200 Ediciones: Resistir, Persistir y Construir

Detrás de cada acción hombres y mujeres que entregaron su tiempo, su conocimiento, su talento, sus recursos, su pasión o su lealtad
Por Guillermo Moreno Ríos
Cumplir 200 ediciones no es solo llegar, es mantener viva una idea durante 26 años, navegando evitando perder la brújula del propósito ante el constante canto de las sirenas.
INCIDE nació ciudadano, inocente y plural; técnico, pero profundamente humano. Creció sin partido, pero con espíritu político en el sentido más noble: el de construir comunidad, tender puentes y promover acuerdos.
Entendimos pronto que el consenso no es rendirse, sino encontrar los puntos donde la razón y la responsabilidad se dan la mano. Cada colaboración fue un ladrillo. Cada nombre, una historia. Cada acción, un paso hacia adelante.
INCIDE nunca fue un proyecto para aplaudir personas, sino para sostener causas. Promovimos la participación voluntaria, ya que es más efectiva que la comprada. Fue precisamente esa independencia económica lo que nos mantiene auténticos, ante el asombro de muchos.
Pero, también hubo pausas. Setenta ediciones que no existieron, algunas por ausencia de recursos, otras por confusión o el impacto digital del 2009. Pero fue en esos silencios editoriales donde reafirmamos nuestra esencia: una hélice tripartita que gira con la fuerza de la integración gremial, el conocimiento compartido y la comunicación como instrumento para que las cosas sucedan.
Doce hitos que dejaron huella
En 2002, con el incipiente Cabildeo Legislativo, iniciamos una agenda ciudadana que logró más de 21 ordenamientos aprobados. Dos décadas después, ese esfuerzo es reconocido por el Congreso de la Unión.
Entre 2002 y 2011, impulsamos la Campaña de Prevención de Adicciones, pionera en unir empresarios, políticos, comunicadores y expertos en salud mental.
En 2005, creamos el COVISON y desde ahí nació el concepto de Hipotecas Verdes, que inspiró una política nacional de vivienda sustentable.
En 2007, propusimos el Premio al Profesionista del Año que hasta hoy dignifica la ética como valor profesional.
En 2008, junto con AMPI, creamos la Licencia Inmobiliaria, referente nacional en profesionalización, y también el COECYT, que unió ciencia, innovación y desarrollo.
Entre 2009 y 2014, desarrollamos el programa Mayor Infraestructura Local llevó progreso a 57 municipios con menos de 20 mil habitantes, finalista en Iniciativa México en 2011.
En 2010, el Festival del Bacanora se convirtió en símbolo de identidad y arraigo sonorense.
En 2012, Memovember #PorLaSaludMasculina rompió tabúes y se transformó en política pública.
En 2015, la Profesionalización de la Protección Civil colocó la prevención como eje técnico y humano.
En 2017, la Alianza por la Cultura de la Resiliencia sembró una visión nacional de gestión integral del riesgo.
Y en 2024, nació el Colegio Multidisciplinario INCIDE, donde convergen conocimiento, juventud y propósito.
Sigue el Bambú como el oro verde que cambiará Sonora hacia un futuro sostenible y sustentable.
Cada uno es una batalla ganada contra la indiferencia y recordatorio de que cuando la técnica se une con la convicción, el cambio no solo es posible: es inevitable.
Más de 200 nombres, una misma voluntad
Detrás de cada acción hombres y mujeres que entregaron su tiempo, su conocimiento, su talento, sus recursos, su pasión o su lealtad. Algunos brillaron en público; otros prefirieron el anonimato. Pero todos dejaron huella.
A quienes ya no están, nuestro homenaje perpetuo.
A quienes siguieron otros rumbos, nuestro reconocimiento sincero.
A quienes aún permanecen, nuestra gratitud inquebrantable.
No se trata de vivir de glorias pasadas, las generaciones que vienen necesitan un punto de referencia más alto que los aplausos digitales, una medida que los desafíe y los inspire. Es importante que sueñen fuerte, trabajen con sentido y construyan con alma, porque el futuro no se espera… se edifica, aprendiendo tanto de nuestros logros pero más aún de nuestros errores y omisiones.
Lo que cambiamos, lo que nos cambió
En 26 años, hemos sido testigos y actores de nuestro tiempo.
Vimos pasar administraciones, promesas, crisis, egos y reformas. Aprendimos que no todo puede evitarse; que hay momentos en los que la técnica no basta, en los que la razón llega tarde, en los que la prevención se extravía entre la prisa de trámites administrativos.
Y aunque duelan, también nos recuerda por qué existimos: porque somos una sociedad que no se resigna, que debate, que propone y que seguirá construyendo.
No podemos cerrar estas líneas sin expresar nuestras condolencias más sinceras a las familias de quienes perdieron la vida en los recientes acontecimientos que marcaron profundamente a nuestra ciudad.
A ellos, nuestro respeto, nuestro duelo y el firme compromiso de seguir trabajando —desde nuestra trinchera— para que esto no vuelva a suceder.
Descansen en paz.










