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¿Cómo enfrentará el juicio de la historia Guillermo Padrés?

Por Feliciano J. Espriella /

Tal vez no lo note, no lo quiera notar o no le dejen ver, hace más de un año que su imagen se encuentra muy deteriorada, y si cree que en los últimos meses va a poder hacer algo para cambiar la percepción de la gente, me parece que va a morir engañado

Los hubieran no existen, pero creo que muchos personajes que con el devenir de los siglos han pasado a la historia llenos de oprobio, su recuerdo e imagen podría haber sido venerable si sus actos hubieran sido diferentes.

A 20 años de haber terminado su mandato, la figura y el nombre de Carlos Salinas de Gortari siguen siendo para la gran mayoría de los mexicanos más que abominables. Sin embargo pudo haber pasado a la historia como uno de los mejores presidentes que haya tenido el país.

En su sexenio México avanzó y se desarrolló como nunca lo había hecho en los anteriores 50 años ¿Pero quién recuerda sus logros? Todo mundo lo ve, aún después de dos décadas, como el más claro ejemplo del ejercicio de la corrupción. Hasta quienes eran niños o incluso no habían nacido en su época, oyen el nombre de Carlos Salinas de Gortari, e inmediatamente lo identifican como símbolo de podredumbre y mal gobierno.

A la actual administración estatal le queda poco más de un año y me parece que el gobernador Guillermo Padrés se encuentra en una encrucijada que lleva a senderos diametralmente opuestos. Uno hacia la ignominia, que lo ubicaría (guardadas las proporciones) como un símil de Salinas de Gortari. El otro, hacia la puerta grande en donde se guarda la memoria de nuestros más queridos y respetados ex gobernadores. Me da la impresión de que se enfila hacia el primero.

Se han alcanzado en los cinco años anteriores logros importantísimos. La solución del problema de abastecimiento de agua para Hermosillo y el viraje del rumbo económico del estado que pasó de mediocre desarrollo a vigoroso crecimiento, son sólo un par de ejemplos. Pero también se le señala con índice de fuego como la administración más corrupta que haya gobernado el estado.

Logros y obras mucho más importantes se dieron durante el sexenio de Salinas que colocó a México en el umbral de los países del primer mundo ¿Alguien las recuerda? No, se archivaron en el baúl del olvido y no creo que nadie en el futuro se atreva a sacarlas. Para la inmensa mayoría de los mexicanos, quién simpatiza o intenta hacer la más tibia defensa del ex presidente es inmediatamente equiparado a quién ha sido y seguirá siendo el mayor villano que ha producido la política mexicana.

No pocos gobernadores sonorenses han terminado su mandato repudiados por buena parte de la población. Sin ir muy lejos, el anterior, Eduardo Bours, quien un año antes de terminar su sexenio gozaba de un alto nivel de popularidad, fue finalmente despedido con desprecio y abucheos. Como él hubo otros, pero todos cayeron de la gracia de sus gobernados en los últimos meses o semanas de su gobierno.

Guillermo Padrés, tal vez no lo note, no lo quiera notar o no le dejen ver, hace más de un año que su imagen se encuentra muy deteriorada, y si cree que en los últimos meses va a poder hacer algo para cambiar la percepción de la gente, me parece que va a morir engañado.

Después de su penúltimo informe empezarán a declinar su fuerza y poder. Las ratas, como suele suceder cuando los barcos hacen agua (y este trasatlántico de nombre Sonora tiene un buen rato con peligrosas horadaciones en su casco), empezarán a salir.

Y en cuanto a la lealtad, la realidad es que en el diccionario político nunca se ha escrito y quienes se dedican al “noble” ejercicio de la política, la consideran un lastre que no están dispuestos a cargar cuando los tiempos se ponen difíciles.

Difícil encrucijada sin duda tiene Guillermo Padrés. Pero todos los grandes personajes que ha conocido la historia han tenido dilemas similares. Los despreciables también. La diferencia fue el camino que tomaron y creo que eligieron respondiendo a una hipotética pregunta: “Si la vida escribió mi nombre en los libros de historia ¿Cómo quiero que la gente me recuerde y me señale dentro de veinte, treinta, cincuenta o más años?” Lamentablemente muy pocos de quienes tienen la oportunidad de trascender más allá de su generación encuentran la respuesta adecuada. El poder y el dinero obnubilan hasta las mentes más brillantes.

En la historia de nuestro estado y nuestro país, hay inscritos cualquier cantidad de gobernantes a los que el poder mareó, y pudiendo haber dejado una honda huella en la memoria de la población, abandonaron el camino del honor y se fueron por la brecha de la ignominia. Finalizo con algo mucho más amable, un chistorete:

La joven madre había dado a luz con muchos trabajos a su bebé. Poco tiempo después lo dejó encargado con su mamá para viajar por motivos de trabajo a una ciudad cercana. Ahí se topó casualmente con un señor que la conocía. “¿Cómo te va, Florilita? —la saludó afectuosamente el caballero—. Oí que tuviste un bebé”. “¡Dios mío! —se consternó ella—. ¿Hasta acá se oyó?”

Por hoy fue todo, gracias por su tolerancia y hasta la próxima.