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Trastorno de ansiedad generalizada

 

A nivel de conducta se manifiesta con sensación de fatiga intensa, con imposibilidad de relajarse, sensación de tensión e inquietud, llanto fácil, impaciencia

 

Por Dra. Marina Brauer

Es importante mencionar que todas las personas han sentido en algún momento de sus vidas episodios puntuales de ansiedad, antes de que suceda un acontecimiento, un encuentro con alguien, unos exámenes sobre todo de especializaciones Maestría, Doctorados, entrevistas de trabajo, resultados de un examen médico, etc., se podría definir estos procesos como ansiedad “normal”, que se presenta en episodios poco frecuentes, con intensidad leve o media y de duración limitada, ante estímulos previsibles y comunes con un grado de sufrimiento y limitación en la vida cotidiana acotada.

Por el contrario, la ansiedad a niveles patológicos se caracteriza por sucederse en episodios reiterativos, de intensidad alta y de duración excesiva, con alta y desproporcionada reactancia a la amenaza, provocando sufrimiento y notable interferencia en la vida diaria.

En el caso del trastorno de ansiedad generalizada, la ansiedad patológica se vive como una sensación difusa de angustia o miedo constante y deseo de huir, sin que quién lo sufre pueda identificar claramente el peligro o la causa de este sentimiento.

Esta ansiedad patológica es resultado de los problemas de diversos tipos a los que se enfrenta la persona en su vida cotidiana y sobre todo de las ideas interiorizadas acerca de las causas de lo que le pasa, o de lo que se imagina que está pasando por lo que muchas veces distorsiona las circunstancias reales de lo que está viviendo.

Existen varios trastornos que también pueden englobar en el cuadro general de ansiedad, como por ejemplo las fobias, el trastorno obsesivo compulsivo, los estados de pánico, la agorafobia (miedo a los espacios abiertos) o la claustrofobia (miedo a los espacios cerrados), o los trastornos por estrés postraumáticos.

Los estados de ansiedad se correlacionan con aumento de neurotransmisores, adrenalina y noradrenalina, y la serotonina, que circulan con intensidad por la corriente sanguínea de cuerpo y cerebro. Muchos de estos transmisores se fabrican en las neuronas del sistema nervioso. Por ello, para combatir los estados de ansiedad, es importante reconocer el problema, y después trabajar las causas, sean psicológicas, por miedos que han quedados fijados en el cuerpo-mente, o por causas que a veces se inician biológicamente.

Entre las causas biológicas que pueden producir estados de ansiedad destacan las anemias y carencias de los depósitos de hierro (ferritinas bajas).

Los excesos de estrógenos y deficiencia de progesterona aumentan la ansiedad, en especial los días o semanas previas a la menstruación (síndrome premenstrual).

El estrés físico y mental con aumento de cortisol y adrenalina nocturna y rotura del ciclo circadiano incrementa el estado de ansiedad, debido a que el descanso nocturno no es reparador, como han demostrado investigadores del Instituto Karolinska de Suecia, como causa de ansiedad entre mujeres sometidas a doble jornada laboral. También el exceso de hormonas tiroideas (hipertiroidismo) se manifiesta como si fuera crisis de ansiedad, que sólo cede al tratar dicha patología.

A nivel de conducta se manifiesta con sensación de fatiga intensa, con imposibilidad de relajarse, sensación de tensión e inquietud, llanto fácil, impaciencia, rostro con rictus que muestra preocupación y suspiros fáciles.

La ansiedad dificulta las capacidades de comunicación, porque la persona solo puede atender sus propios síntomas y se repiten los pensamientos obsesivos y negativos. Se incrementa la posibilidad de sintetizar ideas y de expresarlas y se acompaña de tartamudeos.

Los síntomas cognitivos se manifiestan con dificultades para la atención, memoria y concentración. Embotamiento mental o dificultad para dejar la mente en blanco y pensamiento acelerado. La sensación de miedo o temor pueden ser muy intensos, llegando a producir terror, o pánico, que inutilizan las capacidades de la persona que lo padece.

Esta sensación se produce con una gran inseguridad y un temor anticipado (con ansiedad, antes de que sucedan los problemas, despertándose antes de que suene el despertador). Las personas afectadas por este cuadro de ansiedad sienten una gran aprensión y preocupación, piensan que siempre les va a suceder lo peor y presentan sentimientos de inferioridad y de baja autoestima, indecisión e incapacidad de afrontar situaciones diversas.

El humor se hace variable a lo largo del día y se pierde la objetividad y la capacidad de pensar con lucidez. La ansiedad se puede convertir en un trastorno de pánico que puede producir que la persona se sienta que se va a desmayar o a fallecer.

Es posible que las personas que la padecen visiten con frecuencia los servicios de urgencia por miedo a padecer algún tipo de problema grave de salud.

Los síntomas que se manifiestan en el cuerpo son taquicardias (aumento de la frecuencia cardiaca), taquipnea (aumento de las respiraciones por minuto), sensación de ahogo, temblores en manos y extremidades, sensación de desvanecimiento y de pérdida de control sobre el cuerpo, sudoración excesiva en todo el cuerpo especialmente la cara, las axilas, las manos y las plantas de los pies, sequedad de boca, y dilatación de las pupilas de los ojos (midriasis) con visión borrosa.

Se puede sentir zumbido de oídos, oleadas de frío o calor, sensación de debilidad, parestesias (como sensación de prurito y hormigueos en manos y pies). Sequedad de mucosas, especialmente de boca y lagrimales y sensación de vértigos.

Es posible sentir muchos trastornos a nivel abdominal relacionados con la ansiedad ya que existen muchas hormonas parecidas a las que existen en el sistema nervioso central, dentro del sistema gastrointestinal, por lo que los estados de ansiedad producen náuseas, vómitos, sensación de atragantamiento o dificultad para tragar, diarreas o cólicos intestinales. Sensación de ardor, pesadez abdominal. Meteorismo (gases intestinales), aerofagia (tragar aire). Algunas manifiestan colon irritable (con dos o tres deposiciones seguidas durante la mañana) o estreñimiento espasmódico. A nivel muscular se puede sentir debilidad, rigidez o inquietud motora, a veces con pequeños movimientos musculares en diversas partes del cuerpo (fasciculaciones) o pequeños tics en los músculos situados alrededor de los ojos o de los labios. Se pueden acompañar de temblores, hormigueos e incremento de la sensibilidad a los ruidos, olores o luces intensas.

BUENA SUERTE Y MUCHA SALUD.