RECIENTE

General

Buen Fin: pantallas, mulas y trácalas

Casas comerciales y los bancos hicieron su agosto en pleno invierno, a costa de incautos consumidores que se entracalaron y comprometieron un buen porcentaje de sus futuros ingresos

Por Feliciano J. Espriella

El pasado fin de semana se realizó la octava edición  del “Buen Fin”, un esquema mercantil que pretende ser un símil del norteamericano “Black Friday” y que no llega ni a triste remedo

Inspirado en el “viernes negro” de Estados Unidos,​ El Buen Fin surgió como iniciativa del Consejo Coordinador Empresarial, en asociación con el gobierno federal,​ organizaciones del sector privado e instituciones bancarias. La primera edición se llevó a cabo del 18 al 21 de noviembre de 2011.

Según estudios realizados por la Universidad Nacional Autónoma de México, este programa representa más bien “una campaña publicitaria para incrementar la venta de las empresas participantes a costa del endeudamiento de los asalariados”. El análisis realizado en 2012 estipuló que un 75 % de las ofertas promocionadas en el Buen Fin no representan disminuciones en los precios de los productos, sino más bien “una forma más adecuada de pago” a crédito sin intereses. El porcentaje restante es dado por las rebajas de entre un 5-20 % en los precios.

En su análisis denominado “¿Realmente bajan los precios durante el Buen Fin?” en 2017, Raymundo M. Campos Vázquez y Eduardo M. Medina Cortina concluyeron que, producto de una muestra de datos generados entre 2010 y 2015, los precios en general se reducen en promedio un 7 % con respecto a los precios anteriores al evento.

En una visita a varios de los establecimientos que ofrecían “espectaculares ofertas”, pude percatarme que no había tal. En realidad los descuentos importantes, los que oscilaban entre el 40 y 50%, eran para artículos de evidentemente poco movimiento, más conocidos por mulas.

Había, eso sí, una gran variedad de artículos electrónicos, en especial pantallas, con descuentos mínimos de alrededor del 15%, pero con plazos hasta de 18 meses sin intereses, con lo que las casas comerciales y los bancos hicieron su agosto en pleno invierno, a costa de incautos consumidores que se entracalaron y comprometieron un buen porcentaje de sus futuros ingresos, por algo que en la mayoría de los casos no les era indispensable.

En mi opinión, El Buen Fin solamente obedece a la logística empresarial comercial, y no representa en sí un beneficio para las familias mexicanas.

Banxico elude sus ineficientes resultados y culpa a AMLO

El jueves de la semana pasada, el Banco de México subió la tasa de interés de 7.75% a 8%, lo cual sucedió por el riesgo de que la inflación llegue a su meta a un ritmo más lento del esperado. Ante este panorama, la junta de gobierno del Banco de México decidió incrementar en 25 puntos base la tasa de referencia.

El incremento anterior, también fue de 25 puntos y se había realizado hace apenas 4 meses, el pasado 21 de junio. La verdad es que una tasa de referencia de 8 puntos es sumamente alta y se ha llegado a ella por los aumentos muy frecuentes que ha realizado Banxico en los últimos años, ante su incapacidad para poder reducir la inflación a límites razonables.

Hace apenas dos años, el 28 de septiembre de 2016, la tasa de referencia se ubicaba en 4.5%, y en tan sólo 26 meses, Banxico casi la duplicó.

El objetivo prioritario de Banco de México es mantener una inflación baja y estable, lo cual no ha logrado en los dos últimos años. Al mes de octubre, la inflación acumulada de 2018 fue de 3.22%, y la anualizada, de noviembre de 2017 a octubre de 2018, llegó a 4.90%.

Esto la ubica por encima del objetivo de Banxico, de 3.0% más/menos un punto porcentual, al que se esperaba llegar este año y que evidentemente no se logrará. De allí, los incrementos en las tasas de referencia que se han dado este año, y de la cual, cuando menos la última, el banco central pretendiendo eludir su responsabilidad la quiere trasladar al presidente electo.

Al dar a conocer la semana pasada el nuevo incremento a la tasa de referencia, señalaron que  la inflación se vio afectada por la volatilidad del tipo de cambio tras la cancelación del nuevo aeropuerto en Texcoco y las políticas e iniciativas del gobierno que encabezará Andrés Manuel López Obrador y el Poder Legislativo.

No mencionaron que el dólar en las últimas semanas se ha fortalecido y apreciado frente a casi todas las monedas del planeta. Tampoco hicieron ninguna referencia a que en los últimos meses el precio del petróleo ha venido paulatinamente cayendo. No, según ellos los culpables son AMLO y Morena.

¿Y dónde ha estado Banxico en las últimas semanas en las que el peso ha tenido importantes caídas? ¿Por qué no ha salido al mercado de cambios para sostener la estabilidad de nuestra moneda como lo ha hecho en incontables ocasiones en el pasado?

¿Ya olvidaron que después del control de la inflación, el fortalecimiento de la paridad cambiaria es su segunda más importante responsabilidad?

Por hoy fue todo. Gracias por su tolerancia y hasta la próxima.