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Aplicarán Fobaproa a Pemex y CFE

Fondear las pensiones de Pemex y de Comisión Federal de Electricidad (CFE) es el mismo procedimiento que se dio con la creación del Fondo Bancario de Protección al Ahorro (Fobaproa) donde se rescató a los bancos privados que estaban en quiebra, aseguraron analistas.

Ana Lilia Moreno, analista del Centro de Investigación para el Desarrollo (Cidac), explicó que en ese momento, el Gobierno federal apoyó a empresas para que siguieran operando, lo cual será igual en las paraestatales.

De acuerdo con la iniciativa de Ley de Pemex y de CFE que se discute en la Cámara de Diputados, a través de Hacienda se tendrían que fondear alrededor de 2 billones de pesos para poder garantizar el pago de las pensiones.

Este monto es el 16.7 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) anual del País.

Si se fondeara con los ingresos que recibe el Gobierno de Pemex, tendrían que pasar 4 años de aportaciones continuas para alcanzar este monto, sin contar los incrementos anuales en ese periodo, señaló la especialista.

Además, este esquema es ineficiente pues no promueve que las firmas modifiquen su esquema de pensiones, principalmente en Pemex.

Moreno criticó que en la reforma energética también se colocó un candado para que no se modifiquen los esquemas de contratación de los empleados ni los beneficios que hoy tienen en el periodo de transición.

Esto evitará que Pemex, cuyo pasivo es de 1.3 billones de pesos, tenga el incentivo de mover a sus trabajadores a esquemas más adecuados de pensiones.

Marco Cancino, director general de la empresa Inteligencia Pública, señaló que para las empresas, retirarles el pasivo laboral les permitirá competir pues estos recursos que destinaría al pago de pensiones, podría utilizarlos para mejorar su desempeño y apurar la transferencia tecnológica.

No obstante, será un golpe para las finanzas porque el valor del fondeo se tendrá que sumar a las cifras de deuda pública (interna y externa) del País, que hoy alcanzan el 38 por ciento del presupuesto que se ejerce año con año.

Con esto, la deuda aumentaría hasta 66 por ciento aproximadamente.

El experto criticó que transferir este pasivo a las cuentas del Gobierno federal implicará que se tendrán que pagar con impuestos cuando el 85 por ciento del presupuesto federal prácticamente ya está comprometido.

REFORMA