GeneralPrincipales

DARDOS

Cuidado con los fraudes cibernéticos

Por Gabriel Rigo Gutiérrez E.

¡Clin! Un mensaje de texto llegó tu teléfono. Revisas en la pantalla y observas que se trata del Banco. El corazón se te acelera al ver la primera línea advirtiendo: “Estimado cliente se va a efectuar un cargo…”. Inmediatamente piensas ¿Cuál pago si no estoy haciendo compras?

Entonces desbloqueas el dispositivo y le das clic al mensaje. Ahí mismo te dicen que para aclaraciones le piques en un enlace que te llevará supuestamente al sitio web de la institución bancaria donde debes reclamar.

Desde luego, como crees que estás siendo estafado por alguien más la reacción inmediata es abrir el enlace. ¡PERO OJO! En ese momento ya caíste. Tú eres el estafado sin saberlo. Esa es práctica de ciberdelincuentes para “infectar” dispositivos y robar datos… si continúan dando más información, pueden hasta suplantar tu identidad.

La Conducef recientemente publicó el informe “Fraudes (financieros) cibernéticos y tradicionales” ahí establece que las quejas de estafas por internet llegaron a 5 millones 762,195, un aumento de 20.1% con respecto a los reportados un año previo.

Y te pueden llegar de las formas más sutiles y tentadoras… Así como le pasó hace unos días a “Eugenia”.

¡Clin! Sonó el teléfono mientras manejaba. Sólo le dio una rápida mirada, sin abrirlo. Hizo alto en un semáforo en rojo y vio que decía algo de un paquete. A pesar de que frecuentemente compra en línea, recientemente no había ordenado nada. Sin embargo dio clic al link porque quizá en su casa alguien más había pedido.

El enlace la llevó a una página web de la compañía de paquetería. ¡Piiiip! El semáforo cambió.

Cuando llegó a su casa revisó nuevamente la página web. Daba la apariencia de ser un sitio confiable de la empresa de paquetería. Incluso venían una serie de fechas que indicaban el proceso que llevaba el paquete que supuestamente había pedido. Desde que estaba en el “Almacén” de la empresa, cuando llegó a la “Bodega” y no podía ser entregado a Eugenia porque había un “error” en la dirección. Así que le pedían reescribir todos los datos: dirección, correo, teléfono, y el pago en línea con número de tarjeta y código de seguridad. ¡OJO! Eso fue eso lo que más ruido le hizo.

Revisó nuevamente la dirección de la página y se dio cuenta que habían letras de más. Era una página web fraudulenta. Creada con el propósito de robar información.

Ten mucho cuidado. Este tipo de amenazas son constantes en nuestros días. Así como antes escuchabas de ladrones que se metían a robar a tiendas o bancos. Hoy los delincuentes saben que el dinero está guardado virtualmente en cuentas bancarias, y saben que la gente hace compras vía internet, así que tienden trampas virtuales por todas partes y están al acecho esperando que alguien caiga.

La mejor recomendación que brindan los que saben del tema es que nunca guardes tus datos bancarios en las tiendas de comercio electrónico ni en Google o Apple, pues en caso de robo de tu equipo o acceso a tus correos podrían obtener esa información.

Tampoco en las supuestas llamadas de “bancos” nunca proporciones contraseñas bancarias, la clave de app móvil, tu NIP ni tu CVV, código de seguridad.