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Aumento a refrescos podría ser positivo

Estimaciones preliminares realizadas por el CIAD, indican que es estos impuestos se podrían traducir en 8 mil 642 millones de pesos adicionales para la Federación

 

Por Gerardo Moreno Valenzuela

En estos momentos que se discute la propuesta de Paquete Económico Federal para el 2026 que presentó la presidenta Claudia Sheinbaum al Congreso de la Unión, donde vienen incrementos a varios impuestos, incluyendo a los refrescos, bebidas saborizadas, alcohol y tabaco, llamados “impuestos saludables”, investigadores aseguran que esta medida, aunque polémica, puede ser positiva si impacta a la salud y se acompaña de campañas de concientización.

El Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo (CIAD) publicó un artículo donde el economista Luis Huesca Reynoso, investigador de la Coordinación de Desarrollo Regional del CIAD, aseguró que esta estrategia busca generar un impacto positivo en la reducción de consumo de estos productos nocivos para la salud en México, mientras se aumenta la recaudación fiscal.

“Elevar los impuestos a productos como cigarrillos, alcohol y refrescos no debe verse como una medida recaudatoria, sino como una política de salud pública”, señaló en el artículo.

Ante esto, el economista Huesca Reynoso precisó que está comprobado que el aumento de los precios de ciertos productos derivado de mayores tasas impositivas si tienen un efecto en la disminución del consumo, sobre todo entre adolescentes y jóvenes, que son más sensibles a la variación de los precios.

Esto, dijo, puede ser algo importante ante la necesidad que hay en México de enfrentar los graves problemas de obesidad, diabetes y enfermedades cardiovasculares, junto a los daños relacionados al tabaquismo y consumo excesiva de alcohol, como el caso del cáncer.

“El costo económico de atender estas enfermedades es muy superior a lo que hoy se recauda por los impuestos aplicados a estos productos. Además, un estudio nuestro reciente mostró que los consumidores con estos padecimientos serán quienes disminuyan más su consumo en el país por el aumento de los impuestos”, cita el artículo.

Evidencia 

Luis Huesca informó que países como Uruguay, Chile, Reino Unido y Australia ya han aplicado medidas fiscales similares a la que se plantea en México, con resultados significativos, logrando reducir el consumo y efectivamente aumentar la recaudación.

En estos países los recursos adicionales que se consiguen con los impuestos más altos a productos dañinos se utilizan en financiar campañas de prevención y programas de salud pública, así como mejorar la atención medica en los servicios públicos.

“México no puede quedarse atrás en un tema tan sensible. Es momento de tomar decisiones valientes que protejan a las generaciones futuras”, dijo.

Además, precisó que el debate en este tema no debe reducirse solamente entre un dilema de consumo y recaudación, sino en la estrategia de salud para que existan menos riesgos de enfermedades crónicas y mejorar la calidad de vida.

¿De cuánto es el incremento?

Las estimaciones preliminares realizadas por el CIAD, indican que es estos impuestos se podrían traducirse en 8 mil 642.1 millones de pesos adicionales para la Federación, que es el 16.4% más presupuesto directo al erario público. 

Según lo contemplado en el PEF 2026, estos recursos se deberán destinar a fortalecer el financiamiento del sistema de salud, particularmente en la atención de enfermedades crónicas relacionadas a la mala alimentación y consumo de sustancias nocivas.

Por ejemplo, en tabaco el aumento provocará un incremento del 15.7% en el precio actual, pasando de 73.10 pesos a 84.60, donde la carga impositiva representaría un 72.8% por cajetilla, que sigue estando por debajo de lo recomendado por la Organización Mundial de la Salud en la materia, que es del 75%.

“El reto es garantizar que la recaudación adicional se utilice de manera transparente y focalizada en programas de prevención y atención médica. De nada servirá recaudar más si esos recursos no se traducen en mejoras palpables en la salud de la población”.

Estas medidas, dijo, deben acompañarse de campañas de educación nutricional, actividad física y concientización sobre los riesgos del consumo de bebidas saborizadas, tabaco y el alcohol, para que sean efectivas.

“El impuesto es la medida más costo efectiva, pero por sí sola no es suficiente; se requiere un enfoque integral que combine regulación, información y acceso a alternativas saludables”.

El economista del CIAD dijo que estas medidas representan avanzar hacia un modelo donde la recaudación tributaria sea una herramienta para mejorar la salud y bienestar colectivo.