De Primera Mano | Reto de ADM: Que el deseo se haga realidad

Por Francisco Javier Ruiz Quirrín
DE LA LISTA de propósitos ofrecidos por el nuevo Gobernador de Sonora en su primer mensaje a la ciudadanía sonorense, destaco dos por su trascendencia.
El primero, tomar a las universidades (pero más que todo, a la máxima casa de estudios, la UniSon) como sus nuevos consultores, los que sustituirían a las empresas que ofrecen sus servicios por esas asesorías y cobran una millonada.
El segundo, convertir al Hospital General del Estado, el viejo, el veterano, en un hospital-escuela y, por lo tanto, no desaparecería, como inicialmente era el propósito ante la aparición del nuevo nosocomio, de especialidades.
De regreso al primero de estos dos propósitos, la trascendencia es, sin duda, sentar las bases para que la Universidad de Sonora se transforme en una verdadera autoridad en varias materias, para lo cual habría qué poner a trabajar a sus científicos, investigadores y desarrolladores.
Que la UniSon y otras instituciones educativas nos diga si el agua que bebemos es potable, llevar a cabo un diagnóstico de las consecuencias que viviremos ante la contaminación del Río Sonora, la posibilidad de generar vacunas, la correcta orientación del desarrollo económico, las proyecciones de nuestras grandes ciudades hacia el futuro. Son apenas botones de muestra de lo mucho que nos pueden dar.
Y tener un hospital-escuela, con una facultad en la Universidad de Sonora de Medicina, es sostener una visión a largo plazo que sólo podría ser útil a quienes más lo necesitan.
En ambos casos, la conexión del Gobierno del Estado, con estas instituciones y la sociedad sonorense sería de enorme penetración.
En cuanto a los propósitos en materia de seguridad (desaparecer la Policía Estatal y crear la Guardia Estatal, doblando el número de elementos en el primer año y cuadruplicándolo en todo el sexenio, con 800 millones de pesos) otorgar mil pesos mensuales como programa asistencial a los más desprotegidos, llevar a cabo las compras necesarias que garanticen el abasto de medicamentos en los hospitales del gobierno (entre ellos el ISSSTESON), garantizar guarderías para madres trabajadoras y otras obras anunciadas por Alfonso Durazo Montaño, en su primer mensaje como Gobernador Constitucional del Estado, estaría por verse.
El deseo es bueno, pero la realidad socava los buenos propósitos.
Sonora ha tenido una caída a partir de la llegada de López Obrador a la Presidencia de la República. Habrá qué admitirlo. Cercenó desde 2018 los recursos para la obra pública y vivimos un retroceso en avances tecnológicos, además de los estragos por la pandemia.
En realidad, el gran reto de Durazo es demostrarnos a los sonorenses que su cercanía al Presidente se traducirá en recursos extraordinarios para beneficio de la gente. Por supuesto que su éxito en esta gestión, sería reconocida por todos.
Si todo no pasa de los buenos deseos, o logros a medias, su sexenio será comparado con otros que han privilegiado a la incapacidad y medianía.
LOS PERSONAJES más distinguidos entre los invitados especiales en las ceremonias con las que arrancó el sexenio de Durazo Montaño, fueron Julio Scherer Ibarra, exjefe de consultoría jurídica de la Presidencia de la República; Luis Donaldo Colosio Riojas, presidente municipal electo de Monterrey; Mario Delgado, presidente del comité ejecutivo nacional de MORENA y Ana Gabriela Guevara, la titular de la CONADE… El único exgobernador presente, el doctor Samuel Ocaña… Este “viejo zorro” de la política sonorense estaba más que feliz ante la lisonja de ser considerado por Durazo una “excepción” como gobernante del pasado, aunque su expresión no pudo ocultar la extrañeza que sintió al no podemos saludar a alguno de sus “pares” exgobernadores.
UNA PREGUNTA que circunda el ambiente está relacionada a la posibilidad de que exservidores públicos de pasados sexenios sean llevados a tribunales por presuntas excesos cometidos en el ejercicio de sus funciones…Luego de escuchar las palabras del nuevo Gobernador de Sonora en relación al tema, quedó la sensación de haber sacado un cinto y haber pegado un “cintarazo” en la plaza pública a quienes podrían encajar en sus expresiones, tales como, “Recibí un Estado arrasado por los malos gobiernos. Por décadas, Sonora fue botín de voraces jerarcas. El Estado fue manejado como un rancho encargado a un voraz caporal. Logramos quebrar la hegemonía de un grupo político que por décadas hizo y deshizo y sólo se benefició a base de un capitalismo de cuates y, aunque se decían distintos, en el fondo eran iguales. Y aunque de la política nadie se jubila, sí llega el tiempo de retirarse. A quienes se convirtieron en símbolo de saqueo y corrupción, les digo que ya les corresponde hacerse a un lado… Ayer terminó su sexenio de 30 años y nadie llorará su partida, porque su herencia ha sido trágica”… Y la preguntó continúa en el ambiente: ¿Entonces todo queda en un regaño?