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A las ciudadanas y ciudadanos de Hermosillo y Sonora

Agradezco a quienes el pasado domingo 7 de junio acudió a las urnas y nos brindaron su confianza con el ánimo de elegir un proyecto verdaderamente distinto para rescatar nuestra ciudad. Hoy vemos postergado ese futuro, porque a pesar de promesas tras promesas de los partidos que han gobernado, el cambio para Hermosillo no ha llegado.

Nuestra población vulnerable es cada vez más pobre; tenemos una clase media que día a día va perdiendo calidad de vida, Thurow (1985) expuso que «se necesita una clase media saludable para tener una democracia saludable».

Hoy inicia el cómputo del Consejo Municipal del IEE. Habremos de esperar el resultado oficial. El candidato que se asume “ganador” afirma que vivimos una elección democrática donde la población decidió con su voto. No comparto esa afirmación; como candidata del Partido de la Revolución Democrática, participé en este proceso electoral que está manchado por la inequidad y por el derroche de millones pesos.

En Hermosillo se implementó un “mecanismo silencioso pero escandaloso de compra y coacción del voto”. Tristemente, en un atentado a nuestra democracia, se entregaron miles y miles de despensas, se pagaron millones de pesos que compraron voluntades, y se hizo uso faccioso de programas sociales estatales y federales para condicionar apoyos a cambio de votos.