¿Para qué sirve un Gobierno? Una visión práctica

Si el gobierno maneja dinero y poder que son de todos, debe explicar qué hace con ellos. Esa es la rendición de cuentas
Por Mario Robinson Bours
En mis conversaciones con personas de distintos ámbitos, me he encontrado con una realidad alarmante: muchos ciudadanos no logran descifrar su relación con el gobierno. Ya sea por desconocimiento, confusión o simple apatía, esta desconexión nos debilita a todos. Afecta la calidad de nuestra democracia y nos resta poder para exigir responsabilidades.
Este texto es una invitación a cerrar esa brecha. A entender por qué la política no es un espectáculo que vemos desde la grada, sino un asunto que nos toca a todos. La indiferencia tiene costo, y no es barato. Lo pagamos en servicios deficientes, en corrupción, en inseguridad.
Sobre todo, es un llamado a los jóvenes: su energía, su voz y sus decisiones son las que hoy marcan el rumbo del país. El futuro ya está en construcción, y les pertenece más que a nadie.
El Gobierno como Administrador de la “Casa Grande”
Imaginemos el país como una casa inmensa donde convivimos millones. El gobierno no es el dueño, sino el administrador que contratamos entre todos. Su tarea es resolver lo que ningún vecino podría solo: mantener la estructura firme, asegurar los servicios comunes, garantizar la seguridad y poner reglas claras para que la convivencia sea posible y justa.
Pero, claro, un administrador puede olvidar que está a tu servicio y empezar a comportarse como dueño. Para evitarlo, el poder se reparte en tres ramas que se vigilan entre sí. Es la versión política del “no pongas todos los huevos en una sola canasta”: la división de poderes.
Poder 1
Los que hacen las leyes (Poder Legislativo)
-¿Quiénes son? Diputados y senadores, ciudadanos elegidos para representarnos.
-¿Qué hacen? Escriben las reglas de la casa: las leyes. Autorizan un presupuesto para que funcione la casa, es el dinero público y fiscalizan al gobierno.
Poder 2
Los que ejecutan las leyes (Poder Ejecutivo)
-¿Quiénes son? El presidente y sus ministros.
-¿Qué hacen? Administran lo cotidiano: seguridad, infraestructura, salud, educación. Manejan los impuestos para dar servicios. Son los encargados de que las reglas se cumplan.
Poder 3
Los que interpretan las leyes (Poder Judicial)
-¿Quiénes son? Ministros, magistrados y jueces.
-¿Qué hacen? Actúan como árbitros. Cuando hay un conflicto entre ciudadanos o entre un ciudadano y el gobierno, deciden con base en la ley. Son la garantía de que todos jugamos con las mismas reglas.
La Clave de la Confianza: Rendición de Cuentas
Si el gobierno maneja dinero y poder que son de todos, debe explicar qué hace con ellos. Esa es la rendición de cuentas. Como ciudadano, tienes derecho a preguntar, a exigir y a ver resultados. Sin transparencia ni consecuencias, el sistema se convierte en un terreno fértil para el abuso y la corrupción.
El Vigilante Informal: La Prensa Libre
Además de las instituciones, hay un actor que funciona como el guardia del vecindario: la prensa. Los periodistas investigan, informan y destapan abusos. Una prensa independiente es la linterna que ilumina lo que el gobierno preferiría esconder. Donde no hay periodismo libre, la corrupción corre sin freno.
Tu Escudo Personal: El Derecho de Amparo
Cuando el gobierno se pasa de la raya y viola tus derechos fundamentales, existe una herramienta poderosa: el amparo.
-Es el último recurso del ciudadano frente a los abusos.
-Permite que un juez obligue al gobierno a detener la violación y reparar el daño.
Un amparo fuerte es como el sistema de alarmas contra incendios de la casa: lo esperas no usar nunca, pero si lo quitas, quedas indefenso.
¿Y Si el Sistema Falla? El Riesgo del Poder Concentrado
La democracia se tambalea cuando el Ejecutivo controla al Legislativo o al Judicial. Entonces ya no hay contrapesos:
-El Congreso se vuelve una oficina de trámites para el presidente.
-Los jueces dejan de proteger al ciudadano y se convierten en cómplices del poder.
Cuando esto ocurre, el administrador deja de rendir cuentas y se comporta como patrón. La diferencia es brutal: de protegernos, pasa a dominarnos.
El Poder Final: Tú
Ningún sistema funciona si los ciudadanos no lo hacen funcionar. El voto, la exigencia a nuestros representantes, la participación en consultas y la protesta pacífica son las herramientas más poderosas que tenemos. Un vecindario informado y activo es el muro de contención contra cualquier abuso.
En Resumen
La división de poderes, la rendición de cuentas, la prensa libre y el amparo no son palabras bonitas en un libro de derecho. Son las llaves que mantienen viva nuestra libertad. El gobierno debe ser un administrador eficiente, no un amo. Y nuestra tarea es vigilarlo siempre.
Cierro con esto:
Como dijo Ronald Reagan: “A medida que el gobierno se expande, la libertad se contrae”. Nuestra responsabilidad es simple y compleja a la vez: mantener al gobierno dentro de sus límites, asegurarnos de que su poder sirva para protegernos y no para dominarnos.