De Primera Mano

Por Francisco Javier Ruiz Quirrín

Jueves, 22 de septiembre de 2016

Apareció “el peine” de Solalinde

“DIME CON quién andas y te diré quién eres”, reza el dicho popular y en el caso de la visita a Sonora del sacerdote Alejandro Solalinde, podemos concluir que su presencia fue una extensión de la agitación protagonizada en Oaxaca, Michoacán y Chiapas, por la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) y su gran apoyador, Andrés Manuel López Obrador.

Nada más y nada menos, hace unas cuantas horas recordábamos el abrazo a la teoría denominada “Teología de la Liberación” que algunos sacerdotes sustituyeron por la Cruz de Jesucristo, prefiriendo caminar con la hoz y el martillo bajo el brazo y leer El Capital de Carlos Marx y Federico Engels, utilizando a Dios en la difusión de ideas materialistas y pregonándose como salvadores “para liberar a los más desprotegidos”.

En realidad, hay un lobo tras esa piel de oveja.

Para los observadores cercanos al movimiento de agitación que lleva a cabo la CNTE en el sur de México, no es desconocido su contacto con las corrientes izquierdistas que soñando con el romanticismo de Fidel Castro y de Hugo Chávez, pretender conquistar el poder para instaurar un régimen como el que ha llevado a Venezuela, Ecuador y Brasil, a la ruina de todas sus ciudades y pobladores.

A estas alturas no son desconocidos los contactos del seguro candidato de MORENA a la Presidencia de la República, López Obrador, con esos tentáculos de un socialismo “moderno” destinado al fracaso, pero que tienen como base de trabajo la agitación y el movimiento de masas para presionar al gobierno y tratar de doblegarlo.

Desde luego, López Obrador es un abierto simpatizante de la CNTE. Ahora viene a Sonora Solalinde, el mismo que desde un inicio en la tragedia de Ayotzinapa, se dio el lujo de “informar” a la opinión pública que los 49 jóvenes habían sido asesinados y quemados, pero cuya responsabilidad recaía en el gobierno federal y no en los gobiernos locales ligados al crimen. ¿Y el alcalde perredista y esposa ligados a la tragedia?

Ahora, Solalinde viene a Sonora apoyado por MORENA y sus dirigentes estatales, encabezados por Alfonso Durazo Moreno, fiel representante de López Obrador en nuestra tierra.

¿Qué podría decir Solalinde a los sonorenses?

Claro, sus mensajes de simpatía a la agitación nacional. Hizo un reconocimiento público a la CNTE, criticó a la jerarquía católica, remarcó la tragedia de la Guardería ABC y habló de la necesidad de escuchar a las víctimas de la contaminación en el Río Sonora.

Es una estrategia muy sencilla: Echar más gasolina a la hoguera para “crear consciencias”, desestabilizar, pero jamás buscar acercamientos para llegar a acuerdos. Esto último no es su labor. Su misión es agitar las aguas, dividir, aumentar el odio entre clases e impulsar a los agitadores del país.

Ese es el padre Alejandro Solalinde, “comprado” por algunos comunicadores como un “luchador social y activista”.

Ah, pero –eso sí-, antes que todo, “sacerdote”, con toda la “calidad moral” para hablar “excátedra”. ¿Quién más como él podría abordar esos temas tan sensibles a la población?

MARTÍN López García, quien firmara como titular del Cecytes durante el sexenio de Guillermo Padrés y con una riqueza escandalosa a simple vista, está ahora en la mira de las autoridades anticorrupción… El vocero de la Fiscalía, Salvador Avila, recordaba ayer que un cateo a la fastuosa residencia de Martín López, ubicada en una privada al norte del boulevard Morelos, de Hermosillo, es una evidencia de que los amparos obtenidos por los corruptos no detienen investigación alguna… Lo más seguro es que este López sea consignado en unos cuantos días más por delitos ligados a la corrupción… El que sigue después es Luis Felipe Romero, quien fuera director del ISIE, la institución encargada de remozar las escuelas de educación básica y donde se manejó y se dispuso dinero hasta para tirar para arriba… Esperemos y diremos.

POR CIERTO, nos reportaron una vez más a Guillermo Padrés en una casa de la ciudad de México, departiendo con quien fuera su secretario de seguridad, Ernesto Munró… Igual… Con abundante barba del exmandatario y fumando cigarrillo tras cigarrillo… Como si la barba y el humo pudieran alejarlo de su realidad.