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Lo mejor para proteger la próstata

Por Redacción 

La glándula prostática es un órgano con forma de castaña situado directamente detrás de la vejiga masculina y delante del recto. En un adulto pesa unos 20 gramos. Desde el nacimiento y hasta la pubertad experimenta muy poco crecimiento y permanece constante en los siguientes años.

Su función principal es el transporte de semen y los espermatozoides durante la eyaculación, para lo cual secreta un fluido de aspecto lechoso que confiere al semen  su olor característico, y también sus bacterias peculiares, que impiden la proliferación de otras más peligrosas.

Entre los procesos más frecuentes que pueden alterar el buen funcionamiento de la próstata destacan las infecciones (prostatitis), la hipertrofia benigna y el cáncer.

 

Prostatitis

Cursa con escozor y dificultad para orinar y a veces fiebre alta. El diagnóstico se completa con un cultivo y antibiograma de orina.

El tratamiento naturista se realiza con plantas antisépticas como la gayuba en cocimiento o el tomillo en infusión. La aplicación de calor y sobre todo la abundante toma de líquidos, agua o jugos en especial de arándanos, que ha demostrado su eficacia.

Hiperplasia benigna de próstata (hpb)

El agrandamiento de la próstata es común en varones de más de cuarenta años de edad, aunque no adviertan los síntomas hasta los 50 años o después.

De acuerdo a los diversos Institutos de Patologías Urológicas consideran que más de la mitad de los hombres de cincuenta años tienen la próstata agrandada, cifra que alcanza el 80% de los octogenarios. La mitad de estos hombres tienen síntomas de HPB y aproximadamente una cuarta parte se someterán a cirugía, si bien ésta ha comenzado a reemplazarse por terapia farmacológica.

*Síntomas: Los obstructivos suelen incluir una disminución en la fuerza del flujo urinario, dificultades para iniciarlo y una sensación de llenado incluso después de la evacuación. Los síntomas irritativos pueden ser consecuencia de la HPB, de la inflamación y la infección de prostatitis o del cáncer de la glándula prostática. Estos incluyen micción dolorosa (disuria), necesidad imperiosa de orinar y la sensación de urgencia puede preceder al vaciado de la vejiga.

*Diagnóstico: El tacto rectal es poco fiable en este caso. Resulta más eficaz medir la velocidad del flujo urinario con un equipo especializado. El diagnóstico del antígeno prostático no siempre es el más adecuado  ya que el hecho de que esté aumentado no siempre significa cáncer. Diferentes grupos investigadores han demostrado que los niveles de PSA pueden estar elevados en pacientes que sólo tienen HPB. En infecciones, operaciones o biopsias de próstata, puede subir el nivel, que se normalizará en una semana.

Tratamiento convencional

Antes el principal tratamiento convencional de la HPB era quirúrgico. Si un hombre presentaba síntomas leves se le decía que el tratamiento estaba causado por la edad y que no se podía hacer nada hasta que los síntomas fueran más severos.

*Resección transuretral  (RTUP). Consiste en introducir en él  pene un resectoscopio  que corta el tejido prostático que afecta la uretra. Aunque es eficaz aproximadamente un 20-25% de los pacientes no tendrán resultados satisfactorios a largo plazo. Sus complicaciones incluyen eyaculación retrógrada (el semen se descarga hacia atrás en la vejiga) en un 70-75% de los caso y de forma mucho más ocasional, impotencia, infecciones postoperatorias y cierto grado  de incontinencia. En la mayoría de las personas será necesaria una nueva cirugía (20-25%).

Resección transuretral  (RTUP). Es relativamente sencilla en comparación con la anterior y consiste en dos incisiones.

*Tratamiento farmacéutico. Para muchos hombres la mejoría clínica es mínima. Quizá  la característica más atractiva es que, a pesar de su toxicidad, es bastante bueno en comparación con algunos procedimientos más drásticos  descritos anteriormente.

Tratamiento naturista

Para un plan eficaz de prevención de la HPB es fundamental que el consumo y la absorción de cinc sean adecuados. Se ha demostrado que el cinc reduce el tamaño de la próstata así como la sintomatología de la mayoría de los pacientes. Los alimentos más ricos en cinc son las ostras, el germen de trigo, las semillas de ajonjolí, calabaza, lentejas, harina de soya, y avena integral.

Los metabolitos del colesterol dañan las células y son cancerígenos y se ha demostrado que se acumulan en la próstata hiperplásica o cancerosa. Tales metabolitos inician la degeneración de las células prostáticas, lo cual puede producir el aumento de la próstata. Los medicamentos que reducen el colesterol influyen notablemente en la HPB, evitando la acumulación de colesterol en las células prostáticas y limitando la formación de metabolitos de colesterol perjudiciales.

La dieta debe contener un mínimo de plaguicidas y otros contaminantes, ya que muchos compuestos (dioxina, bifenilos, polihalogenados, hexaxina, clorobenzeno, dibenzofuranso) pueden aumentar la formación de dehidrotestosterona en la próstata.

Se recomienda una dieta vegetariana rica en legumbres, semillas que puede brindar cierta defensa por su aporte menor de colesterol y su riqueza en sustancias protectoras.

Los minerales (calcio, magnesio, cinc, selenio, germanio), las vitaminas, los pigmentos vegetales, (flavonoides, carotenos, clorofila), fibra (sobre todo la soluble y los tipos mucilaginosos) y los compuestos con azufre ayudan al organismo a defenderse de los productos químicos tóxicos y los metales pesados.

Consuma plantas medicinales el (Sabal serrulata o Serenoa) es una pequeña palmera de hojas en forma de abanico, fortalecen los tejidos corporales, previenen la hiperplasia glandular.