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Agustín de Iturbide: el héroe olvidado de la Independencia.

El famoso abrazo de Acatempan con Vicente Guerrero fue el símbolo perfecto de esa unión. A partir de ahí se consolidó el Ejército Trigarante

 

Por Rubén Iñiguez

Cada septiembre recordamos a los héroes de la Independencia de México. Siempre pensamos en Hidalgo, en Morelos y en Guerrero, y claro que todos ellos tienen un lugar especial en la historia. Pero pocas veces se reconoce al verdadero artífice de la consumación de nuestra libertad: Agustín de Iturbide. Sin él, el sueño de independencia quizá se habría prolongado por muchos años más.

Iturbide fue el hombre que entendió que la lucha no podía seguir dividida. Con gran visión política logró unir lo que parecía imposible: a los insurgentes con los realistas moderados.

Esa unión quedó plasmada en el Plan de Iguala, donde nacieron las Tres Garantías: Religión, Independencia y Unión. Ahí comenzó a tomar forma el México independiente.

El famoso abrazo de Acatempan con Vicente Guerrero fue el símbolo perfecto de esa unión. A partir de ahí se consolidó el Ejército Trigarante, que no solo peleó por la independencia, sino que también ofreció certeza y esperanza a un pueblo cansado de la guerra. Fue la primera vez que la mayoría de los sectores sociales se unieron bajo un mismo ideal.

Los Tratados de Córdoba, firmados por Iturbide y Juan O’Donojú, marcaron el reconocimiento oficial de la independencia mexicana. Fue un acto histórico que dio legitimidad a nuestra soberanía y abrió las puertas a una nueva nación. Ese logro se debió en gran medida a la capacidad de negociación y liderazgo de Iturbide.

El 27 de septiembre de 1821 el Ejército Trigarante entró a la Ciudad de México. Con banderas ondeando y un pueblo celebrando, se consumaba finalmente la independencia.

Esa imagen, con Iturbide al frente, representa uno de los momentos más grandes de nuestra historia. Fue él quien supo convertir en realidad lo que otros habían iniciado con valor y sacrificio.

Lamentablemente, a Iturbide no se le ha dado el lugar que merece en la historia oficial. Su nombre aparece siempre con reservas, cuando en realidad debería estar al lado de Hidalgo, Morelos y Guerrero. Fue el líder que concretó lo que parecía inalcanzable, el verdadero consumador de la independencia.

Reconocer a Iturbide no significa restar mérito a los demás, significa contar la historia completa. Cada uno de los héroes jugó un papel fundamental, pero la consumación tiene nombre propio y ese es Agustín de Iturbide. Sin su visión, su estrategia y su decisión, México no habría logrado independizarse en 1821.

Hoy, a más de dos siglos de distancia, es momento de dar a Iturbide el reconocimiento justo. Fue un héroe de la patria, aunque muchas veces olvidado. La independencia de México no se entiende sin su figura, y es deber de todos recordarlo como lo que fue: el consumador de nuestra libertad.