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Venezuela, la hora cero

 Entre la dictadura y la represión

 Por Manuel Gutiérrez

La esperanza está en que el Ejército venezolano, se sume al pueblo, para recuperar la democracia y dignidad, de lo contrario todo terminará en una colosal represión del militarismo de izquierda

Nada es transparente, confiable, ni claro en las elecciones de Venezuela, se dio el fenómeno anunciado de la injerencia del gobierno de Maduro con todos los recursos del estado aplicado a ganar las elecciones, las trampas y manipulación de votos, se impidió a candidatos opositores registrarse, pero aún así masivamente se dio el resultado de repulsión al dictador Maduro, luego de 25 años de fracaso del socialismo y empobrecimiento de Venezuela, sujeto a la intervención y expoliación de Cuba.

Esto generó la reprobación internacional de la Unión Europea, de la OEA, de nuevos países sudamericanos y centroamericanos, incluso el allanamiento de la embajada de Argentina, la condena generalizada, solamente reconocida por dictadores que acaban de aplicar las mismas tácticas para perpetuarse en el poder, como Putin.

El presidente socialista de Chile, Gabriel Boric, manifestó sus dudas sobre los resultados oficiales del proceso de Maduro, dada la dependencia oficial y falta de autonomía del Consejo Nacional Electoral, (CNE) “El régimen de Maduro debe entender que los resultados que publica son difíciles de creer” y aseguró que Chile no reconocerá ningún resultado que no sea verificable.

El Canciller de Colombia, Luis Gilberto Murillo, exigió el “conteo de los votos, su verificación y auditoría de carácter independiente” lo que implica que los observadores y visores internacionales, presenten sus conclusiones sobre el proceso.

Por ejemplo, el presidente del PAN, Marko Cortés, acreditado como observador mexicano del proceso, fue expulsado de Venezuela a Colombia. Los observadores europeos fueron impedidos de ingresar a Venezuela a realizar sus funciones y otro tanto le ocurrió a Vicente Fox que pretendía observar el proceso para dar fe de la legalidad e imparcialidad que no hubo en las pasadas elecciones.

Para el presidente de Uruguay, la constancia de que el escrutinio estuvo “claramente viciado” y “no se puede reconocer un triunfo si no se confía en la forma y mecanismos utilizados para llegar a él”.

Incluso Brasil, prefirió esperar a que se publiquen los resultados por mesa, para asegurar la credibilidad y legitimidad de los resultados”. México adoptó muy a su pesar una postura semejante, aunque muchas corrientes de la 4T optan por admirar el fracaso venezolano.

Rodrigo Chávez, presidente de Costa Rica, país de larga tradición democrática, no se anduvo por las ramas: “Repudiamos categóricamente la proclamación de Nicolás Maduro, como presidente de Venezuela, la cual consideramos FRAUDULENTA. Trabajaremos con los gobiernos democráticos  del continente y los organismos internacionales para lograr que se respete la voluntad sagrada del pueblo venezolano”.

Perú se sumó a las condenas, el Canciller Javier González-Olachea, condenó: “En todos los extremos la sumatoria de irregularidades con voluntad de fraude por parte del gobierno de Venezuela” y agregó: “Perú no aceptará la violación de la voluntad del pueblo venezolano”.

Panamá retiró a su embajador y a todo su personal diplomático, hasta que se realice la revisión de las actas y el sistema informático de escrutinio de votación que permitan “conseguir la genuina voluntad popular”.

El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, escribió: “Lo que vimos en Venezuela, no tiene otro nombre que fraude. Una elección, donde el resultado oficial no tiene relación con la realidad. Algo evidente para cualquiera. Rompimos relaciones con Maduro desde hace 4 años, no las reabriremos hasta que su pueblo pueda elegir a sus líderes, en elecciones de verdad”.

La Unión Europea, se sumó por medio del Alto Representante para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Joseph Borrell, que afirmó que los venezolanos votaron en forma pacífica y masiva, por lo que es vital asegurar la transparencia del proceso electoral, incluyendo el conteo de los votos y el acceso a las actas de mesas electorales.

José Manuel Albares, ministro del gobierno socialista de España, definió la postura de su país: “Nosotros no tenemos ningún candidato, pero queremos total transparencia, información más clara y democrática”.

El presidente de Argentina, Javier Millei, no titubeó el llamar “dictador a Maduro” y aseguró que Argentina no va a reconocer otro fraude, y espera que esta vez, las fuerzas armadas de Venezuela, defiendan la democracia y la voluntad popular. Millei es un duro crítico del populismo latinoamericano.

La ONU, por conducto del secretario general, Antonio Guterres, instaron a la transparencia y animó a que se publiquen puntualmente los resultados de las elecciones, y un desglose de cada colegio electoral.

El Centro Carter, que esperaba Maduro resultara aliado del chavismo populista, por su parte cuestionó el proceso que presenció directamente, y requirió que se publiquen las actas del proceso, lo cual no esperaba el dictador que pretende llegar al 2031 en el poder.

Por su parte los países con dictaduras tales como Nicaragua, Bolivia, Cuba se apresuraron en felicitar a Maduro por su reelección.

Edmundo González y Corina Machado, los candidatos robados en el pasado proceso, en tanto insisten en defender los votos de los ciudadanos, en tanto la oposición destruye estatuas de Chávez, y rompe consignas de Maduro.

La represión ya causó 6 muertos, y hay cientos de detenidos. La fuerza del gobierno venezolano se emplea en contra del pueblo inerme, que pretenden acepte la farsa.

Los oficialistas de Venezuela, una minoría, piden que se encarcele a los candidatos opositores que fueron los ganadores del proceso, por ser culpables de los choques que afectan a la sociedad venezolana en todo el país, perturbando las vías de comunicación y accesos, que hacen ingobernable por ahora a Venezuela.

Es la hora cero, todo puede suceder. La esperanza está en que el Ejército de Venezuela, se sume por lo menos parcialmente al pueblo, para recuperar la democracia y dignidad, de lo contrario todo terminará en una colosal represión del militarismo de izquierda, contra el pueblo para perpetuar una dictadura con una ideología retrógrada, que hace palidecer en América Latina, la posibilidad de una izquierda equilibrada, responsable y alternativa, por una opresiva y bananera actuación de caudillos que pretenden mantener maniatado a su pueblo y engañarlo con la farsa.

La condena internacional es importante, y es una derrota moral, al chavismo madurista, pero si no actúan los países que cuestionan ese irregular y amañado proceso, se dejará que la violencia y el terror aniquilen a los opositores, sin salida alguna. Es la hora cero, o se liberan o perecen.