideología de género.
Siguiendo el modelo marxista-leninista de las llamadas “Internacionales”, que en el siglo pasado se celebraban en Rusia con la participación de los partidos comunistas del mundo, con el propósito de suprimir el capitalismo, establecer la dictadura del proletariado, abolir las clases sociales e impulsar el socialismo para arribar al comunismo; la 4T convocó en México a representantes de la Nueva Izquierda o Marxismo del siglo XXI, a fundar la Internacional Feminista.
Como modelo paradigmático de este feminismo se presentó a Irene Montero, la ministra de la Igualdad del gobierno socialista de España que ha pugnado por la legalización de la pederastia, el cambio de género y de sexo de los niños y su hormonización cruzada; e impuso la agenda transexual, a costa del borrado de las mujeres. A la reunión también acudió Claudia Sheinbaum.
Su fin es establecer un Nuevo Orden Mundial y la ideología de género es su mejor herramienta. Así pues, hay que estar atentos, no ceder y prepararnos para una larga lucha y sobre todo cuidar a nuestra niñez educarla en valores, virtudes y buenos ejemplos que solo así podremos protegerla ante esta nueva esclavitud.