Tres presas en el Río Sonora, ¿en serio?

No me parece sensato destinar una cifra tan significativa de la inversión pública federal para —en el mejor de los casos— incrementar la dotación de agua en un sistema de distribución que presenta problemas
Por Juan J. Sánchez Meza
La recurrente preocupación de los gobiernos estatales por resolver, de una vez por todas, las dificultades del suministro de agua a nuestra ciudad capital se ha inclinado, invariablemente, por aquellas alternativas consistentes en incrementar la oferta de agua, al grado de que es ya tradición esa especie de consigna de que hay que traer el agua “de donde sea”.
Así se sustentó la propuesta, durante el gobierno de Armando López Nogales (1997-2003), de desalinizar agua y traerla desde el litoral del Mar de Cortés a nuestra ciudad; la del gobierno de Guillermo Padrés (2009-2015), orientada a la construcción del Acueducto Independencia para traerla desde la presa “Plutarco Elías Calles” (El Novillo), hasta llegar a las recientes propuestas del gobierno de Alfonso Durazo Montaño (2021-2027), que inicialmente se inclinó por la desalinización y más recientemente por la construcción de tres presas para traer esas aguas, a través de un acueducto, desde el municipio de Ures, hasta nuestra ciudad, con una inversión estimada en 7 mil 500 millones de pesos.
En eso estábamos cuando, para sorpresa y desconcierto de no pocos, el Dr. Nicolás Pineda, acucioso investigador de El Colegio de Sonora, descubrió para los hermosillenses* que a nuestra ciudad no solo no le falta el agua, sino que hasta le sobra, a pesar de la prevalencia de las condiciones de sequía, calificada como excepcional, no solo por su dilatada extensión por más de dos años, sino especialmente por su carácter extremo, de acuerdo con la clasificación del Monitor de Sequía, dependiente de la Comisión Nacional del Agua.
Los datos que ha presentado el Dr. Pineda, obtenidos de los reportes puntuales de consumo que registra la medición del agua que ingresa al sistema de distribución de la ciudad, nos indican que, a lo largo del año 2024, ingresaron 135 millones de metros cúbicos (1 metro cúbico = 1,000 litros) y que, calculada la dotación por habitante, esa cantidad de agua era suficiente para dotar de 413 litros diarios a cada hermosillense.
Sin embargo, el estudio del Dr. Pineda encontró que el organismo operador Agua de Hermosillo sólo había podido facturar menos de la mitad del agua producida, estableciendo que son varias las razones para ello, destacando la existencia de fugas en la red de distribución, así como de tomas clandestinas, ausencia de medición en parques y jardines, subestimación de consumos en viviendas que carecen de medición y que presentan fugas en sanitarios o tuberías, entre las más importantes.
No tengo la formación profesional que me permita cuestionar ni avalar, desde ningún punto de vista, sea ingenieril, hidrológico o ambiental, la pertinencia de construir esas presas en el municipio de Ures y traer hasta la ciudad de Hermosillo el agua que logren almacenar.
Lo que no me parece sensato es destinar una cifra tan significativa de la inversión pública federal para —en el mejor de los casos— incrementar la dotación de agua en un sistema de distribución que presenta los problemas que han sido claramente apuntados por el trabajo del Dr. Pineda y que, sin duda, podrían ser claramente corregidos con una inversión federal infinitamente menor que aquella que se destinará al sistema de presas.
Por otro lado, no parece que el horno esté para bollos, tomando en cuenta que el déficit de las finanzas públicas en México para este año está, conservadoramente, estimado en 4.4% del Producto Interno Bruto (PIB), mientras que la inversión pública no ha dejado de caer en los últimos 12 meses y sólo representa hoy el 2.3% del PIB, a lo que habría que agregar la sequía presupuestal que enfrenta la CONAGUA como resultado de una disminución del 42% de su presupuesto, respecto al año 2024.
En ese sentido, al margen del comportamiento futuro del régimen de lluvias en nuestra región e independientemente del nivel de recarga de los mantos acuíferos de donde se alimenta la ciudad o de los caudales de aguas superficiales que llegare a conducir en el futuro el río Sonora, tratar de incrementar la carga de gasolina, con el combustible más caro del mercado, y destinarla al tanque agujereado del vehículo no parece la mejor de las soluciones,
Al margen de la condición del organismo operador de la ciudad capital, hay que tomar en cuenta que el municipio de Hermosillo no está solo en la cuenca, que la comparte con varios municipios que agrupan una diversidad de localidades que se verían afectadas con la construcción de las presas, con serios perjuicios al medio ambiente.
Más allá de eso, es evidente la carencia de información dirigida a los residentes de los municipios de la cuenca, destacándose el hecho de que el gobierno federal anunció la construcción de las presas desde el mes de noviembre del año 2024, sin haber consultado previamente a dichos residentes, tal como lo señala la normatividad nacional para estos casos.
Sin embargo, así lo ha decidido la Comisión Nacional del Agua, de tal manera que el Sistema de Presas para Hermosillo aparece entre los 16 proyectos estratégicos, no de este año, sino de la Administración Federal 2025-2030.
Aunque el servicio público de agua potable y alcantarillado es responsabilidad municipal, la CONAGUA cuenta, faltaba más, con una Subdirección General de Agua Potable, Drenaje y Saneamiento que, a su vez, cuenta con seis Gerencias Generales, entre ellas las Gerencias de Fortalecimiento de Organismos Operadores y la de Programas Federales de Agua Potable y Saneamiento.
Ojalá que estas Gerencias revisaran con cuidado el caso de la ciudad de Hermosillo y concluyeran, como sería técnica y financieramente deseable, que lo que le hace falta a nuestra ciudad es apoyar financieramente a Agua de Hermosillo, lo que resultaría más barato que construir tres presas a 80 kilómetros de la ciudad, que comprometan el suministro de agua a los municipios ubicados a lo largo de la cuenca.
@JuanJaimeSM50
*Diagnóstico ciudadano del servicio de agua potable en la ciudad de Hermosillo (2021–2024); HCV, Julio de 2025, Hermosillo, Sonora.