¡Carpetazo, por falta de pruebas!

La impunidad en el caso de Pío López Obrador
Por Mónica Calles Miramontes
En 2020 en México quedó al descubierto una más de las prácticas corruptas que han caracterizado al partido MORENA desde su origen.
En ese año se difundieron dos videos que fueron evidencia del financiamiento ilícito de ese partido. Ahí se observa a Pío López Obrador recibiendo dinero en efectivo que le entregaba David León, quien era operador político de Manuel Velazco Coello, entonces gobernador de Chiapas.
Al entonces presidente de la República no le quedó más que admitir los hechos e intentar controlar los daños. Él, su hermano y David León aceptaron públicamente la autenticidad del video e intentaron justificarse diciendo que eran “aportaciones al movimiento”.
Las declaraciones ante la opinión pública del entonces presidente de la República jurídicamente fueron una clara aceptación de varios ilícitos electorales: recepción de altas sumas de dinero en efectivo que no fue reportado a las autoridades, dinero no fiscalizado, dinero de origen y destino desconocidos.
Esta confesión fue acompañada de una romántica historia de lucha social para enternecer a la sociedad, al estilo Andrés Manuel. Era muy claro, sabía que sus declaraciones aceptaban la ilegalidad, pero qué más daba. “No me vengan con que la ley es la ley”, su atención debía centrarse en manipular y engañar a la población, porque el verdadero riesgo para él estaba en un reproche social. Después de todo, ¿qué institución tendría las agallas para hacerle rendir cuentas? Confesar no era riesgo para él.
No se equivocó, la Fiscalía fue la primera en archivar y al INE le llevó cinco años de “investigaciones”, retrasos y enredos para emitir su veredicto: ¡Carpetazo, por falta de pruebas!
Había videos, declaraciones públicas certificadas e integradas al expediente del INE, ¿cómo es que se concluyó que no había pruebas? Veamos brevemente qué pasó:
1. Videos y peritaje
La Fiscalía fue la primera en archivar; sin embargo, previamente realizaron un peritaje donde se concluyó que hay elementos de alteración de los videos: marca de agua, un logotipo, subtítulos y un par de cortes.
¡Por supuesto que los había! Estos elementos de posproducción son habituales en materiales difundidos por medios de comunicación al ser parte de un reportaje; así que, se agregaron subtítulos y marcas que identifican la fuente original.
2. Dinero ilícito sin rastro
En la resolución el INE hace una extensa relatoría de su incansable búsqueda sobre ese dinero; pero se encontró con la sorpresa de que no existía registro bancario, ni facturas y menos un reporte de la Auditoría Superior del estado de Chiapas
¡Esto es absurdo! Investigaba operaciones ilegales, por su naturaleza pretenden no dejar rastro. ¿O ahora vamos a negar la existencia de dinero ilícito de los cárteles solo porque El Chapo no lo declaró ante el SAT?
3. Sin cooperación
En un infructuoso intento de justificar el carpetazo, el INE pretendió culpar al Tribunal de Justicia de la Ciudad de México porque no le entregó información de un juicio.
Es cierto que el tribunal debió colaborar con el INE; pero ¡seamos serios! El INE no iba a resolver un caso de dinero ilícito de MORENA con las constancias de un juicio civil que Pío inició contra Loret de Mola por la difusión de los videos.
Nuevamente las instituciones electorales nos quieren convencer de que no hay pruebas de lo que todos hemos visto.
Sin embargo, hacer cumplir la ley no solo es un asunto de pruebas, sino de independencia y de valor. Así, hoy nuevamente gana la impunidad y la desfachatez de aquellos que sí mienten, sí roban y sí traicionan.
*Abogada consultora en materia electoral y derechos humanos.