Cambio de medición de ingresos pone en entredicho al Inegi
El cambio de la metodología utilizada por el instituto mexicano de estadística para medir los ingresos de los hogares generó dudas sobre cómo se dará continuidad a los resultados de la pobreza en el país y suspicacias por la falta de transparencia en el proceso.
Los cambios emprendidos por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) para usar nuevos criterios para su reporte Módulo de Condiciones Socioeconómicas (MCS) 2015 no han tenido buena respuesta por parte del organismo encargado de medir la pobreza en el país.
Para el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), los datos arrojados por el Inegi el viernes pasado suponen «una ruptura en la serie histórica» que se llevaba manteniendo desde 2008, dice a Efe una de las investigadoras del organismo, Rosario Cárdenas.
El Coneval, que utiliza datos del Inegi para analizar la evolución de la pobreza, destacó que con la nueva tecnología se da un incremento real del 11,9 % en el ingreso de los hogares a nivel nacional y del 33,6 % en los hogares más pobres.
«Lo que correspondería», señala Cárdenas, es la «recuperación de la serie histórica para poder continuar con las mediciones», cuya metodología, con una vigencia de diez años, está regulada «específicamente» para atender la atribución que les otorgó la Ley General de Desarrollo Social.
La opacidad con la que el Inegi ha operado es uno de los puntos que ha levantado más confusión e incluso sospechas en actores como fuerzas políticas, que perciben un matiz a favor del Gobierno, pese a que el Inegi es un organismo independiente, y organizaciones sociales.
Sin detallar sobre su proceder, el Inegi informó el viernes de que el método de recogida de datos se había «mejorado», porque «los informantes tienden a declarar menos de lo que realmente perciben».
Fuentes de la institución afirmaron a Efe que, por el momento, no darán información pública sobre este proceso.
Desde el Coneval, organismo que el pasado año reportó que el número de pobres en México aumentó hasta los 55,3 millones, reconocen que no tienen «la información de todo lo que se hizo en el trabajo de campo», y que no hay ningún documento que profundice en este aspecto.
«Todos estamos en la lógica de mejorar las estadísticas por supuesto», pero siempre que pase por un proceso de «discusión e identificación de las mejores formas de hacerlo, y de un consenso», matizó Cárdenas.
Para Oxfam México, los cambios han hecho que la organización adquiera una «postura de preocupación y cuestionamiento», aseveró a Efe su director ejecutivo, Ricardo Fuentes.
«Lo más preocupante es que afecta al diseño de políticas públicas, cuyo objetivo es mejorar las condiciones de vida de las personas menos afortunadas», sostiene.
«Si no somos capaces de medir objetivamente qué es lo que está pasando con nuestros indicadores de desarrollo, mucho menos vamos a poder rendir cuentas», añadió.
Y es que el reparto de beneficios sociales como el programa Prospera, que llega a 26 millones de personas en el país, está condicionado por, entre otros datos, las estadísticas del Coneval y el Inegi.
Fuentes se cuestiona si «una metodología que llega a todos los resultados que le convienen al Gobierno de turno es una metodología realmente independiente».
Esta es una conclusión a la que también han llegado los partidos políticos de la oposición.
El izquierdista Partido de la Revolución Democrática (PRD) tachó las nuevas cifras del Inegi de «inverosímiles».
«Es totalmente inaceptable que en lugar de corregir la política económica concentradora del ingreso, empobrecedora, y su política asistencialista, el régimen busque ‘maquillar’ la situación social», indicó en un comunicado la secretaria general del partido, Beatriz Mójica.
Por otra parte, la senadora del conservador Partido Acción Nacional (PAN) Mariana Gómez del Campo expresó su preocupación por el enfrentamiento entre el Inegi y el Coneval, y destacó que «ambas instituciones requieren tener como pilar para su trabajo la credibilidad».
EFE