Continúan las protestas de vecinos ante invasión del vaso de la presa
Por Imanol Caneyada/
Del camino Cerezo Final, a la altura del cerro El Coyote, en la colonia Las Amapolas, parte un bordo de tierra compacta de aproximadamente diez metros de alto por seis de ancho que se adentra en el vaso de la presa, aislando al lujoso desarrollo Riberas del Pitic
Los vecinos de las colonias Las Amapolas, Bellavista y La Victoria, al norponiente de Hermosillo, no quitan el dedo del renglón: la Inmobiliaria Misión 21, propiedad de la familia Coppel Lemmenmeyer, continúa con la construcción del lujoso desarrollo Riberas del Pitic en el vaso de la presa Abelardo L. Rodríguez.
La denuncia más reciente tiene que ver con el bordo de tierra que la empresa ha levantado partiendo en dos la presa, aislando el desarrollo en construcción.
Primera Plana acudió a verificar la denuncia y encontró que del camino Cerezo Final, a la altura del cerro El Coyote, en la colonia Las Amapolas, parte un dique de tierra compacta de aproximadamente diez metros de alto por seis de ancho, el cual se adentra en el vaso de la presa hacia el poniente hasta topar con el río San Miguel, en donde da vuelta a la izquierda para continuar al norte, paralelo al río, hasta la colonia La Victoria.
Del lado derecho se extiende la presa, del izquierdo se alcanza a ver máquinas trabajando a la altura de la colonia Bellavista.
La denuncia de los vecinos de los alrededores va en dos sentidos: por un lado, el peligro de inundaciones que podría presentarse en caso de torrenciales y continuas lluvias a causa del bordo referido.
Por el otro, el hecho de que la inmobiliaria ha invadido el vaso de la presa y el cauce del río, modificando su curso, contraviniendo leyes y reglamentos federales, sin que ni Conagua ni Semarnat hayan hecho nada para impedirlo, a pesar de las denuncias.
Hace un año, las persistentes e inusuales lluvias de verano provocaron que buena parte de la colonia La Victoria se inundara; los vecinos acusaron a la empresa desarrolladora de haber impedido el curso de las aguas con la construcción de un muro como parte del desarrollo Riberas del Pitic.
La empresa respondió que no eran responsables de la inundación, que el problema tenía que ver con los ranchos construidos río arriba (cuyos propietarios eran en ese momento altos funcionarios del gobierno padrecista, como el ex secretario de Gobierno Roberto Romero), los cuales habían modificado el curso del río, además de la falta de mantenimiento de Conagua al cauce del mismo.
Aseguraron que con recursos propios y en colaboración con los vecinos de La Victoria, habían efectuado trabajos de limpieza del cauce para evitar catástrofes y abierto desagües en el bordo para que el agua corriera hacia el poniente y no volviera a inundarse el lugar.
Tres años de denuncias
Hace al menos tres años que los habitantes de los alrededores del desarrollo vienen denunciado esta situación.

(2016, 2014, 2012, 2007)
En 2013 un grupo de vecinos denunció públicamente que Misión 21 había comprado durante la administración de Eduardo Bours dos mil hectáreas en el vaso de la presa Abelardo Rodríguez, a través de Bienes y Concesiones del Gobierno del Estado. El precio del metro cuadrado fue de alrededor de un peso. Hoy en día, la desarrolladora lo vende a más de cien dólares.
La denuncia tuvo como efecto que las delegaciones en Sonora de Conagua y Profepa se comprometieran a investigar y a detener la construcción del desarrollo si éste invadía el vaso de la presa Abelardo L. Rodríguez.
Al mismo tiempo, la delegación sonorense de Semarnat señalaba que Misión XXI carecía del estudio de impacto ambiental que requería por ley un desarrollo de esas características.
Pero pasó el tiempo y ninguna de las instancias gubernamentales actuó ni aclaró la situación en que se encuentra el desarrollo.
De repente guardaron un prudente silencio.
Un paraíso millonario en medio de la pobreza
Las colonias a las que hacemos referencia se encuentran entre las más marginadas de la ciudad. La vegetación propia del desierto crece silvestre entre la basura que la gente arroja diariamente en las orillas del camino que bordea la presa. Enormes cantidades de basura, objetos inverosímiles que los pepenadores recogen para sacar algún dinero
Ahí, los niños empujan carretillas o cargan cajas sobre sus hombros; los adolescentes desertan de la escuela y esperan bajo la sombra de un tejabán que pase algo que les cambie la vida, como por ejemplo, un trabajo de albañiles en la obra que la constructora Misión XXI realiza en el vaso de la presa.
Los perros, abundantes, muestran las costillas y son más pellejo que ladrido.
No hay alumbrado público, no hay espacios recreativos, no hay servicios básicos, no hay seguridad, sólo pobreza y miseria.
Los niños y jóvenes que crecen en esta zona de Hermosillo saben que no tienen futuro, o que su futuro pasa por la fábrica a 45 pesos la jornada, o la delincuencia, organizada o no.
A escasos cien metros de ahí, separado por un cerco de alambre, la empresa constructora Misión XXI edifica un paraíso al que solo podrán entrar los ricos.
En un video promocional que se difunde en Internet, la empresa muestra lo que será el proyecto que ha llamado Riberas del Pitic.
Promete accesos amplios con modernos pasos a desnivel por el bulevar Enrique Mazón. Infraestructura y servicios de calidad. Un lago artificial de 25 hectáreas para practicar deportes acuáticos. Un campo de golf. Baja densidad poblacional y seguridad integral.
Muy cerca de ahí, edificarán el centro comercial Las Riberas, el cual, dice una voz meliflua, llenará todas las necesidades de los residentes.
Áreas verdes, bulevares, camellones, plantas y árboles, andadores, lo mejor del primer mundo en unos terrenos que normalmente han sido y son habitados por los más pobres de la ciudad.
El video promocional de Misión XXI asegura que la urbanización supera con creces las que se han edificado hasta ahora en Sonora.