Por Francisco Javier Ruiz Quirrín
Miércoles, 29 de abril del 2015
Hermosillo, “La Joya de la Corona”
HAY UN ESCENARIO en estas elecciones de 2015 que materialmente es diferente al de otros comicios recientes: Hermosillo, la capital del Estado, la que tradicionalmente está de un azul subido, ahora comienza a transformarse en un equilibrio de colores.
Lo anterior hace concluir por un momento que “no hay nada para nadie” en la competencia por la presidencia municipal entre Manuel Ignacio “Maloro” Acosta del PRI y Damián Zepeda, el candidato del PAN.
Y esta situación comienza a producir dolores de cabeza en Guillermo Padrés-Javier Gándara y su equipo. La elección de Hermosillo conlleva un objetivo más importante para el actual grupo local en el poder: Continuar en palacio de gobierno.
Desde el año ya lejano de 1967, la capital de Sonora se “vacunó” contra el PRI. Ha sido una de las plazas más panistas en comparación a otras ciudades de la república mexicana. En el año 2000, “per cápita”, Vicente Fox acumuló muchos más votos, al igual que en León, Guanajuato.
Desde el año 1997, palacio municipal de Hermosillo ha estado en manos de Acción Nacional, salvo el trienio 2006-2009, cuando la firma más importante fue la del priísta Ernesto “Borrego” Gándara.
Pero en el 2012 volvió por sus fueros y un abanderado albiazul como Alejandro López Caballero, no pudo ser alcanzado en la carrera por la alcaldía por el entonces candidato del PRI, “Maloro” Acosta, a quien le faltó entonces más tiempo para aspirar al triunfo.
En 2015, las cosas son distintas. El diario El Imparcial, amigo definido del PAN en el sexenio del “Nuevo Sonora”, redujo la diferencia entre “Maloro” y Damián a seis puntos a favor del hijo de la periodista Natalia Vidales. Es decir, el panista ha sufrido una caída inocultable, en tanto el priísta ha ascendido cinco puntos en el mes más reciente.
A como van las cosas, el cruce en los momios entre ambos contendientes se dará en quince días y de ahí despegará el que llegue más a Juan Pueblo.
Hay otras encuestas que acercan mucho más a Maloro de Damián e inclusive, hay otras que cara a cara, siguen recogiendo resultados más favorables a Maloro.
La conclusión que podemos establecer en este momento, a 35 días de que concluyan las campañas, es que esta competencia entre el PRI y el PAN rompe con el esquema histórico y no se presentaba desde algunos años.
La preocupación del binomio Padrés-Gándara por la suerte que corra Hermosillo es mayor, porque en los resultados de la elección de la capital de Sonora están puestas las esperanzas más prometedoras de conservar la gubernatura.
Damián comenzó muy mal y sus actitudes de inmadurez y soberbia provocaron agravio en el jefe azul de la plaza, Alejandro López Caballero, quien sin embargo, aguantó y decidió apoyar a Zepeda en aras del PAN, no de la persona.
El problema a enfrentar ahora es que Damián es como el zacate que no creció aunque todos los días le echen agua y que Maloro refleja una mayor madurez y un proyecto de gobierno mucho más aterrizable que el de su adversario.
El gran problema, que es problema realmente, es que Maloro está creciendo y Damián no ha podido hacer “click” ni con la gente, ni con sus propios correligionarios de partido.
Esto lo sabe el binomio Padrés-Gándara y es motivo más que suficiente para no poder conciliar bien el sueño.
EN ENTREVISTA en mi programa de radio ayer (Grupo LARSA, 88.9 FM) el coordinador de la campaña de Javier Gándara, el diputado Gildardo Real, calificó la distribución de propaganda antipanista en Cajeme como un acto de “libertad de expresión” que está, dijo “reprimiendo el alcalde Rogelio Díaz Brown”… Palabras más, palabras menos: “Si yo lo hago, es libertad de expresión; si tú lo haces, es campaña negra”… ¿Cómo la ve?