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Ambigüedad, lagunas legales y contradicciones en Empalme por el ‘polvo negro’

Por Imanol Caneyada /

El fenómeno ha cesado, aunque recientemente se ha reproducido en Guaymas; como llegó se fue, y las versiones oficiales apuntan al misterio

No era una lluvia negra como tal, cuentan quienes lo vivieron. De pronto se percataron del fenómeno por el polvo tipo hollín que el viento acumulaba en los rincones, por el manto oscuro que cubría superficies claras como autos o banquetas.

Los niños de un kinder en el centro del Empalme, a menos de un kilómetro de las vías del ferrocarril, por esos días, salían del recinto escolar con la ropa manchada de negro. ¿Pero qué es esto?, se preguntaban los empalmenses.

No hubo respuestas inmediatas ni específicas. A poco menos de un mes del fenómeno sigue sin haberlas.

Aquellos primeros días de mayo, las autoridades municipales especularon que se trataba de coque, un combustible sólido formado por la destilación de carbón bituminoso calentado a temperaturas de 500 a 1100 °C sin contacto con el aire.

Un material que la empresa Cemex transporta en los vagones de Ferromex del puerto de Guaymas a Hermosillo, vía Empalme, para utilizarlo como combustible en los altos hornos que la elaboración del cemento requiere.

Cientos de toneladas se concentran en el recinto portuario de Guaymas en espera de ser cargadas en las góndolas que las transportan a la empresa cementera con sede en Hermosillo; antes, hacen un alto en Empalme para que Ferromex enganche otros vagones con otros materiales. Del centenar de vagones que salen de Empalme rumbo a la capital del estado, entre seis y ocho llevan este polvo negro.

El 24 de mayo, en una iniciativa conjunta entre el Ayuntamiento de Empalme y la Administración Portuaria Integral de Guaymas (Apiguay), una paraestatal de la Secretaría de Comunicaciones y Transporte, mandaron analizar cinco muestras del polvo negro a los Laboratorios Kino de Hermosillo.

La versión que manejó la autoridad municipal desde que inició el problema hasta el pasado lunes seis de junio (en que los resultados quedaron listos), apuntaba a que Ferromex había cambiado los procedimientos de transporte: las góndolas eran más pequeñas e iban copeteadas de coque, ya no se humectaba el producto para restarle volatilidad y no se tapaban los vagones con lonas.

De resultas, durante varios días de principios de mayo, ciertos sectores de Empalme amanecieron cubiertos por el polvo negro.

Apiguay acordó algunas medidas junto con Cemex y Ferromex para el traslado del cargamento de coque del puerto a la planta cementera en Hermosillo.
Apiguay acordó algunas medidas junto con Cemex y Ferromex para el traslado del cargamento de coque del puerto a la planta cementera en Hermosillo.

Las autoridades de Apiguay, con la colaboración de Cemex y Ferromex, tomaron las medidas necesarias para que no volviera a suceder: ya no copetean las góndolas de coque, humectan la carga y la cubren con lonas, tanto en su almacenamiento a cielo abierto como durante el transporte.

El fenómeno ha cesado, aunque recientemente se ha reproducido en Guaymas.

El lunes seis de junio, Laboratorios Kino entregó los resultados de los análisis a las autoridades portuarias y al Ayuntamiento de Empalme.

Al parecer, no está tan claro de que sea coque, o al menos, de que sea únicamente el coque que se almacena en Guaymas y se transporta vía Empalme a Hermosillo.

Los motivos de esta nueva versión nos los explica el ingeniero Edmundo Chávez Méndez, director general de Apiguay.

Concentrados de azufre

El funcionario federal es muy cuidadoso a la hora de expresarnos la interpretación que hace del resultado de los análisis.

Explica que tomaron cinco muestras, cuatro en Empalme y una en el recinto portuario, donde se almacena el coque de Cemex.

Edmundo Chávez, director general de Administración Portuaria Integral de Guaymas (Apiguay), explica que algunos de los componentes encontrados en el polvo es azufre.
Edmundo Chávez, director general de Administración Portuaria Integral de Guaymas (Apiguay), explica que algunos de los componentes encontrados en el polvo es azufre.

Según los resultados del laboratorio, el coque de la muestra original, la que se guarda en el puerto de Guaymas, presentó un porcentaje de 0.7% de azufre, uno de los componentes de esta sustancia; por lógica, argumenta Edmundo Chávez, las muestras tomadas en Empalme deberían haber presentado menor cantidad de azufre por efecto de mezclarse con el aire. Sin embargo, estas cuatro muestras contienen el mismo o más volumen de azufre que la tomada en el puerto.

