Por Imanol Caneyada
I
en barrios, en hospitales,
bajo puentes, en los canales…
la Calaca hacía guardia.
En palacio por fin la halló
muy ocupada en gobernar.
“Conmigo te voy a llevar…”
pero la Güera dijo: “No,
recuerda que tengo fuero
y lo primero es lo primero”.
II
Urdió la Parca una treta sin igual,
pues a Padrés buscaba y no encontraba.
La Muerte compró de derecho un manual
y al rato en la Uni se licenciaba.
“Amparos, amparos, les vendo amparos
a aquellos díscolos gobernantes,
llámense Guillermo, llámense Duarte,
buenos, bonitos, para nada caros”.
El pregón de la Flaca dio resultado
Y Guillermo a gritos le pidió el paro.
“Te regalo todo lo que he robado
pero no me hagan pasar por el aro”.
A lo que la muerte replicó:
“Te pido disculpas por engañarte,
pero en el juicio final no olvides que soy juez y parte”.
III
Se fue al Camposanto Maloro,
huyendo de la delincuencia,
pues le aconsejó la prudencia
que en ese sitio no habría azoro.
lejos de asaltos y robos,
de muchos y enfurecidos lobos…
al nuevo sistema penal maldecía.
Pero infraganti lo sorprendió
la Parca y el reloj le robó,
la cartera, el celular…
pobre alcalde, se echó a llorar.
No llores, dijo la Huesuda,
nada de esto te va a servir,
el más allá te va a recibir
con tu calavera desnuda,
y no llames a la policía
que no vendrá en éste tu día.
IV
Los treinta y tres diputados dormían,
cada quien acomodado en su escaño,
esperando dietas y canonjías,
convencidos que no hacían daño.
Subió solemne la Parca al estrado
y la palabra sin titubeos pidió.
Blandiendo su dedo huesudo advirtió
que su hora, por flojos, les había llegado.
Pero cuál fue de la Flaca su sorpresa,
que nadie salió de su pereza.
El voto fue unánime
para el exhorto ecuánime,
por fin todas, toditas las bancadas
acordaron mandarla a la chin…
V
Como si fuera un gran crucero,
la Parca invitó a Peña el presidente
a recorrer el país entero,
de sur a norte, de Veracruz al poniente.
Mientras volaban sobre la nación,
la Catrina le decía: Mira, encanto,
ahora contigo, antes con Calderón,
han hecho de México un camposanto.
Fosas aquí y allá, ¡esto no es plan!
No descanso con tantísimo trabajo,
y aunque no quieras joder a los de abajo,
te nombro mi ayudante en el Mictlán.
VI
Andaba Andrés Manuel en campaña,
si por tercera o cuarta vez no recordaba,
si al PRD, al PT o a Morena abanderaba,
igual le pegaba Televisa con saña.
En el Zócalo lo observaba la Calaca,
y se reía por dentro la muy lista,
pronto me llevaré a esta chachalaca
y haré felices a los zapatistas.