Prevenir la enfermedad o mejorar la calidad de vida

Por Marina Brauer
5 claves para alcalinizar la alimentación:
Es importante mantener una dieta alcalina, como la mejor opción para la prevención y mejorar las enfermedades crónicas.
*MUCHA FRUTA: La cereza, el higo seco, los chabacanos, el plátano o el limón son algunas de las frutas más alcalinizantes. Es mejor consumirlas en su temporada.
*VERDURAS: Para alcalinizar la dieta se debe consumir una gran variedad de verduras, entre ellas, zanahoria, apio, brócoli, cebolla, espinacas en general todas las de temporada.
*CALDO VEGETAL: Una medida muy eficaz es consumir una taza diaria de caldo de cebolla, zanahoria, poro, puerro. Las raíce son mineralizantes y depurativas.
*ALGAS: Las verduras del mar son ricas en minerales como el calcio y hierro, además tienen propiedades depurativas. Son un buen complemento de la dieta alcalina.
*MÁS PROTEÍNAS VEGETALES: Legumbres, frutos secos y cereales integrales constituyen una magnífica fuente de proteínas, minerales y fibra. Aumentar su consumo respecto a de las fuentes de proteínas de origen animal, como carnes y lácteos, contribuye a seguir una dieta equilibrada, menos inflamatorias y rica en antioxidantes.
Cuidar el hígado en la hepatitis
La palabra hepatitis significa “inflamación del hígado” y esta puede producirse por un virus o por el abuso del alcohol o incluso de grasas. El hígado se encarga de metabolizar cualquier sustancia tóxica que entre en el organismo. Por ello, la alimentación debe evitar el aumento de carga tóxica y proteger al hígado que es un órgano vital y es el encargado de distribuir la energía.
Cuando el hígado está afectado, una dieta depurativa y antiinflamatoria es la acertada. También es fundamental que ayude a regular el tránsito intestinal, pues el estreñimiento favorece la entrada de mayor cantidad de tóxicos en el organismo. La avena integral es un alimento que ayuda a regular el intestino y a eliminar residuos.
Los alimentos más adecuados para depurar el hígado son los vegetales y en concreto los amargos como la alcachofa, el apio, la escarola, o los rabanitos en sus caldos. Los licuados ricos en antioxidantes deben tomarse al menos una vez al día en ayunas.
Los alimentos que se deben evitar siempre serán las carnes rojas y grasas cárnicas, los alimentos precocinados ricos en aditivos y grasas trans, el exceso de café y el alcohol principalmente.
Durante la fase aguda de la hepatitis se recomienda hacer una dieta depurativa, dando prioridad al consumo de vegetales y cereales integrales. Se comienza el día con un licuado vegetal antioxidante de zanahoria, manzana, betabel y apio; en la comida y la cena se toman caldos de alcachofa y, entre horas infusiones de cardo mariano y boldo dos plantas depurativas.
Las enfermedades reumáticas
Aunque se desconocen sus causas exactas, cada día se sabe más sobre la influencia que tiene el estilo de vida en su progresión y la genética, el sedentarismo, la obesidad la menopausia son algunos de los factores de riesgo que influyen en su aparición. Una dieta antiinflamatoria, rica en antioxidantes y alcalina es la más adecuada en estas enfermedades. Hoy también se estudia el vínculo que puede existir con la sensibilidad al consumo de gluten (celiaquía). Es posible que el exceso de permeabilidad intestinal favorezca la entrada en el organismo de determinados péptidos de los alimentos y que estos generen reacciones cruzadas. En estos casos se requiere retirar el gluten en especial si son sangre (O).
En general la dieta debe promover los procesos de eliminación del organismo para evitar la acumulación de tóxicos ambientales. Para ello es aconsejable tomar dos litros de agua filtrada al día. La obesidad es un factor de riesgo, por lo que la dieta debe ser moderada en calorías.
Como apoyo se pueden sugerir suplementos nutricionales que mejoran la salud articular como el colágeno, la glucosamina, el condroitín, los ácidos grasos omega-3. Y conviene hacer ejercicio moderado y los estiramientos que ayudan a fortalecer la musculatura y disminuir los síntomas.
Los niveles de colesterol y triglicéridos bajo control
La elevación del colesterol y los triglicéridos pueden ser de origen genético o consecuencia del estilo de vida. En ambos casos, una alimentación cardioprotectora y antiinflamatoria resultará de gran ayuda. La inflamación favorece el exceso de lípidos se adhiere a las paredes arteriales lo que las engrosa y entorpece el riesgo sanguíneo.
Principalmente conviene evitar el consumo de carnes grasas, embutidos, lácteos, frituras, alcohol, harinas refinadas y azúcares.
Regular la hipertensión
El 90% de los casos de hipertensión son de origen desconocido, aunque la genética, el sobrepeso, la alimentación, el estrés, o incluso el uso de ciertos fármacos influyen en su aparición.
La pauta fundamental cuando existe es disminuir el cloruro de sodio de la dieta evitando la sal, los ahumados, salmueras, embutidos, los precocinados, los cubitos de caldo y los quesos grasos. En contraposición, el consumo de otros minerales como el calcio, potasio y magnesio, pueden mejorar la presión. El perejil, las papas, el aguacate, los dátiles o el plátano que son ricos en potasio. Las infusiones de hojas de olivo son recomendables. Los beneficios del ajo son excelentes por ser alcalinizante, hipotensor, anticolesterolemiante. Además de llevar una dieta rica en vegetales es importante reducir el estrés con terapias de relajación, hacer ejercicio diario y controlar el riesgo cardiovascular moderando el consumo de grasas saturadas y azúcar.
La dieta más adecuada ante la ansiedad y el estrés
Independiente de las terapias esenciales para mejorar la ansiedad y el estrés, la alimentación ayuda a evitar desequilibrios nutricionales, es importante mantener la glucemia estable, dando preferencia a los alimentos integrales y ricos en fibra a los azúcares rápidos, pues los altibajos de glucemia afectan el ánimo. Evitar los estimulantes, (chocolate, café, té negro, alcohol) favorecen la producción de adrenalina y provocan un estado de alerta que conviene evitar. En general se aconseja una dieta ligera porque ayuda a sentirse más vital.