De Primera Mano | El fuero no es una garantía para no pisar la cárcel

Por Francisco Javier Ruiz Quirrín
AQUELLOS políticos corruptos o los auténticos delincuentes metidos a políticos, están convencidos de que un seguro blindaje para no pisar la cárcel es tener “fuero”, el que se desprende de un cargo de elección popular o de una alta función administrativa.
Pero están muy equivocados.
Por un lado, la historia registra a políticos que han sido desaforados, respondiendo a una represalia política. Un ejemplo es el caso del ingeniero Jorge Díaz Serrano, sonorense que aspiró a la candidatura del PRI a la Presidencia en el año 1982, pero previamente había enfrentado a quien resultara “el bueno” y, posteriormente, Presidente de la República, Miguel de la Madrid.
Díaz Serrano había sido electo ese año de 1982, senador por su tierra, Sonora; sin embargo, no pasaron muchos meses para que trascendiera una denuncia en su contra por haber “abultado” la compra de barcos petroleros. La consecuencia no se hizo esperar: Le retiraron el fuero constitucional y lo llevaron a prisión.
De regreso a nuestros días, si bien es cierto el blindaje también se les retiró a dos diputados federales (Saúl Huerta, de MORENA y Mauricio Toledo, del Partido del Trabajo), la sanción no fue una represalia política, sino porque ambos han sido señalados y documentados como verdaderos delincuentes.
El primero, por abuso sexual contra menores y, el segundo, por enriquecimiento ilícito. Es tan evidente su culpabilidad, que se hicieron a un lado esfuerzos de algunos de sus correligionarios por salvarlos, pero la presión social fue tanta que la Procuraduría General de Justicia de la ciudad de México (surgida de su mismo partido) se encargó de exigir su desafuero para ponerlos tras las rejas.
Si preguntan por la influencia política en estos casos, la respuesta sería que sí está presente, siempre.
Ricardo Monreal, presidente de la Junta de Coordinación Política en el Senado y coordinador parlamentario de MORENA en el Congreso de la Unión, había sacado deliberadamente de la agenda parlamentaria el punto para fincarle juicio de procedencia a Huerta y Toledo.
Sin embargo, horas después y en un acto público, el subsecretario de Gobernación, Alejandro Encinas, le reclamó a Monreal tal olvido.
Después, Ernestina Godoy, la procuradora de la jefa de gobierno de la ciudad de México, Claudia Sheinbaum, en rueda de prensa, también alzó la voz exigiendo el desafuero de los legisladores “para castigar a delincuentes, evitar la impunidad y proteger a las víctimas”.
Monreal estaba siendo castigado desde la Presidencia de la República, por haber declarado días antes que “podría ser candidato a la Presidencia en el 2024”, aunque no necesariamente por MORENA.
¿Por qué el perdón y la tolerancia del Presidente para un violador como Félix Salgado Macedonio y el “castigo” a Monreal, Huerta y Toledo?
Sin duda alguna, el sentimiento que se desprende de los intereses políticos de por medio.
En tiempos recientes, en Sonora se giró orden de aprehensión contra el diputado del PAN, Agustín Rodríguez, acusado de tortura por una trabajadora doméstica. No se procedió por el “fuero” del que gozaba y porque su partido mantenía un gran dominio en la Cámara de los Diputados. Tuvo suerte.
La política eleva a los políticos y, la misma política, los despedaza.
Y efectivamente, el fuero constitucional no es ninguna inmunidad contra la cárcel.
Eso sí. El General Álvaro Obregón dejó para la posteridad una frase muy certera:
“En política se comete sólo un error. Lo demás son consecuencias”.
ANTONIO “Toño” Astiazarán, el presidenta municipal electo de Hermosillo, se reportó ayer desde Saltillo, la capital de Coahuila, donde aparece con el alcalde del lugar, Manolo Jiménez Salinas, con quien se entrevistó para intercambiar proyectos, viables para replicar en la capital de Sonora… Durante su campaña, Astiazarán aseguró que conocía las puertas que debería tocar para lograr las ideas y recursos para tener buenos resultados como alcalde hermosillense… Ojalá así sea… Porque Hermosillo requiere de mucho dinero para recomponerse… Ya veremos.