Aunado a esto, la textura y densidad del polvo negro que apareció en Empalme no coincide plenamente con el coque que se almacena en el puerto guaymense, dice el director general, por lo que les lleva a concluir que la sustancia que asustó a los empalmenses aquellos primeros días de mayo y que ha aparecido posteriormente en Guaymas, no se trata del coque propiedad de Cemex, o no solamente es este coque, sino que está mezclado con alguna otra sustancia de procedencia desconocida.

Esta es la interpretación oficial que la Apiguay, Cemex y Ferromex hacen de los análisis entregados por Laboratorios Kino, una lectura muy cautelosa en la que no niegan responsabilidades pero que deja abierta la posibilidad de que haya otras fuentes contaminantes hasta ahora desconocidas.

Independientemente de ello, subraya el titular de la administración portuaria, las medidas que se tomaron a los días de que apareciera el polvo negro (humectar la carga, cubrirla y no copetear las góndolas), van a continuar de forma permanente.

Por su parte, las autoridades del Ayuntamiento de Empalme, que antes de tener los resultados de los análisis en su poder sostenían la versión de que el polvo negro procedía del coque de Cemex transportado por Ferromex, el martes siete de junio le comunicaron a este Semanario que preferían expresar su postura oficial en la rueda de prensa que celebrarían con Apiguay y autoridades ecológicas del estado el jueves 8 de junio, un día después del cierre de la presente edición.

Las autoridades médicas municipales de Empalme no han dejado de monitorear los hospitales de la localidad en busca de alguna persona que presente síntomas relacionados con la exposición al polvo negro. Hasta el día martes 7 de junio no habían detectado ningún caso.

Al respecto, el titular de la Apiguay ha insistido que sólo la exposición permanente y masiva ante el coque podría causar problemas de salud.

El polvo negro ya no ha aparecido en Empalme. Como llegó se fue, y las versiones oficiales apuntan al misterio, la ambigüedad: es pero no es coque, procede pero no procede de los vagones del tren. Tal vez sí, tal vez no. En resumen: cautela oficial y un pánico inicial que se ha diluido.

¿Y las regulaciones para el almacenaje y transporte del coque?

Se lo preguntamos al ingeniero Chávez y nos dice que no existen. Las medidas que han tomado en el puerto de Guaymas no responden a una norma, a un reglamento o a una legislación específica que establezca la manera segura de almacenar y transportar el coque.

Existe un antecedente al caso de Empalme que llegó incluso a la Cámara de Diputados.

En abril de 2014, en el puerto de Veracruz, el portal de noticias Imagen del Golfo daba a conocer el estudio realizado por la perito médico certificada Argelia González Cervantes, en el que concluía que la salud de los habitantes de la colonia Formando Hogar se había deteriorado considerablemente a causa de la cercanía de ésta con una bodega de coque a cielo abierto propiedad de la empresa Servicios Especiales Portuarios SA de CV, sita en el recinto de la Administración Portuaria Integral de Veracruz (Apiver).

Los síntomas que presentaban las 63 personas a las que se sometió a una serie de estudios, eran infecciones respiratorias agudas, tos seca, irritabilidad en los ojos y en la piel, todo ello causado por la exposición prolongada al coque derivado del petróleo (el que se almacena en Guaymas es derivado del carbón no del petróleo).

El estudio provocó que el entonces legislador federal Manuel Rafael Huerta Ladrón de Guevara presentara un punto de acuerdo en la Cámara de Diputados para exhortar a los gobiernos federal y de Veracruz a que investigaran a las empresas que almacenaban coque procedente del petróleo o petrocoque, y que hicieran estudios toxicológicos para determinar el daño a la salud de los habitantes expuestos a esta sustancia, estudios, por otra parte, que en países como Estados Unidos y Brasil ya se habían realizado concluyendo que el petrocoque es perjudicial para la salud.

El exhorto no tuvo mayores consecuencias. Ni la ley federal ni las leyes estatales, ni las normas oficiales vigentes en materia de protección al ambiente regulan de manera específica el almacenaje y transporte de este material, dejando muchas lagunas que las empresas aprovechan a su conveniencia.

La Norma Oficial Mexicana NOM-052-SEMARNAT-2005, que establece las características, el procedimiento de identificación, clasificación y los listados de los residuos peligrosos, en referencia al coque, lo considera peligroso siempre que no se reintegren al proceso de la producción de coque y que no puedan ser reutilizados.

Este no es el caso para el coque almacenado en el puerto de Guaymas y transportado vía Empalme hasta la ciudad de Hermosillo, en donde la empresa Cemex lo utiliza como combustible de los altos hornos en los que se produce el cemento.