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Rousseff deja plantado a Obama por espiarla

La presidenta brasileña, Dilma Rousseff, dio ayer una dura respuesta al espionaje que ha sufrido de Estados Unidos y confirmó que ha decidido “postergar” su visita de Estado a Washington prevista para el próximo 23 de octubre.

La decisión fue oficializada en una nota divulgada ayer por la Presidencia brasileña, en la que, aún cuando se dice que fue tomada en común acuerdo con Barack Obama, otras fuentes señalan que la llamada telefónica de veinte minutos del propio presidente de EU, para intentar convencerla, acabó en un sonoro fracaso.

En cualquier caso, el comunicado oficial no oculta que el motivo de la suspensión del primer viaje de estado de la presidenta brasileña a EU fue el escándalo de espionaje contra Rousseff, destapado por los papeles del ex agente de la CIA, Edward Snowden.

“Hecho muy grave”. “Las prácticas ilegales de interceptación de las comunicaciones y datos de ciudadanos, empresas y miembros del Gobierno brasileño constituyen un hecho grave, que atenta contra la soberanía nacional y los derechos individuales, y es incompatible con la convivencia democrática entre países amigos”, afirma el comunicado.

También sostiene que “en ausencia de una investigación de lo ocurrido, con las correspondientes explicaciones y compromiso de cesar la interceptación, no están dadas las condiciones para la realización de la visita”.

El comunicado agrega que, “de esa forma, los dos presidentes decidieron postergar la visita de Estado, pues sus resultados no deben quedar condicionados a un tema cuya solución satisfactoria para Brasil aún no fue alcanzada”.

“Aún espera”. Un portavoz oficial dijo que Rousseff “esperaba de Obama y aún espera” unas explicaciones que exigió cuando se conocieron las primeras denuncias de Snowden sobre espionaje global.

“No hubo explicaciones satisfactorias en ese momento y tampoco las hubo después” de que se supo que hasta la propia Rousseff y la estatal brasileña Petrobras habían sido espiadas, apuntó la fuente.

Hace veinte días el ministro de Justicia brasileño, José Eduardo Cardoso, fue enviado a Washington para exigir explicaciones, pero su misión fracasó, volvió con las manos vacías y sin siquiera garantías de que el espionaje ha cesado.

La nota divulgada ayer recoge el deseo de Rousseff de que “la visita ocurra en el más breve plazo posible, impulsando la construcción de la sociedad estratégica [con EU] a escalones aún más altos”. Sin embargo, expresa también que eso sólo será posible “una vez resuelta la cuestión [del espionaje] de manera adecuada”.

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