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De Primera Mano | Transporte público, problema sin solución

Por Francisco Javier Ruiz Quirrín

TRANSCURREN los sexenios, luego los trienios, enseguida las décadas y el problema del transporte urbano continúa.

Pésimo servicio, unidades en mal estado, lento. Los choferes presionan al concesionario, éste último presiona al Gobierno y éste, las más de las veces, ha accedido a aumentar la tarifa en medio de una parafernalia donde se firman compromisos para que el servicio mejore, pero sigue igual.

Las consecuencias son las mismas: El concesionario no cumple y se justifica alegando que el gobierno le retrasa la entrega del subsidio.

Es un problema de nunca acabar.

En realidad, de parte del gobierno se han conjuntado dos elementos para conservar el servicio en mal estado: Ni hay capacidad para establecer un mejor esquema de operatividad, ni existe voluntad del gobernante en turno para aplicar en estricto sentido la Ley del ramo.

En su momento, hace cincuenta o cuarenta años, el mismo gobierno protegía a los concesionarios, compañeros del mismo partido, al igual que los choferes organizados en sindicatos de la CTM.

En otro momento, algunos funcionarios más “vivos” de lo normal, se convirtieron en concesionarios del servicio y, desde hace unos cuantos años a la fecha, el sistema ha sido una pesada carga que se ha convertido en un dolor de cabeza para todos los gobernantes.

Cuando hacíamos nuestros “pininos” como reporteros, se intentó solucionar el problema “municipalizando” el servicio, hará cosa de 35 años. Nos consta que aquello fue un estrepitoso fracaso.

El problema de fondo es el incumplimiento de la Ley por anteponer a esta voluntad el interés político.

Guillermo Padrés, al finalizar su sexenio, abrió la convocatoria para entregar más concesiones de transporte público, pero evidentemente beneficiando a sus compañeros de partido, no para solucionar los problemas económicos y sociales que representan los concesionarios organizados.

Ahora, una vez más, se paraliza el servicio en el Estado. La actual administración estatal responde y lo hace bien, pero esa reacción no será permanente.

Al final del día, ni el gobierno hará sentir el peso de la Ley, ni los concesionarios cumplirán lo que prometen. ¿Cancelar concesiones? No se atreven a hacerlo. No quieren lidiar con un problema mayor, jurídico y social.

A lo último, Juan Pueblo seguirá pagando los platos rotos. Pésimo servicio y con una tarifa “poquito” más alta.

 

VAYA, por fin algo de lo desfalcado en el pasado sexenio, ha regresado a las arcas estatales… Ayer en la ciudad de México, la Procuraduría General de la República hizo entrega de un cheque por la cantidad de 38.7 millones de pesos al titular de la Consejería Jurídica del Gobierno de Sonora, Iván Jaimes, como producto de la reparación del daño al patrimonio de los sonorenses y entregado por el empresario Mario Aguirre, quien inicialmente había ofrecido tres millones de dólares para tratar de recuperar su libertad… Este procedimiento está contemplado ahora en el nuevo sistema de justicia penal… Como sea, es un dinero producto de la corrupción del pasado sexenio… Aguirre confeccionó los seis años los uniformes escolares en una negociación pública-privada con el Gobernador Padrés Elías… Esta cantidad devuelta a las arcas de la Tesorería estatal, es considerada irrisoria en comparación a los señalamientos por desfalcos de cientos de millones de pesos en el pasado reciente… Se espera que se siga haciendo justicia, regresando a los sonorenses algo más de lo que se llevaron… Por cierto, la Gobernadora Pavlovich, al comentar este punto, adelantó que parte de ese recurso sería utilizado en dignificar a las agencias del ministerio público.

 

HABRÁ QUÉ anotar asimismo para la historia, que el Supremo Tribunal de Justicia presentó a la Gobernadora Pavlovich una propuesta para que dos funcionarios del poder judicial local, con una trayectoria muy reconocida, sean designados nuevos magistrados, respetando con ello la carrera profesor dentro de ese poder en Sonora…Elvia Zataráin Andablo y Javier Enríquez Enríquez, relevarían a dos magistrados a punto de la jubilación… Enhorabuena por ello y de paso, enviar a la historia la tradición de designar nuevos magistrados en base al amiguismo y al compadrazgo.